Capítulo 32

472 49 10
                                    

Veo mi reflejo en el espejo mientras acomodo un último mechón de cabello detrás de mi oreja, me rio ligeramente, hace mucho no me arreglo tanto para salir. Deslizó un labial rojo por mis labios para hacerlos resaltar, no son del todo definidos, pero son lo suficientemente bonitos para llamar la atención de alguien.

Vuelvo a sonreírle a mi reflejo.

«¿Por qué no sonríes más? Eres muy hermosa, lo sabes. ¿Cierto?» Recuerdo decir a mi mamá mientras hacía un par de trenzas en mi cabello.

—Lo sé... Mamá...

Me levanto de la silla y planche el hermoso vestido perlado de color champán con mis manos, tiene transparencias y se ajusta en mi cintura para luego caer como una cortina suave por mis curvas. Tiene una apertura en mi pierna derecha y algunos detalles brillantes.

Mire la cama vacía de Amelia, quien salió a toda prisa a primeras horas de la mañana, tropezando por aquí y por allá. No dijo nada, simplemente tomo sus cosas, dejo el desayuno hecho para mí y desde que salió no he recibido un mensaje de ella. Seguramente tiene planes para arreglarse en otro lugar, solo pensé que lo haríamos juntas.

Ahora solo espero que Carter pase a por mí, por alguna razón me siento nerviosa. Lo normal, pero lo suficiente para saber que las manos me empiezan a sudar. Y que cada tic tac del reloj me llama a salir corriendo.

Un mensaje hizo titilar la luz de notificaciones en mi celular.

Carter (Capitán Garfio)

Estoy abajo ¿Quieres que suba?

No tarde en responder, diciéndole que ya voy bajando, que me espere allí.

Salí de la habitación intentando no tropezar con los tacones de un tono pastel muy parecido al del vestido, tiene delgadas cintas que se enroscan con suavidad en la parte inferior de mi pierna, como una tierna enredadera que avanza sin llegar más allá de la rodilla. Al entrar al ascensor no puedo concentrarme en nada, no puedo enfocarme en escuchar la ridícula música de espera, mucho menos el sonido que avecina la llegada de la planta baja. Solo espabilé luego de estar unos segundos atascada en medio de mis ensoñaciones, al notar que aún sigo en el ascensor y que las puertas se cierran delante de mí, decidí detener la puerta y salir fingiendo que no me he perdido en mis pensamientos.

Al estar fuera del edificio, contuve la respiración.

¿En verdad quiero ir? ¿Él me gusta?...

Aún confundida empecé a dar pequeños pasos. Mire a mí alrededor intentando encontrar a Carter al salir del edificio, hasta que una fría mano se posó en mi hombro haciéndome dar un respingo hacia delante.

Di media vuelta.

—Hola... —murmuro Carter observándome con detenimiento.

Sin poder evitarlo, yo también lo miré de la misma forma.

Él lleva un esmoquin aterciopelado en un hermoso tono vino oscuro, no le queda ni muy ajustado, ni muy ancho. Debajo lleva una camisa manga larga negra, sin embargo, lo que más llama mi atención es su brazo izquierdo, allí donde debería haber tela y un brazo, hay una prótesis que imita un brazo real. Eleve mi mano hasta esa zona por impulso y acaricie la tela por encima de su hombro, eso pareció tensarle y aleje mi mano al instante. No lo había visto usar una prótesis en el brazo antes.

—Tienes una nueva prótesis —señalé.

Su mirada acaramelada me cuestiono algo en silencio.

—Te queda muy bien, empiezo a pensar que podrías llegar a parecerme guapo.

Una tragedia nombrada vida │ST 1│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora