Capítulo 26 | Inicio de celebración |

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Por unos cuantos segundos, incluso tal vez minutos; horas para ella, todo el comedor quedó en completo silencio

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Por unos cuantos segundos, incluso tal vez minutos; horas para ella, todo el comedor quedó en completo silencio. La imagen aparecida frente a sus ojos simplemente podría haber sido sacada de la más perfecta melodiosa canción de amor. Dos jóvenes herederos que crecieron juntos entrando del brazo al lugar, caminando a la par y viéndose tan intensamente cómplices. Dos sangres de las más poderosas Casas de todo Poniente, dos personas que solo podían estar destinadas a ser.

Con esa intensidad fueron recibidos por los miembros importantes de las casas invitadas. Las añoranzas no pudieron esperar en aparecer, los celos de cuanto joven noble había tampoco, y qué decir de los otros dos perdidos enamorados.

El Lobo interpretó el ambiente a su favor, si el resto de las personas los percibía así no era imposible que su Leona lo hiciera. Había esperanzas. Por otra parte se sintió orgulloso, ¿cómo podía no estarlo teniendo del brazo a la mujer más hermosa de todo el mundo?, y no solo hermosa, también especial. Genuina, aventurera, valiente, letal.

La incomodidad siguió creciendo en el interior de la princesa y solo se apaciguó cuando Robb delicadamente tomó su mano sacándola de su propio antebrazo y se la entregó a su padre. La tibia calidez del tacto de Ned la tranquilizó.

Su heredero asintió con la cabeza y se alejó unos pasos para dejar el protocolo continuar.

—Feliz día del nombre princesa —la recibió Lord Ned Stark—. Se ve preciosa —añadió. No era un alago vacío, ella era realmente hermosa y era claro que lo había heredado de la Reina.

Seren arrugó un poco la nariz en descontento y lo miró suplicante, claro no estaba de acuerdo con tanto alago sobre su supuesta hermosura. Ned sonrió en respuesta, era como ver a la pequeña niña que llegó hacía ocho años hasta sus tierras como el reto más grande de su vida, aquella chiquilla traviesa y aventurera que juraba las peores miserias si era tratada como dama. No mucho había cambiado.

Girándose de vuelta hacia todos los presentes y sin soltarse las manos, el Guardián del Norte se preparó para hablar. Bien sabido era que no solía ser de tantas palabras, pero el momento, la fecha y la persona lo ameritaban totalmente.

—Bienvenidos todos a este especial momento de celebración —inició un poco incómodo, no es que aquella gente no fuese bienvenida, es que el hablar no era algo de su devoción—. Aquella pequeña niña que llegó hace tantos años atrás a nuestro hogar hoy crece otra vez, y es una total dicha que siga haciéndolo junto a nosotros.

La sonrisa que nació en los labios de la festejada fue sincera, para ese hombre tan importante en su vida todo lo era. Su felicidad se extendió hasta sus ojos y Ned la miró con ternura antes de soltar con soltar su agarre con delicadeza y sacar un amarillento pergamino de su bolsillo. La intriga se apoderó de ella como siempre sucedía frente a algo nuevo.

Queen and the Lionheart |GoT|Where stories live. Discover now