In the hell 40.

154 11 0
                                    

Los pequeños rayos de sol me despiertan, abro mis ojos lentamente y lo miro ahí sentado, resolviendo un crucigrama en el periódico, se veía estresado con una palabra y al parecer la última. —Es Belduque. —Le digo con la voz ronca.

—Oh, ya despertaste. —Dice sonriente y dejando el periódico a un lado. —¿Cómo te sientes?

—Bien, el dolor se ha ido. Ahora me siento muy cansada, siento que me ha atropellado un camión. —Dije.

Él ríe. —Si te hubiera atropellado un camión, estarías muy adolorida, probablemente sin piernas.

Reí leve. —Dime que aun las conservo. —Él mira mis piernas y dice: —Mmhhmm bueno... están bien para mí. —Ríe y giro los ojos.

—Dime, ¿Mi bebé está...? —Digo y el asiente.

—El bebé está bien—Sonríe. —El doctor me dijo que fue un intento de aborto. Pero que llegamos a tiempo. —Solté el aire caliente, haciéndome sentir más aliviada. —Dime algo, Elizabeth, fue él ¿Cierto? —Me pregunta—Él fue el culpable de que te alteraras de esa manera.

—¿Me ayudas a sentarme? —Le pregunto y él asiente. Harry me ayuda a sentarme con cuidado y acomoda unas almohadas en mi espalda.

—Y ¿bien? —Dice esperando mi respuesta. No le contesté. —Está bien, sé que no deberías confiar en mí y lo entiendo completamente. Sólo no quiero que te alteres y pierdas al bebé.

—Dime algo ahora tú. ¿Por qué tu repentino cambio de actitud conmigo, Harry? —Le digo.

Él se sume de hombros. —No lo sé. Quisiera saberlo también. —Dice. —Planeé tanto tiempo mi venganza y ahora que lo logré, y debería estar feliz...no puedo. —Lo miré, realmente Harry se veía diferente, el frío Harry estaba dormido dentro de él ahora mismo. —Cuando estoy recostado en la cama y te escucho llorar desde la sala, algo dentro de mí se remueve y me...duele. Y toda la responsabilidad de tu sufrimiento cae sobre mí, tenías razón la otra noche, te estoy haciendo daño cuando no debería hacerlo. —Me mira sin expresión alguna. —Y... pensé en lo que me pediste y ahora con lo sucedido me siento responsable también, tomé la decisión esta mañana en dejarte ir. —Me mira —Pero... no puedo dejarte ir estando embarazada, déjame recompensar todo el dolor que te he causado, Elizabeth. —Toma mi mano—Deja que me haga cargo de tu embarazo y cuando el bebé nazca te dejaré elegir si quieres irte o quieres quedarte en Santa Bárbara. ¿Qué dices?

Su petición me había tomado sin palabras.

—Lo sé, es estúpido lo que te pido, pero Jackson se casará en menos de dos meses. —Me dice y la oleada de dolor viene a mí. — Y probablemente ya mis palabras o las tuyas ya no tengan validez. Así que...—Lo interrumpí.

—Está bien, Harry. —Le digo—No puedo irme en este estado y menos ahora que mi embarazo está en riesgo.

—Bien. —Él me mira sonriente y después regresa su vista al periódico, y escribe su palabra faltante y sorprendido me mira—¿Cómo supiste?

Reí. —¿Qué otra cosa crees que puedo estar haciendo en un local todos los días?

Él comenzó a reír. —Debí suponerlo.

Nuestras risas estallan por la habitación. La puerta se abre y aparece Michael con un ramo de flores. Ambos borramos la sonrisa que teníamos en el rostro. —Hola, lamento interrumpir. —Harry se levanta molesto y se pone enfrente.

—¡Te dije que te mantuvieras lejos de ella! —Dice molesto.

—Harry. Está bien. —Le digo y Harry se calma, mirándome y dándole la espalda.

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora