ᴇᴘɪ́ʟᴏɢᴏ

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Pilar.

Mis pasos eran algo apurados y ellos recorrían las calles del barrio de Recoleta en busca de mi auto.

Por fin llegué al lugar donde lo había estacionado y subí rápidamente a él.

Mi celular marcaba las ocho y media. Tenía que correr.

Ya a unas calles de mi casa, mi celular comenzó a sonar y el nombre de mi novio se hizo presente en la pantalla. Con un botón en el volante de mi auto, atendí la llamada, ya que el dispositivo estaba enlazado mediante Bluetooth con mi vehículo.

Pupi, estoy a dos cuadras, mi última paciente sufrió la pérdida de uno de sus seres queridos y...— Estaba explicándole el motivo de mi tardanza, pero me interrumpió.
Tranquila, Pilita, todavía hay tiempo— Su voz al otro lado de la línea era tan calma que, como siempre, inspiraba paz.
Te amo, ya estoy llegando— Me despedí.
Yo también te amo, manejá con cuidado— Y cortó la llamada.

Y aquí va un resumen de todo lo qué pasó en estos últimos seis años. Si, seis.

Por fin me recibí de psicóloga y con mucho esfuerzo había conseguido tener mi propio consultorio, en donde podía ejercer mi profesión.

En cuanto al arte, nunca dejé de tomar clases, y con Purre tocábamos en un bar todos los sábados por la noche, y era uno de mis pasatiempos favoritos.

Él estaba triunfando en el mundo de la actuación y constantemente tenía propuestas de trabajo en varias obras de teatro. Y se lo veía más feliz que nunca.

Muy poco tiempo después de que yo terminara mi segundo año en la Universidad, nos mudamos juntos a lo que ahora era nuestro departamento, y si bien no era demasiado grande, era muy acogedor y supimos convertirlo en un hogar.

¿Hijos? Por Dios, no. Todavía éramos niños. Aunque él estuviese a punto de cumplir sus treinta y yo, mis veintiséis. No estaría en nuestros planes por un largo tiempo.

Estacioné mi auto, que me había comprado con los ahorros de toda mi vida y algo de ayuda de mis padres ya hacía casi un año, y bajé de él para entrar al edificio.

—Ya llegué y ya estoy entrando a bañarme— Anuncié tropezando mis palabras.

En unos quince minutos tendríamos que estar en la casa de la hermana de Purre, ya que era su cumpleaños número cuarenta y toda la familia estaba invitada. Los once hermanos estarían allí.

Con sus manos en los bolsillos de su jean negro y con una camisa estampada en tonos grises, mi compañero de piso esbozó una sonrisa al salir de la cocina.

—Hola, amor, cálmate que no nos van a matar si llegamos diez minutos tarde— Se acercó a mi y plantó un beso dulce en mis labios que relajó un poco mi intensidad.
—Ya lo sé— Cerré mis ojos cuando me rodeó con sus brazos y después de esos cinco segundos de calma corrí al baño para entrar en la ducha.

Ambos estábamos recostados sobre el césped del inmenso jardín que poseía mi cuñada.

Estábamos en silencio admirando la belleza de la noche que nos había tocado, e iluminados por la luz de la luna llena que brillaba en lo alto, cuando Anita, quien en unos días cumpliría catorce, se acercó a nosotros.

—¿Tío José?— Ambos nos giramos al escuchar su voz.
—¿Qué pasó, Anita?— El rizado a mi lado se incorporó para prestarle más atención a la adolescente que estaba frente a nosotros.
—¿Podes irte? Quiero hablar con Pili— Yo reí ante la forma sutil en la que lo echó de ahí.
—Eh...— Se rascó la nuca algo atónito y rió antes de levantarse del suelo. —Está bien, exclúyanme, yo no tengo problema— Bromeó y después de unos segundos desapareció por la puerta de vidrio.

Ella se recostó a mi lado y yo giré mi cabeza para mirarla.

—¿De qué querías hablar?— Cuestioné.
—No me mires— Ordenó mirando hacia el cielo. —Me da vergüenza— Hice caso y la imité fijando mi vista en la luna.
—Está bien, contame— Solo esperaba que no haya matado a nadie.
—Ayer dí mi primer beso— Suspiró y una sonrisa se formó en mi rostro.
—¿Y qué es lo qué pasó? ¿No te gustó? Porque eso es normal, el primer beso suele ser bastante caótico y...— Estaba en medio de mi discurso cuando ella habló.
—Es mi mejor amigo— Sonreí ampliamente. —Y no entiendo por qué habiendo tantos chicos en el mundo me tiene que gustar él, y además, todas mis amigas besan a chicos y se olvidan de ellos, pero yo no me lo puedo sacar de la cabeza, tía— Me causó ternura la forma en la que se refirió a mi, pues no lo hacía muy seguido, y también se me ablandó el corazón al escuchar su historia, que salía de su boca con voz preocupada.
—Bueno, entonces te gusta, y tal vez tus amigas besan a chicos que no les gustan— Expliqué.
—Pero no quiero que me guste mi mejor amigo— Por primera vez me miró y pude ver unas pequeñas lágrimas asomándose por sus ojos.
—No llores cuando todo se complica, porque es lo pero que podes hacer, te lo digo por experiencia— Fui sincera ante ella y le saqué una sonrisa con ese comentario.
—Pero, ¿Y si yo no le gusto?— Ella habló ahora.
—Si no se lo preguntas nunca lo vas a saber— Ese era el consejo más sabio que había dado en mi vida.
¿Vos cómo hiciste para enamorarte de tu mejor amigo y que funcione?— Si tan solo ella supiera.
Me parece que vos queres escuchar la historia— Ella me miró con picardía.

Justo después de eso, Purre apareció otra vez.

—¿Historia de qué?— Se entrometió en nuestra conversación.
Nuestra historia— Respondí enfatizando la primera palabra, y ante eso él se unió a nosotras.
—Así que vos— Señaló a su sobrina. —Querías que me vaya para escuchar solo su versión— La miró haciéndose el ofendido. —No es justo eso— Su mirada era desafiante y yo reí ante su infantilidad.
—A él no le creas, vos créeme a mi— Retruqué yo, y la chica entre nosotros soltó una carcajada.

Y en ese momento, volvimos a tener dieciocho y veintidós para empezar por el principio, como debía ser.

Y reviviendo nuestra historia, recordamos momentos en los que parecía que nunca llegaríamos donde estamos, en donde la felicidad se veía inalcanzable y estar juntos casi se manifestaba como imposible, y aún así, lo hicimos. Y no cambiaria nada de todo lo qué pasó, porque cada tropiezo, cada dolor y cada alegria, nos hizo más fuertes.


Me gustó la idea de regalarles una parte más en la que vean un poco que es lo qué pasó después. Espero que lo disfruten💛

ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ(s) [ᴘɪʟᴜʀʀᴇ]Where stories live. Discover now