CUAUTHÉMOC

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Nota 00
Antes de iniciar quiero pedir disculpas por haber dejado tanto tiempo esta historia sin actualizar y más faltando tan sólo dos capítulos pero tuve un severo bloqueo y no sabía cómo llegar al final. Espero me sepan disculpar y sin más...

--¿Por qué Gastón estará mintiendo de esta manera? --le preguntó Luka a Aristóteles, cuando ascendían dentro del elevador hacia la habitación de Diego.

--¿Por qué crees que les está mintiendo? -- le preguntó Diego algo incrédulo, aunque en ningún momento se hubiera dirigido a él el pequeño francés; él también tenía sus dudas.

--Porque dentro de lo que nos ha contado ha cambiando detalles que son muy importantes cómo para considerarlos como mera equivocación --le explicó Aristóteles --es como si los hubiera cambiado intencionalmente --decirle a Luka y a Elliott que se escapó conmigo a México, me hace pensar que no quería que lo buscaran más --expandió la explicación antes de guardar silencio y sumergirse en sus pensamientos.

El sonido del elevador al detenerse en el piso indicado sacó a Aristóteles de sus cavilaciones y los cuatro jóvenes salieron para dirigirse a la habitación y reunirse con Ramiro.

--¡¿Aris?! --Ramiro lo miró entrar sorprendido --¿Qué está sucediendo? --preguntó en cuanto vio a Luka y a Elliott entrar detrás de Diego.

--No sabemos --respondió Aris, tirándose en la cama aún desordenada, por más que estuviera haciendo trabajar a todas y cada una de sus neuronas, seguía sin encontrar una explicación coherente de lo que ocurría, entre más lo pensaba más surreal le parecía todo aquello --creemos que Gastón nos ha mentido --confesó.

--¿Sobre que Timothée está loquito y se cree Cuauhtémoc? --preguntó con inocencia Ramiro, ganándose una mirada de desaprobación departe de Diego ante su falta de tacto.

--¿De dónde conocen ese nombre? --preguntó enseguida Luka, entre curioso y sorprendido.

--Así se llamaba mi ex --respondió Aris sin levantarse de la cama --¿Por qué?

--Porque no es la primera vez que lo escucho, es más, la primera vez que lo hice fue cuando conocí a Timothée, esa vez se presentó como Cuauhtémoc López y no como Timothée Tiberius Lauriant --les explicó.

--No entiendo. ¿No era que había conocido a Elliott cuando estaban en el loquero?

--¡¡Ramiro!!

--Yo estaba en el hospital --comenzó a narrarles, ignorando el comentario hecho por Ramiro --había sufrido un pequeño accidente en mi motocicleta, tal vez de ahí tomó el recuerdo de haber sufrido un accidente igual; yo estaba bajo observación, gracias al casco sólo había sufrido una pequeña contusión en la cabeza, a parte del brazo derecho quebrado y la pierna izquierda. Él a penas había despertado hacía unas semanas del coma en el que se encontraba, como lo tenían en la cama de junto nos comenzamos a relacionar, me imagino que es lo que pasa cuando pones a dos jóvenes de casi la misma edad en el mismo espacio de un hospital. Tanto las enfermeras como los doctores que lo atendían lo llamaban Timothée por más que él insistiera que se llamaba Cuauhtémoc, no le presté mucha atención a ese detalle por que pensaba que estaba aún un poco confundido, ya saben por lo del coma y eso. Aunque sólo su nombre y su apellido era lo único que decía poder recordar."

--Lo siento pero Gastón dice que cree que es Temo desde antes de caer en coma, que estaba obsesionado con ser él, tu relato sólo confirma que lo que dice es cierto. Si tan sólo lo hubieras conocido antes, tendríamos algún argumento en su contra --aseguró Aris.

--Aún hay más. El insistía que Madame Covarian no era su madre, me lo repetía una y otra vez, después que la señora se retiraba, él decía que su verdadera madre tenía el cabello negro y que sus ojos eran idénticos a los suyos tanto en forma como en tamaño,  que era la viva imagen de su difunta madre, lo sabía por que ella lo había estado cuidando mientras estuvo inmerso en el coma."

--¡¡Cu-cu!! --escucharon a Ramiro burlarse mientras se servía un poco de vino en una copa --¿Gustan? --preguntó sacando más copas del pequeño bar, mientras intentaba ocultar lo incomodo que se sentía al darse cuenta que tres pares de ojos lo miraban con desaprobación.

--Ramiro tiene razón --intervino Elliott cuando tomaba asiento frente al portafolios negro que le había entregado Gastón a Aris.

--¿Pueden dejarme terminar? --exclamó desesperado --el decía que el nombre de su mamá era Lauga Togges, no Magie Covagian.

--¿Me das más vino? --pidió Elliott, después de beberse de un sorbo el vino servido por Ramiro, mientras seguía revisando con atención los recortes de noticias que habían en el interior del portafolio.

--No abuses Elliott --le advirtió Lukas, te necesito aquí con nosotros y ¿por qué revisas esos documentos si no son tuyos? ¡Discúlpenlo, a veces se comporta como un niño!

--¿Que quiso decir con eso? --le preguntó Ramiro curioso al pasarle la copa que había vuelto a llenar.

--Nada. Sólo teme que me de un episodio --reveló tranquilamente con una sonrisa, sin dejar de ver los papeles  que tenia enfrente.

--¿Ese nombre te dice algo? --preguntó Lukas.

--¿Por qué mejor no aceptas que tu amigo no está bien? --dijo agotado Aristóteles --me debí de haber ido, nada de esto tiene sentido, sólo me llene la cabeza de una tonta esperanza sin sentido.

--¡¡Ni lo pienses Córcega!! --el tono que utilizó Diego los sorprendió a todos, podía adivinar las intenciones de su amigo --¡¡no volverás a Oaxaca para encerrarte en tu cuarto y rumiar tu miseria otra vez!!

--¿Qué quieres que haga? --gimoteo.

--¿Qué es lo que te dicta tu corazón? --preguntó Elliott sin apartar la vista de las fotografías y notas en el portafolio negro.

--¡Qué... qué... no puede ser... es absurdo... Timothée no puede ser él, yo vi morir a Temo pero... esta semana que pasó lo sentí, no ha Timothée, sino, a Cuauhtémoc!

--Timothée nos solía decir que hay que escuchar al corazón...

--"Porqué el corazón nunca se equivoca" --dijeron los cinco en coro --"¿De dónde conocen esa frase? --preguntaron nuevamente a la vez.

--Timothée la suele decir cuando nos da algún consejo --respondió Lukas emocionado.

--Yo... yo... le solía decir eso a Temo --dijo casi al borde del llanto Aristóteles.

--¡Qué curioso! --interrumpió Elliott una vez más --¡ehh... bueno...! --dijo nervioso al percatarse que todos tenían su atención puesta en él --¡puede ser una tontería nada más! --decía inseguro --es sólo qué me parece extraño que Madame Covarian y Gastón aparezcan en una de los recortes de noticias.

--¡Elliott, por Dios! --le riñó Lukas --¿Rompiste la atmósfera para eso?.

--¡¡Jajaja, no son ellos!! --se burló Ramiro tomando el recorte en sus manos --aquí dice que son...

AdicciónWhere stories live. Discover now