ᴘᴀʀᴛᴇ 𝟸𝟶

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Pilar.

Dos días pasaron del comienzo del nuevo año. La primera quincena de Enero la pasaríamos en Pinamar, y hasta ahora, ambos días habían tenido un clima ideal que nos permitió disfrutar de la playa hasta el atardecer, como lo estábamos haciendo hoy.

Mi bronceado iba muy bien, y ya se me notaba la marca de la bikini más blanca que el resto de mi piel.

Era sábado y ya estábamos levantando nuestras cosas de la arena, para volver al hotel y descansar un poco, antes de salir a comer.

Al llegar a nuestra habitación, Azul tenía cara de preocupada y me miraba mucho, así que supuse que quería pedirme algo.

—¿Qué me queres pedir, Azu?— Ella me miró sorprendida. Yo era una persona muy observadora y sabía interpretar las expresiones de la gente, incluso con poco tiempo de conocerlas.
—Bueno, en realidad no te quería pedir nada—Alcé mis cejas: no le creía ni una palabra. Ella suspiró, rindiéndose. —Esta bien— Se sentó a mi lado. —Hay una fiesta hoy en la playa, en el parador de al lado, y Tomi va a ir con su hermano— Abrí mis ojos con atención. —Y yo también quiero ir, pero necesito a un mayor de 18, justo como vos— Juntó sus manos en señal de súplica y yo reí.
—A vos te gusta Tomi, me parece— Ella se sonrojó y me tiró un almohadón de su cama, yo le sonreí negando. —Yo no tengo problema, pero pregúntale a tu mamá— Me abrazó inesperadamente y corrió a la habitación de su madre.

A los minutos volvió, más contenta que nunca y supuse que le habían dicho que si.

—¿Entonces tenemos una fiesta hoy?
—¡Si!— Ella contestó dando pequeños brincos de felicidad. —Pero no se que me voy a poner— Sus ojos reflejaban preocupación.
—Quédate tranquila, yo te ayudo— Y ella vació su valija para buscar las prendas perfectas.

Al final ambas coincidimos en que ella usaría un short de jean en color blanco, acompañado con un cinturón de tachas, y con un top negro mío que se ataba adelante en un nudo.

Yo me vestí con una pollera roja y un top negro, que tenía unas perlitas pequeñas.

Ya habíamos cenado y al terminar, ambas nos adentramos en la habitación para prepararnos. Adriana, la madre de Azu, me agradeció mil veces por acompañar a su hija e insistió en que los chicos nos acompañarán, pero ellos no tenían ganas de hacerlo, y para nuestra suerte, iríamos solas, aunque nos llevarían hasta allá.

—¿Estoy linda?— Salió del baño, recién bañada y ya estaba cambiada.
—Hermosa— Le sonreí. —¿Queres que maquille un poco?— A ella le brillaron los ojos y le di una palmadita al lugar vacío en mi cama para que ella se siente junto a mi.

Mientras le hacía un maquillaje sencillo y no muy llamativo, en el que usé tonos grises y algo de plateado, opté por indagar un poco más sobre su algo con Tomi.

—Entonces, ¿Que onda vos y Tomi— Ella se rió. —Me vas a tener que contar, eh— Abrió sus ojos para mirarme. —Sino no te acompaño— La apunté con el pincel con el que estaba maquillando sus ojos en modo de amenaza y ambas nos reímos.
—Está bien— Yo sonreí victoriosa ante su respuesta. —Nos conocimos acá, el está en la habitación de arriba— Se sonrojaba tanto que juré que no necesitaba ni rubor.
—Eso ya lo sé— Tomé otro color de la paleta para aplicarlo en su ojo.
—Déjame hablar— Yo levante las manos y reí. —Nos vemos cuando bajo a la pileta y también hablamos después del desayuno— Yo no dejaba de sonreír: el amor de los 14 era inolvidable. —Y me gusta— Mordí mi labio inferior con ternura.
—Decime que por lo menos su hermano es lindo— Yo también quería estar con alguien. Ella carcajeó.
—Tiene novia, Pili, no te ilusiones.
—No perdía nada probando— Ambas reímos. —Bueno, entonces, ¿Te tira onda?
—Si, eh, bueno, nose— Alzó sus hombros. —Creo que le gusto— Yo aplaudí feliz, ella negó con su cabeza.
—Me parece que hoy hay besito ahí, eh— Ella se sonrojó más. —Va a ser tu noche, estás divina. Había terminado de maquillarla y sus ojos verdes resaltaban más que nunca. Estaba orgullosa de cómo había quedado.

Luego, me cambié yo y me maquillé casi de la misma forma que lo había hecho en Año Nuevo.

¿Que haría yo en esa fiesta? Estaría sola y esperaba conocer a algún chico que me ayude a superar a Purre, al menos por un tiempo.

ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ(s) [ᴘɪʟᴜʀʀᴇ]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum