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Narra _____ :

Con tres semanas en esta casa debería decir que ya estoy acostumbrada a estar encerrada, pero no es así. Tengo tantas ganas de salir y por lo menos tener la posibilidad de volver a retomar mi carrera en la universidad con la que tanto esfuerzo mis padres pagaron, pero con solo recordar cada pelea con Juan, se me pasa.

Si aún no me he vuelto loca en medio de estas cuatro paredes, a sido porque a pesar de que casi siempre este con Nicolás, los pocos lapsos de tiempo en los que he pasado con Joel ha sabido hacerme sentir mejor, y a decir verdad, eso lo agradezco mucho.

Joel ha sabido lograr que me sienta un poco más cómoda estando aquí, pero últimamente siento que eso no basta. Al menos quisiera ver a mi hermana de nuevo por mi cumpleaños, pero ni siquiera hacer eso es posible.

Un golpe en la puerta me hace sobresaltar y hacer un estruendoso ruido con el piano. Al llevar mi mirada hacia la puerta, noto a Emmy.

-Emmy, me asustaste, ¿qué haces ahí? -le digo al haber dejado de tocar el piano y ella cierra un poco la puerta.

-Lo siento, solo que tocas muy bonito y no quería distraerte.

-En ves de distraerme me has asustado.

-Perdón.

-¿Sucede algo? -le pregunto al ver que no levanta su cabeza, pero al solo verla negar me pongo de pie y camino hacia ella. -¿Qué te pasó?.

-Nada, _____, nada. Iré a mi habitación.

-Emmy -le digo, pero ella, con pasos rápidos, se aleja de mi.

No lo dudo ni un segundo y sin siquiera pedir permiso la sigo y abro la puerta de su habitación, pero me quedo de pie bajo el marco al escucharla llorar, sentada en el piso mientras recarga su espalda en la pared. Con pasos lentos entro y cierro la puerta a mis espaldas. Sin decir nada, avanzo hasta ella y me siento a su lado.

-¿Qué tienes? -pregunto y Emmy solloza, volviendo a derramar sus lágrimas.

-Nada, solo que, me siento, me siento agobiada. Es una sensación fea y ..., no puedo.

Suspiro y la abrazo de costado si importar que sus lágrimas empapen mi blusa. La entiendo perfectamente, yo estuve muchas veces así luego de que intenté suicidarme, pero siempre traté de mostrarme fuerte a pesar de que hubo un punto en el que sentí ansiedad y le pedí a Joel que me sacará de esta casa.

Aquella salida en la noche en realidad me ayudó mucho y Emmy necesita una.

El tiempo pasa y dejo de escucharla llorar y a decir verdad eso me gusta mucho ya que nunca me ha gustado ver a las personas que aprecio, llorar.

-¿Te sientes mejor? -cuestiono y ella se aleja de mi para secar el rastro de lágrimas de sus mejillas y quitar el cabello de su rostro.

-Un poco -suspira abrazando sus rodillas -, ¿crees que Juan me deje salir? Al menos hasta la esquina, quiero dejar de sentirme prisionera.

-Conociendo la bestia que es, en realidad lo dudo. Es un maldito.

-Será mejor dormir, entonces. ¿Puedes dejarme?.

-¿Segura? -ella asiente y yo me pongo de pie -¿Sabes? Si tanto te gustó escuchar lo que tocaba, puedo enseñarte -sonrío y ella trata de hacer lo mismo.

-Eres muy buena, _____. Y si, me gustaría, pero soy una inútil.

-Para la música nadie es inútil, solo se necesita pasión y gusto. Tú solo dime y yo te enseño.

-Lo haré.

Salgo de la habitación y cuando cierro la puerta a mis espaldas bajo las escaleras ya que he escuchado la puerta de la entrada cerrarse y asumo que debe ser Joel. Quizá no sea lo más inteligente que vaya hacer, pero Emmy necesita salir y Joel es el único que podrá sacarla.

