PANCHO

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Disculpas


Un año y tres semanas después...

Las noticias suelen volar rápido y en una ciudad de pocos habitantes como Oaxaca, aún mucho más.

Aquella mañana de la tercera semana de agosto, Oaxaca despertó con una trágica noticia. El cadáver de un adolescente había sido encontrado tirado en un basurero cerca del centro de la ciudad. La pobre criatura había sido golpeada cruelmente hasta quitarle la vida.

Francisco López frente a las silenciosas y frías puertas de la morgue, recordaría la primera vez que sostuvo a Temo entre sus brazos, estaba abatido tras la muerte de su entonces esposa Laura, pero al ver aquellos enormes ojos color avellana que lo miraban con suma curiosidad y que se le parecían tanto a los de ella, supo que tenía que ser fuerte por sus hijos mayores y por el pequeño solecito que tenía entre sus brazos. Como si Temo le hubiera leído la mente y entendido la decisión que había tomado su padre, lo miró directo a los ojos y le regaló su primera sonrisa, desde ese momento y hasta el final de sus días Francisco López, consideraría a Cuauhtémoc como el faro que guiaría a su familia.

Pero diecisiete años después estaba de píe ante las puertas de la morgue de Oaxaca, intentando reunir el valor suficiente para entrar y reconocer el cuerpo del joven que había aparecido. Desde que había salido de la casa de Susana su actual y tercera esposa, no había hecho más que en un cruel y egoísta ruego a cada uno de los santos que recordó en todo el trayecto, pedir por que aquel cadáver no fuera el de su hijo.

Se sentía sucio por el sólo hecho de intentar intercambiar una vida por otra pero en ese momento de total incertidumbre no sabía que más pedir.

--Yo lo puedo hacer, Pancho, entiendo si no puedes entrar --era Axel que poniendo una mano en su hombro, luego de ver a su padrastro vacilar al decidirse entrar, lo había sacado de sus pensamientos.

--Gracias, Axel pero esto es algo que lo tengo que hacer por mi cuenta --le respondió Pancho que desde que Temo desapareciera había entrado en un proceso de envejecimiento prematuro.

Giró para encontrar a la mayoría de los Córcega presentes en la sala. --"si tan sólo pudieras ver cuanto te quiere toda esta gente m'ijo no hubieras cometido aquella locura" --pensó.

Adelante de toda la familia, vio a Aris, más alto, delgado y ojeroso. De todos, inclusive del propio Pancho, era él al que más le había afectado la desaparición de Temo.

Lo vio levantar su mano con el pulgar hacia arriba, mientras, en sus labios se dibujaba una sonrisa, intentando con ella trasmitirle su buena vibra pero para Pancho aquel gesto le pareció tan tierno, pues sabía que detrás de aquella sonrisa estaba oculto el mismo temor que apretujaba su propio corazón.

Tomó aire como quien se prepara para sumergirse y pasó por la puerta, y con él; todos los presentes contuvieron la respiración hasta que el desgarrador grito de Francisco López los hizo estremecer.


*****

Un año y tres semanas antes...

El celular no dejaba de sonar con aquella curiosa melodía que le había elegido Pancho para las llamadas. Observó por unos segundos la pantalla, viendo el nombre de Susana en ella, el peor de todos los presentimientos se instaló en su pecho, haciendo que con dedos temblorosos contestara aquella llamada que cambiaría la vida de todos en el edificio.

AdicciónWhere stories live. Discover now