Capítulo 43

445 48 1
                                    

—¿Cómo está mi enfermera favorita? —sonrió Alonzo—. Mira lo que he hecho para ti —Me mostró un pastelillo con una pequeña palabra escrita en dulce. Cita «diversión» y luego señalo a los que están en el mostrador que tienen muchas más palabras.

—¿Qué te parecen? Son un nuevo sabor.

—Siempre me ha dado curiosidad saber por qué les pones palabras a los pastelillos —confesé mirándolo con interés.

Él se encogió de hombros y luego suspiro.

—Mi mamá lo hacía cuando era niño. Si un día estaba triste me escribía «felicidad». Supongo que le cogí gusto a su maña —aseguro—. Entonces dime ¿Vienes a comer?

—No, y sí. Estoy esperando a Carter, que hoy fue a ver a su mejor amiga de cuando estaba en bachillerato y luego viene para encontrarnos con Eliza —dije tomando asiento en la barra del mostrador.

—Sigo estando impaciente por el mensaje que me enviaron tú y Carter —Levanto una ceja, curioso—. ¿Por qué de repente parece que son cercanos a ella? —cuestiono—. Las drogan son malas.

—¿Por qué lo dices? —cuestione antes de echarme a reír.

—Se fumaron algo muy fuerte para que Carter, Eliza y tú sean amigo de repente —aseguro para sí mismo—. ¿Me dirás que sucedió?

—Es una larga historia Alonzo... Muy larga, además, ella viene a hablar contigo, no con nosotros.

Su rostro creó una mueca graciosa.

—¿Yo que pintaré en todo este misterio? —cuestiono para sí mismo, observándome con una sonrisa.

—Es complicado —aseguré tamborileando mis dedos sobre mi pierna con aburrimiento—. Sabes que, dame un café frío.

Él asintió.

—Un frapuchino para la señorita —pidió Alonzo a un chico que iba pasando.

Un par de manos se escurrieron desde mi espalda con tal rapidez que me sobresalte cuando estrujaron mis senos, me gire para golpear a quien fuese él que hizo eso y me encontré con el rostro de una risueña chica de cabellos oscuros y porte sensual. Dio un corto silbido antes de hablar.

—Oh... Pero si eres muy guapa y con esos pechos te verás perfecta —aseguro mirándome como quien mira a un experimento de laboratorio.

—Estarás de coña ¡Mina! —Escuche a mi lado como Carter le grita a la chica—. A penas te digo quién es mi novia y corres a manosearla, voy a meterte presa por acoso sexual.

—Lo siento —Se disculpó ella—. Eres muy linda —aseguro dándome un pequeño toque en el hombro—. Solo recolecto información, un placer, soy Mina —Una pequeña risa broto de sus labios.

Las personas del lugar la ven como si le hubiese salido un tercer ojo en la frente y ella parece no estar en el mismo mundo que los demás.

A pesar de que desborda un aura de "soy muy linda y lo sé" es completamente desinteresada a las miradas de otros y reacciona de forma graciosa cuando cacha a alguien. Incluso llego a saludar a un chico que se le quedó viendo desde una mesa, así, sin más. Como si ya lo conociera, este la observo confundido y luego centro su mirada en la comida, ella también hizo lo mismo, pero con los dulces.

—Sí, ella es Mina —dijo Carter acercándose muy lentamente a mí—. Te dije que le falta un tornillo.

—Se ve agradable —sonreí.

Mina me miro de soslayo y yo a ella, compartiendo un par de sonrisas sinceras.

—Es que no has visto toda su locura —aseguro él.

Una tragedia nombrada vida │ST 1│Where stories live. Discover now