PEPE

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Nota 0
A que no adivinan a quién se le olvido publicar el lunes. Si, a mi, su pendejo servilleta.

Hermano mayor


La oficina que había sido de su padre por tantos años seguía viéndose igual de elegante como cuando Pancho la ocupaba. Un ancho escritorio de caoba, una cómoda silla forrada de cuero negro, hermosos y coloridos cuadros  pintados en acuarela retratando escenas pintorescas en algún mercado de México. En la pared del fondo, tras el escritorio, enmarcado en un exquisito marco de madera y decorado con incrustaciones doradas, el retrato de la madre de Pancho, su abuela. En la pared de la izquierda los retratos de pancho y sus seis hijos. Y justo debajo de estos, el pequeño bar con vasos para tomar whisky o los caballitos si la visita prefería tomar Tequila o Mezcal.

Las últimas semanas se habían vuelto algo confusas en la empresa, todos parecían entrar en pánico con sólo escuchar sus pasos. Su padre, como era costumbre se había encaprichado con algo y la insistencia con la que llamaba a Pepe para ver si lo había logrado, lo ponía verdaderamente de malhumor. Por lo que toda esa frustración, producto de la impertinencia de Pancho era vertida sobre sus subalternos. Algo injusto si lo analizaba con calma.

Y es que aquella operación había dejado de ser un secreto desde un inicio; a esas alturas ya casi todo México sabía de la posible compra de Cklass por parte de la multinacional. Tampoco era un secreto el motivo de la compra, sería el humilde regalo de bodas para Susana; en lo que si se equivocaban la mayoría de programas de chismes en la tv, los periódicos amarillistas y las paginas de internet era que los López conservarían el cincuenta y un porciento de las acciones. Era la única condición que la junta directiva le había impuesto.

Estaba pensando en eso mientras se toma su primera taza de café, cuando en el interphone se iluminó una pequeña luz roja, indicándole una llamada entrante.

--"Señor" --dijo algo temerosa Patty, su rubia secretaria --"su tía Candy por la línea uno" --y seguido cerro.

Pepe dudo unos segundos si contestar o no, su tía Chela generalmente hacía drama por todo y de seguro lo que le ocurría podría esperar a que llegará a la mansión López pero estaba vez no era ella quien llamaba, Patricia había dicho claramente que era su tía Candelaria.

No dejó a su tía esperando al otro lado de la línea y con sólo presionar un botón recibió la llamada, aprender a utilizar ese maldito aparato los primeros días fue un verdadero suplicio.  --Hola tía. ¿Cómo est...

--"¡Mi Temito no aparece Pepe!" --no lo dejó terminar de hablar, su voz estaba ronca, seguro había estado llorando antes de reunir el valor para llamarlo e informarle de la noticia.

Al otro lado de la línea, Pepe aguardó en silencio por unos minutos, intentando procesar aquello que le había dicho su tía.  Hacía seis meses, cuando su padre les llamó prohibiéndole a sus tías, a sus hermanas y a él, comunicarse con Temo, se había opuesto rotundamente pero Pancho era un hombre muy inteligente y que siempre lograba hacer lo que se disponía; en cuanto cedió, sabía que sólo era cuestión de tiempo para que una situación así se diera pero nunca se imaginó que todo iniciaría con su hermano adolescente perdido en las drogas.

Por más que intentó convencer a su padre que le permitiera regresar a Temo a Toluca para así internarlo en una clínica de  rehabilitación, no recibió más que negativas por el adulto. --"Yo causé todo esto" --le respondió una vez --"Yo lo solucionaré" --y ahí estaba el resultado de su testarudez, dos jóvenes desaparecidos. No dio muchas explicaciones a Paty y salió a toda prisa hacia la mansión López.

AdicciónWhere stories live. Discover now