Capítulo 52

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Luego de la movida noche, Dalia y yo dormimos hasta tarde y sigo intentando que ella se levante de la cama y deje de ver televisión.

—Espera... —susurro Dalia.

La miré desde la puerta del baño, ella está envuelta en las sábanas.

—Ven...

—Ya es medio día —suspiré—. Mejor ven tú a ducharte conmigo.

Ella respondió escondiendo su cabeza entre las almohadas.

—Desde aquí te huelo.

—Aja —murmuro contra las almohadas para luego voltear a verme—. Me gusta lo que veo.

—Entonces ven a ducharte junto a mí —repetí.

Ella extendió los brazos.

—¿Qué? —cuestione al ver su mirada llena de picardía.

—Te diría que me cargues, pero perderás el equilibrio —sonrió—. Así que toma mi mano.

—¿No puedes caminar? —Levante una de mis cejas.

Ella me tiró una de las almohadas, sentándose rápidamente en la orilla de la cama para levantarse.

—Espera, te tomo la mano.

—No... Acabas de matar mi momento romántico —refunfuño caminando hacia mí para abrazarme—. Pero puedes volverlo romántico otra vez —sonrió.

—No creo que debas pedir eso —Mire hacia la ducha, intentando relajarme mentalmente, imaginándome debajo del agua fría.

Ella me besó con lentitud y luego me hizo dar dos saltos atrás girándome hacia la cama.

—No tengo la prótesis, vas a ser que me caiga.

—Suerte solo —dijo antes de cerrar la puerta de la ducha en mi cara y estallar en carcajadas dejándome del otro lado.

—¡Eres malvada! —reí junto a ella—. No puedo creer que me dejes de este lado como vine al mundo y sin compañía.

—Que lo disfrutes —Siguió riendo antes de empezar a escuchar el agua caer.

—Voy a disfrutarlo más cuando salgas de allí —musite contra la puerta.

—¿Qué dices? —cuestiono en tono burlón.

—Solo espera y verás —dije burlándome de ella de igual forma—. Vas a quedar como yo luego de mi primer día de gimnasio.

—¿De qué hablas? No puedo escuchar bien por el agua —La escuché decir en un tono más bajo.

El que ríe al último, ríe mejor, solo debo esperar a que salga nuevamente.

Hemos estado una semana a solas, divirtiéndonos y pasando el tiempo juntos, sin olvidar el hecho de que igualmente tenemos que cumplir con nuestros deberes

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Hemos estado una semana a solas, divirtiéndonos y pasando el tiempo juntos, sin olvidar el hecho de que igualmente tenemos que cumplir con nuestros deberes.

Una tragedia nombrada vida │ST 1│Where stories live. Discover now