Dos

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~DANI~

Tengo el presentimiento de que esto no va a acabar bien.

—Vanesa, lo siento mucho. No tenía ni idea de que...

La mujer, que es rubia y es tan pálida como su hijo, niega con la cabeza al mismo tiempo que pone la mano en el hombro de Alejandro.

—No te preocupes, Ángela. Estoy segura de que esto se puede solucionar de alguna manera. —Sonríe y la expresión de mi madre se tranquiliza.

La directora Casandra sale y hace un ademán con la mano para que entren primero nuestras madres, y transcurridos unos minutos nosotros. Mientras nos sentamos y las adultas hablan entre ellas no puedo parar de darle vueltas a la situación en mi cabeza.

De todas las personas en el instituto a las que podría haber pegado, y escojo al hijo de la jefa de mi madre. Bueno, en realidad es él el que me provoca, así que no tengo por qué sentirme culpable.

Miro a Alejandro y lo veo algo nervioso, lo que me sorprende. Su pierna izquierda no deja de moverse y está cruzado de brazos en un intento por mantenerse en calma. Antes de que apareciera su madre no parecía ni siquiera importarle que le hubieran llevado a dirección.

—¿Cuándo pensabas decirme que fumas? —cuestiona la rubia bastante molesta. Alejandro agacha la cabeza y juega con sus dedos para evitar su mirada.

—No fumo, mamá. Solo un cigarro de vez en cuando.

El carácter fuerte de mi enemigo parece derrumbarse en estos momentos. Aparto la vista y siento una pizca de empatía por él. Quizás porque me recuerda un poco a la actitud que yo tenía delante de mi padre.

—Bueno, eso no es lo importante ahora mismo. —La directora saca varios documentos de uno de los cajones del escritorio y nos lo entrega—. Os voy a expulsar tres días, no más. Espero que podáis solucionar esto entre vosotros, o de lo contrario tomaré medidas al respecto.

Típica frase de docente que luego no hace nada, ya me lo conozco. Muchas veces si el propio instituto fuera el que actúa y pone medidas para acabar con el acoso escolar no habría tantos casos que terminan de forma desastrosa. Pero ¿acaso importa que diga algo? No lo creo.

Cuando acaba la reunión nos dejan irnos a nosotros también a pesar de que quede aún media hora para salir. Es viernes, lo que significa que no podré volver al instituto hasta el jueves de la semana que viene.

—Vanesa, de nuevo siento mucho toda esta situación. Daniel se arrepiente mucho de lo que ha hecho. —Me rodea con sus brazos y yo asiento, a pesar de que sea mentira. No quiero ser el culpable de que mi madre pierda su trabajo.

—Ángela, todo está bien. De hecho, estaba pensando en invitaros a cenar mañana a mi casa. Mi marido estará encantado, y puedes tomarte el día libre. Así a lo mejor nuestros hijos empiezan a llevarse mejor.

No, no, no. Esto debe ser una pesadilla de la que aún no he despertado. ¿Una cena en compañía de Alejandro Vila? Para mi amiga Elena esto sería un sueño, para mí todo lo contrario.

—Muchas gracias, allí estaremos.

Gracias por arruinar mi fin de semana de bienestar, mamá. Disimulo mi cara de fastidio y escudriño a Alejandro, cuya expresión es de molestia y nerviosismo a partes iguales. De un momento a otro se percata de que le estoy mirando y sonríe.

—Sí, seguro que podemos arreglarlo —agrega, fingiendo toda la normalidad del mundo.

Algo me dice que este chico me va a poner las cosas difíciles.


Vulnerable [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora