ᴘᴀʀᴛᴇ 𝟹𝟾

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Pilar.

Los exámenes habían finalmente acabado y no podía estar más aliviada.

De vez en cuando sentía que todo en mi mundo se derrumbaba, y eso era lo que me estaba pasando esa semana.

Cuando los exámenes parciales estaban sucediendo mi cabeza parecía querer explotar. No recordaba el momento de mi vida en el que no estaba estudiando. Bueno, tal vez estaba siendo algo dramática.

Tenía que rendir cinco materias y gracias a las eternas horas de estudio, y a los tres fines de semana sin salir, había promocionado tres de ellas, lo que significa que no debía rendirla a fin del semestre otra vez.

Luego de esa ardua semana, dormí un día entero. De verdad. Veinticuatro horas seguidas, sin exagerar.

El domingo siguiente desperté cerca de las cuatro de la tarde. Al abrir mis ojos, algunos rayos del sol colándose en mi ventana me hicieron cerrarlos inmediatamente. Me acostumbré a la luz luego de tallarme los ojos y me levanté, estirando mi cuerpo.

Al bajar, encontré una nota en la cual reconocí fácilmente la letra de mi madre.

"Pili:
Nos fuimos a la casa de tus tíos, no te despertamos porque te mereces descansar. Pedí algo de comer si tenes hambre, te dejamos plata en la mesa.
Te amamos, Mamá y Papá"

Eran tan dulces.

Subí a mi habitación otra vez para agarrar mi celular y en él encontré mensajes nuevos.

"Los de siempre👀🤘🏻" (12 mensajes nuevos)

En el grupo, una conversación sobre algún plan ese día y preguntas sobre dónde diablos me encontraba yo.

"Estaba durmiendo, cracks" Enviado a las 16:27
"Qué planes tienen para hoy?" Enviado a las 16:27

Guardé mi celular en el bolsillo trasero de mi pantalón y bajé a preparar algo de comer. Moria de hambre.

Mi almuerzo-merienda estuvo compuesto de dos tostadas con aguacate y huevos revueltos, junto a un plato de frutas y un jugo de naranja.

Llevé una bandeja con lo que había preparado al sillón y estiré mis piernas sobre una silla. Prendí la televisión y abrí Netflix para buscar alguna película que me gustara.

•••

La tarde pasó volando y ya estaba lavándome los dientes en mi baño, luego de haberme dado una ducha.

Estaba alistándome para la cena en la casa de Santi, la cual iba a ser un almuerzo, pero debido a mis nulas respuestas a esas horas del día, decidimos pasarlo para esta noche.

Alisé mi pelo y en mi rostro solo apliqué un maquillaje sutil.

Había escogido un top mostaza que tenía unas flores en él y con mangas largas, el cual acompañé con un pantalón de color negro y botines del mismo color.

Tomé un buzo gris y lo guardé en mi mochila porque supe que en algún momento de la noche tendría frío, y luego me coloqué mi campera para ya salir y ver el auto de mi amiga en la puerta, esperándome. Si, en otras circunstancias y unos meses atrás, hubiese sido Purre quien esté adentro del auto, pero no todo es como antes.

—Que hermosa estas, amiga— Caro habló, dándome un beso en la mejilla en el momento que me subí al auto.
—Yo amo tu outfit— Y no mentía, ella se veía perfecta con una blusa blanca con mangas largas que contenían transparencias, y una pollera negra con estrellas blancas.

En la radio, "The lazy Song" de Bruno Mars comenzó a sonar y ambas cantamos junto a él. Nuestras voces sonaban muy bien juntas.

—Vos tendrías que venir a clases de comedia musical conmigo— Dije al término de la canción.
—Ni en tus sueños— Ella contestó y yo bufé. Caro nunca había confiado en su talento.

Unos minutos después ya nos encontrábamos en el ascensor junto al rubio, quien comentaba algo sobre la comida que había preparado para esta noche.

Cuando Santi abrió la puerta, Purre ya estaba ahí y nos sonrió antes de saludarnos.

Al terminar de comer, y luego de lavar todos los platos, todos nos sentamos al rededor de la mesa a hablar de todo, como solíamos hacerlo antes.

—Y, Pili— El rubio llamó mi atención. —¿Cómo está Rena?— Lo miré extrañado, pues no entendía a qué venia la pregunta, quiero decir, solo se habían visto un par de veces y ni él, ni ella me habían hablado sobre algo entre ellos.
—Supongo que bien— Reí. —¿Por qué lo preguntas?— Repliqué.
—No se, solo por curiosidad— Se veía nervioso y yo reí otra vez ante la situación. —Y ustedes— Nos señaló a Purre a mi, para cambiar de tema. —¿No es incómodo? Digo, eran novios y ahora— Yo pasé una mano por mi cabello y hice una mueca de incomodidad.
—Bueno, en realidad nunca fuimos novios— Solté.
—Estamos bien— Habló. Él me miró y yo le di una mirada de aprobación. Ambos sonreímos mirando al rubio que estaba muy preguntón, rogando que no pregunte nada más sobre eso.

Nunca habíamos hablado entre nosotros cuatro de lo que había pasado entre el rizado y yo, y se sentía algo raro mencionar el hecho de que estábamos viviendo como si nada pasó, pero era mejor así. Supongo.


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ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ(s) [ᴘɪʟᴜʀʀᴇ]Where stories live. Discover now