In the hell 48.

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Las televisoras han estado volviéndose locas con la noticia de que Lisa Marie Presley tiene un hermano, paso los canales y todos hablan de lo mismo, han olvidado el tema de Michael y mío a costo de Harry, estaba sola en casa y este era el segundo día después de que todo estallara y desde que no había visto a Michael, mi cabeza se mantenía vuelta loca pensando en sí estaba equivocándome al rechazar lo que me había propuesto, o si era lo correcto.

Amaba a Michael.

Lo amo ahora, y no podría ser egoísta, si alguien sabía de cuanto le había costado levantarse cada mañana temprano para ensayar duramente para el tour, para grabar su disco y todo eso era yo, le había costado tanto y no desearía ser egoísta con el esfuerzo que ha realizado.

Sentada en la cama, la luz naranja del atardecer iluminaba la habitación desde la ventana.

Como fondo estaban las noticias, mientras me seguía cuestionando. —¿Era correcto quedarnos aquí?

No lo sabía, temía que no resultara como pensaba, todo esto del embarazo me mantenía con emociones encontradas, y estar paranoica no era la excepción.

—¿Qué debo hacer? —Susurré. —¿Qué se supone que haga? —Sentía la opresión en mi pecho al sentir el vacío y las ganas de llorar, estaba frustrada y necesitaba salir de todo esto, necesitaba encontrar una salida. — Si me quedo, seguiré dirigiendo el local como todo este tiempo, me mantendré tranquila al saber que Michael se mantiene al margen con su carrera, pero estaré en constante peligro, teniendo a Lisa detrás de nosotros, pero si nos vamos...le diremos adiós a todo nuestro esfuerzo, adiós a toda nuestra vida, adiós Taylor, adiós Harry, adiós sueño de diseño de moda y un posible adiós al teatro.

Exhalé.

Trataba de encontrar una solución, estaba sola y estaba hablando conmigo misma.

—¿Por qué no dejas de pensar en eso? Y te tranquilizas. —La pelirroja dice, recargada en el marco de la puerta y con una leve sonrisa.

Levanté la mirada y la miré, ella parecía estar desde hace tiempo ahí y no me había dado cuenta. —Taylor.

Ella quita la postura que tiene y se sienta junto a mí en la cama, y ahí estábamos ambas, sentadas en la cama viendo a la nada.

—Elizabeth, creo que debes aceptar la idea de Michael. —Me confiesa, la miro y juego con mis manos ansiosas.

Negué.

—He escuchado lo que decías. —Dice, y sonríe leve. —Y nada puede ser más importante que la vida de tu pequeña y la tuya, que están en peligro. —Niega.

—Taylor, no sabemos si Lisa está detrás de todo esto.

—Es más que obvio. —Dice, y se levanta mirándome. —Es absurdo que dudes sobre si es Lisa o no, te he dicho que es una mujer peligrosa y muy rencorosa, y sé muy bien que es capaz de cualquier cosa con tal de vengarse de Michael.

La miré.

—Elizabeth, escúchame por favor. —Insiste—El local no es prioridad, tu nena sí.

—No es sólo eso, Taylor. — Susurré—Es que...me he acostumbrado tanto a ti y a Harry. —Solté. Mi pecho se comprime. —Estar lejos de ustedes, lejos de casa y estar siempre escondidos es lo que no deseo.

Ella sonríe leve y se sienta frente a mi tomando mis manos. —Oye...iré a visitarte, lo prometo. Además, todo va a fluir. —Dice—¿Por qué no llamas a Michael y le dices que sí? —La miré.

—No quiero que él se separe de su familia, no quiero que se desaparezca y deje los escenarios, tú y yo sabemos lo mucho que ama cantar, bailar y sus fans...—Ella asiente.

Neverland | EspañolWhere stories live. Discover now