Capítulo 24

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Bastian me pasó una taza de café, estamos en mi apartamento, porque Bárbara se fue a alguna clase de congreso, junto a sus compañeros de trabajo. Al fin logré averiguar cuál es su trabajo—transcribe a braille y viceversa.

Bastian no lo ha dicho, pero se le ve preocupado.

—¿Cuándo hablarás con tu madre? —cuestiono revolviendo los huevos en el sartén.

—No lo sé. No veo el momento para hacerlo —suspiré echando azúcar en mi café—. Necesito pensar que le diré.

—Hay tiempo —afirmo sirviendo los platos—. Hablaste con Dalia el otro día, ¿no? —cuestiono.

Yo asentí.

—Fue extraño, pero agradable —aseguré—. ¿Tuviste una epifanía cuando le dijiste que me hablara?

—Tal vez... —dijo arqueando una ceja—. ¿Te gusta?

—No me siento bien pensando en relaciones amorosas en estos momentos — aseguré.

—No te pregunte eso —él entornó los ojos.

—Creo que me ha bastado con que me dejara mi prometida.

Bastian suspiró.

—Ella me agrada, y espero agradarle, pero no creo que nos convirtamos en mejores amigos —metí un bocado de comida a mi boca—. Además, ella nunca se fijaría en mí de esa forma.

—Entonces, eso significa que si lo has considerado —aseguro con una sonrisa.

—¿Considerar el qué? —cuestione.

—En sí, ella podría fijarse en ti —afirmo.

—No, eso no fue lo que quise decir —inquirí—. Solo comente que ella nunca se fijaría en alguien como yo —suspire.

—¿Alguien como tú? —cuestiono de forma brusca—. Se puede saber qué coño se supone que crees que eres, porque lo dices como si fueras una mierda pegada en la pared.

—Me siento así.

Él bufó.

—Jamás sabrás si algo es posible, si ni siquiera le das la oportunidad de que pase —aseguro él—. Solo te sientas a decir que nunca pasara, cuando ni siquiera ha sucedido algo que te indique que eso no puede ocurrir, que no podría surgir una chispa entre ustedes. En la vida todo es incierto, hasta que ocurre.

—Como sea —espete—. No es como si realmente me importara estar con alguien —asegure.

Bastian enarcó una de sus cejas.

—Lo importante ahora es que continúe con mi vida, el tiempo sanara lo demás.

—Sí, claro —Bastian asintió sin tragarse mis palabras—. Y los unicornios vendrán a cantarnos poesía. El tiempo no resuelve los problemas, el tiempo los empeora si tú mismo no te dedicas a enfrentarte a ellos. Así que cuidado esperas demasiado del tiempo, porque te dejara plantado.

—¿Por qué me hablas como si fuese un niño? —gruñí y me atore con algo de comida.

—¿Por qué razonas como un niño? —cuestiono él de igual forma.

Rodé los ojos y dejé de darle vueltas al asunto.

Luego de unos minutos, terminamos de desayunar y nos dirigimos al gimnasio para hacer nuestra rutina.

—Carter —Me llamo Bastian—. Me han dicho que harán una carrera amistosa de motos cerca de la costa. ¿Quieres venir?

—Yo... —Mire mi pierna y mi brazo sintiendo un nudo en el estómago—. No estoy muy seguro.

Una tragedia nombrada vida │ST 1│Where stories live. Discover now