ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ(s) [ᴘɪʟᴜʀʀᴇ]

ᴘᴀʀᴛᴇ 𝟹𝟿

Especial "San Valentín"

Purre.

Algo así como a las tres y media de la mañana, mientras Caro y Santi estaban bastante entretenidos en sus celulares con sonrisas tontas en sus rostros, decidí era hora de hacer algo todos juntos.

—Pili, te estás quedando dormida— Hablé en un tono tranquilo para no sobresaltarla. Estaba sentada en el sillón, sus ojos parecían haber permanecido cerrados por un rato y su posición se veía muy incómoda.
—Me aburro— Dijo somnolienta y tallando sus ojos.
—Ustedes dos— Los señalé a los dos que no habían hablado hacía un buen rato. Me miraron. —Dejen eso que están haciendo y hagamos algo— Ordené en un tono alegre.
—¡Karaoke!— Exclamó la colorada y todos reímos asintiendo.

Nuestras noches, sin importar como hayan empezado o donde tomen lugar, usualmente terminaban en karaoke.

—Está bien— La rubia se levantó de su lugar. —Yo voy al baño— Anunció y se dirigió a donde había mencionado.

Mientras tanto, Santi prendió el televisor y abrió YouTube para elegir la canción que íbamos a cantar en primer lugar.

—Puede ser esta— Señaló Más que amigos de Matisse y yo lo miré con los ojos bien abiertos.
—Es un dueto— Expliqué la razón de mi sorpresa.
—Ahora le decimos a Pili— Respondió el rubio restándole importancia. Suspiré. No quería ponerla incómoda.

Y como si la hubiésemos llamado, salió de donde estaba.

—¿Por qué todos me están mirando?— Cuestionó extrañada.
—Purre y vos van a hacer un dueto— Estableció Caro, quien yacía en el sillón con sus piernas sobre la mesa.
—Está bien— Alzó sus hombros y lucia más relajada de lo que pensé que estaría. —¿Más que amigos, enserio?— Dijo al ver ese título en la pantalla. Todos reímos ante esa comparación, pero decidimos hacerlo igual, pues era una muy bonita canción.
—Yo me quedo aquí, y tú ahí— Dijo ella con acento mexicano, mientras acomodaba su pelo. —No es que no te quiera cerca, pero le da aspecto de videoclip— Explicó entusiasmada y algo sonrojada. Yo reí divertido.

El instrumental ocupó los primeros cinco segundos, en los que la pantalla permaneció de color negro.

—Qué haces si te digo que te quiero— Comenzó a cantar y su dulce voz llego a mis oídos, haciendo que se me escape una sonrisa. —Que por robarte un beso yo me muero— Le di una mirada "de videoclip", como diría ella. —Qué haces si te pido que encontremos un camino, y a partir de ya, ser más que amigos— Continuó.

La letra de la canción se plasmaba en la televisión, pero ambos la sabíamos perfectamente, por lo cual nuestros ojos sólo se miraban entre ellos.

—Qué hago si no aguanto el sentimiento de contarle a todos mi secreto— Entoné. —Que siempre fantaseo con perdernos el respeto, y ya no ser tu amigo, ser tu dueño— Ella se unió a mi canto.

Nuestras voces se fusionaron en una y sólo éramos nosotros: el mundo desapareció y en lo único en lo que podía concentrarme era en su voz, y en sus ojos verdes, en los que yo me veía reflejado.

—Sólo es conmigo, conmigo el camino que debes tú tomar— Y yo sabía que era con ella. —Se que yo te puedo enamorar— Tenia muy en claro que lo había hecho.
—Sólo es contigo, contigo que pido toda una eternidad— Una y mil eternidades eran las que deseaba yo con ella.
—Te ruego sólo una oportunidad— Y eso lo cantamos juntos.

Si fuesen las doce en punto, o si una estrella fugaz pasara en ese momento, lo único que pediría, sería una oportunidad de su parte. Una oportunidad de hacer las cosas bien y de demostrarle lo que en verdad puedo ser para ella.

—Y ya no sé qué hacer, me desespero, cuando estás con alguien y te veo— Solté una leve risa, pensando en que ella podría sentir eso.
—Sabiendo hasta los huesos que a ti yo pertenezco—
Y siempre sería de esa manera.

Porque desde el primer momento en el que la ví con otros ojos, estaba seguro de que yo tenía que luchar por ella.

La canción continuó en un momento que quería congelar y guardar en mi memoria para siempre.

—Te ruego sólo una oportunidad— La canción finalizó con nuestras voces unidas.

Y en ese instante, tuvimos un contacto superior al que habíamos tenido jamás, incluso encontrándonos cada uno en una esquina de la habitación. Y entendí que estábamos conectando de manera diferente, otra vez.

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El amor está en el aire?
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