ᴘᴀʀᴛᴇ 𝟻

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Pilar.

Un rato después, estábamos afuera del lugar, junto a la puerta, esperando al Uber que estaba en camino.

Las cuatro dormiríamos en mi casa, y al llegar, Caro y Maca cayeron rendidas en el instante en el que apoyaron sus cabezas en las almohadas. Cami se quedó revisando su celular por unos momentos, y yo bajé a la cocina a servirme un vaso de agua.

Al volver las ví a las tres dormidas como bebés. Reí y me dirigí a mi cama. Conecté mi celular para cargarlo y me dí cuenta de que hacía un rato, me había llegado un mensaje de Purre.

"Cómo la pasaste hoy?" Recibido a las 5:49

"Así que me viste y no me saludaste" Enviado a las 6:21

"No estabas en un buen momento como para saludarte" Recibido a las 6:22

Reí al entender a que se refería y rodé los ojos.

"Quiero que sepas que vos tampoco lo estabas cuando te vi" Enviado a las 6:23

"Entonces estamos a mano" Recibido a las 6:23

"A mano con que?" Enviado a las 6:23

"No se, vos sabrás" Recibido a las 6:24

Ese mensaje lo leí con su voz. Me dieron ganas de besarlo.

Apagué mi celular y recosté mi cabeza sobre la almohada, para dormirme a los minutos.

Y esa noche soñé con él. Este chico me iba a volver loca.

•••

Purre.

El conductor responsable de aquella noche fue Pedro, uno de mis amigos, quien nos llevó a nuestras casas, ya que era el único que no había tomado alcohol.

Llegue a mi casa y me di una ducha. No paraba de pensar en Pili y en mis ganas de besarla.

Sentía que a pesar de besar otras personas, siempre podíamos volver y encontrarnos el uno al otro. Tal vez habíamos encontrado otro punto de confianza en nuestra amistad. No se si era algo fácil de entender, pero se sentía bien, y al fin y al cabo, no todo en la vida necesitaba una explicación.

O eso creía.

Nos enviamos varios mensajes antes de que mis ojos se cerraran.

•••

Desperté con mi alarma sonando a las dos y media. En una hora debía estar en el teatro para el ensayo general de la obra que estrenaríamos en seis días.

Comí en tiempo récord y agarré mis llaves, dirigiéndome a la puerta de salida.

Gracias al cielo llegue puntual. Apagué el motor y me bajé del auto. Entré al lugar y saludé a algunos de mis compañeros que ya se encontraban ahí.

El teatro era mi pasión desde los catorce, cuando uno de mis primos me llevó a presenciar una de sus clases, y quedé fascinado. Desde ese día estudiaba teatro y lo disfrutaba más que nada en el mundo.

Mientras esperábamos que lleguen todos, agarré una guitarra para comenzar a tocar Seminare de Serú Girán.

Para un artista, rodearse de otros artistas, es como tocar el cielo con las manos: solo entre nosotros podemos entender la pasión que tenemos por lo que hacemos.

Comenzamos con el ensayo, y todos teníamos nuestras correspondientes vestimentas.

Estrenaríamos Hamlet de Shakespeare y estaba muy contento de ser parte de esta obra. Me tocaba interpretar a Laertes, hijo de Polonio y hermano de Ofelia, y yo era el encargado de matar al Príncipe Hamlet en la escena final.

Terminamos a eso de las cinco y media y yo estaba agotado. Conducí hasta mi casa y al llegar dormí unas dos horas, para luego ir a la casa de Santi.

•••

—¡No puede ser que me ganes otra vez!—Suspiró frustrado mi amigo, luego de que lo derrotara por quinta vez en el FIFA. Era muy bueno, debía admitirlo.

Rápidamente se hicieron las nueve y media y decidimos llamar a Caro y Pili para que saliéramos a comer, ya que habíamos visto en sus historias de Instagram que estaban juntas.

Hola Pilita, ¿Quieren que salgamos a comer?—Cuestioné directo y al otro lado del teléfono la escuché repitiéndole mis palabras a Caro.
¿A donde vamos?—Sonreí ante la respuesta.
En media hora las pasamos a buscar, ¿Están en tu casa?
—Si, los esperamos, un beso.
—Muchos quiero—Y corté la llamada, sabiendo que se había sonrojado, pero solo nosotros lo habíamos escuchado.

•••

Nos adentramos en el inmenso lugar, y el mozo nos ubicó en una mesa junto al ventanal. Sería una noche de pasta: Caro ordenó gnocchis, Santi y Pili, tallarines, y yo, ravioles.

Durante la cena, decidí molestar a Pili un poco. Acariciaba su muslo de vez en cuando y sabía que eso la ponía nerviosa. Como respuesta recibí varias patadas de parte de la rubia.

Al terminar la cena, todos estábamos satisfechos.

—Yo pagó hoy—Afirmé, sacando mi tarjeta y mi documento de mi billetera.

Cada vez que salíamos, pagaba uno de los cuatro, y nos turnábamos, en lugar de dividir la cuenta todas las veces.

—Yo voy al baño—Anunció Pilar, dándome una sonrisa pícara y yo entendí a lo que se refería.

Me levanté de mi asiento para dirigirme al mostrador, que se encontraba muy lejos de la vista de nuestros amigos, para nuestra suerte. Pagué lo que correspondía y caminé unos metros hasta la entrada al baño de damas, en donde encontré a Pilar, esperándome.

—¿Me extrañaste?—Me miró divertida, y besé sus labios, como lo había hecho ya incontables veces. Y quería repetirlo mil más.


Hoy doble capítulo! Espero que les guste, kisses❤️

ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ(s) [ᴘɪʟᴜʀʀᴇ]Where stories live. Discover now