In the paradise again 51- FINAL.

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Sostenía a Paris en mis brazos, frotando su cuerpo para brindarle más calor, estaba enrollada en sabanas pequeñas, el nudo cubría mi garganta, exhalaba para soportar el frío. —Vamos a estar bien, mi amor. —Le susurré a mi pequeña con un asfixiante nudo en la garganta.

Acariciaba la mejilla de mi pequeña, descubrí mi pecho y comencé a amamantarla. Era torpe haciéndolo pero poco a poco comencé a hacerlo bien, nadie nos enseñaba a ser padres y mi madre no estaba aquí para explicarme como debía hacerlo.

Una vez que terminé de darle de comer, coloqué a Paris sobre mi hombro para darle pequeños golpecitos para que repitiera y no se inflamara, o al menos eso había leído en las revistas durante todo mi embarazo.

La puerta se abre y miro que está Lisa parada ahí con el rostro sin expresión alguna.

—Esmeralda. —Menciona y la chica morena asiente, entrando a este espantoso lugar y extiende los brazos para que le entregara a Paris.

Negué y la abracé. —No. —Dije con la voz quebrada. —No me la quites, ella necesita de mí.

—No seas cursi, y entrégasela ya. —Dice Lisa a metros de nosotras.

—Este no es un buen lugar para la bebé. —Dice Esmeralda en cuclillas frente a mí. —Sólo harás que muera de frío aquí. ¿Es lo que quieres?

La miré.

—Oye...—Susurra, y me mira con una sonrisa. —Tranquila, tu bebé va a estar bien, te lo prometo...yo cuidaré de ella, muñeca. —Me dice, pero seguía aferrada a Paris. Cansada exhala y me mira. —No lo hagas más difícil, en un rato más estará de nuevo aquí. —Su mano sube a mi mejilla y acaricia los bordes de mis labios, mirándolos. —No hagas que Lisa no te la entregue más, mira que ha sido generosa con permitir que la tengas en ratos, no te conviene hacerla enojar. —Mi vista está en ella y después en Lisa. La mirada de Esmeralda baja hacia mi pecho que está algo descubierto por haber alimentado a Paris y me mira con morbo, ignoro eso y exhalo.

—E-Está bien. —Digo, había verdad en que si mantenía a Paris aquí moriría de frío, era tan pequeña....—P-Prométeme que estará bien. —Le digo con los ojos cristalizados.

—Te lo prometo. —Dice y poco a poco le entrego a Paris. —Alguien vendrá a curar tus heridas, espero que me des las gracias después. —Dice y besa mis labios, yo giro mi rostro, frunciendo el ceño y ella suelta una risa.

Esmeralda camina hacia a la puerta y se detiene, entregándole mi bebé a Lisa, la voz de Esmeralda se escucha una vez más. —¡Oye tú, ven acá y haz tu jodido trabajo! —Grita, y pronto un chico alto suelta a alguien dentro de la habitación, quita el saco que hay en su cabeza y la veo.

Taylor.

Era mí Taylor, arrodillada en el suelo, apoyando sus manos llenas de tierra en el piso, su ropa rasgada y su rostro estaba con moretones y ciertos golpes recientes, las lágrimas caen de mis mejillas sin previo aviso.

—¿T-Taylor? —Digo con un nudo en la garganta, y ella levanta su mirada a mí.

La puerta se cierra después de que Esmeralda dejara una bolsa en el suelo. Taylor levanta la mirada y sus ojos se cristalizan. —Beth. —Dice apenas en un susurro.

Me levanto como puedo, la verdad era que gateaba más que caminar por lo débil que estaba. Ella hace lo mismo pero con más rapidez. La abracé tan fuerte, sus manos rodean mi espalda desnuda y me quejo, el dolor seguía presente y ella me mira. —¡¿Q-Qué te hicieron?! —Dije llorando y revisando su rostro.

—No me hicieron nada, ellos no pudieron...—Dice con las lágrimas ya mojando sus mejillas. Refiriéndose a que no la habían violado. —¿E-Ellos te hicieron algo? —Me pregunta al ver que sólo tengo mi ropa interior puesta.

Neverland | EspañolWhere stories live. Discover now