-Jo..., Nicolás -digo y él esboza una sonrisa, acercándose a mi.

-Mi amor, que gusto que vengas a recibirme -me da un casto beso en los labios y yo fuerzo una sonrisa -¿Te encuentras bien?, ¿por qué tienes esa cara?.

-Estuve hablando con Emmy y ella no esta bien.

-¿Qué tiene?.

-¿No es obvio? Ya esta harta de vivir encerrada, necesita salir y despejarse o terminará haciendo algo estúpido.

-_____, lo sé, pero yo no puedo hacer nada. Joel no regresará hasta más tarde al igual que mi padre, tienen una reunión a tres horas de aquí.

-Siento lástima por ella y todo es culpa de tu padre. ¡Todo es su culpa!.

-Mira, estoy muy cansado, no quiero hablar de eso ahora. Nos vemos luego.

-¿No crees que se te olvida algo? -le pregunto con la esperanza de que al menos recuerde mi cumpleaños.

-Ah si, cierto.

Luego de que me haya dado un simple beso como despedida, se va. 

Me dejo caer en uno de los bancos de la cocina y los recuerdos de mi familia cuando festejaban mi cumpleaños se hacen presentes en mi cabeza que me provocan ganas de llorar, y sin resistirme lo hago y no porque el que se supone que es mi esposo ha olvidado mi cumpleaños, sino, porque recordar aquellos momentos me ponen nostálgica.

Estoy segura de que si ellos hubieran dejado que trabaje y estudie, nada de esto estuviera pasando, yo no los estaría odiando en este momento. No estaría odiando a mis padres y seguiríamos siendo la misma familia de antes.

Levanto mi cabeza de la mesa al sentir mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón, así que secando mis lágrimas observo la pantalla. Tengo un mensaje y pensando que podría ser de Esteffi -a quien no he visto-, lo abro.

Pero no es ella.

>Llegaré mucho antes que mi padre. Espero que no te duermas ya que tengo algo preparado.

Sorbo mi nariz y tecleo una respuesta ya que puede ser que este equivocada y no sea quien creo que es. Aunque conociéndolo, no me cabría duda de que se trata de Joel, al no percatarse que no tengo su número.

>Si no te conociera, diría que eres un extraño.

Espero unos segundos y mi celular vuelve a vibrar en mi mano y al leer el texto suelto una risita.

>Cierto, que tonto. Agenda mi número y procura no dormirte, ¿si?. 

>Esta bien, pero ¿qué se supone que harás?.

>No seas curiosa, _____. Dejé algo para ti bajo tu cama, espero que te guste. Quiero verte con eso.

>Lo revisaré. 

>Te veo a las 11:30 en el establo.

Observo la hora en mi celular y a penas son las 9 y 30. Falta demasiado para las once y estoy segura de que voy a terminar durmiéndome, pero por lo que sea que vaya hacer, trataré de mantenerme despierta.

Subo las escaleras y al entrar a mi habitación Nicolás no esta, así que antes de que venga me agacho para sacar una caja de color blanco que se encuentra debajo de mi cama. Dándole una mirada rápida a la puerta le quito la tapa a la caja y saco el vestido color menta que esta dentro.

No puedo evitar reír al ver que es demasiado grande para mi medida y seguramente terminará enterrándome y comiéndome viva. 

-Joel, ¿cómo planeas que me ponga esto? -me digo a mi misma al colocarlo frente a mi mientras me miro al espejo.

Dejo salir otra risita al imaginarme con esto puesto y al mirar dentro de la caja hay una pequeña tarjeta, que seguramente la hizo él, la cual tiene escrito: "Cupón válido para cena" "Requisito: Llevar consigo una flor amarilla".

Siento un cálido cosquilleo en mi estómago y suspiro abrazando el vestido. A esto me refiero cuando digo que Joel, hace peqeuños esfuerzos para mejorar mi estadía dentro de este infierno.

|| Eres el Correcto || Joel Pimentel y Tú || TERMINADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora