Capítulo 17 | Recuerdos |

3.4K 304 66
                                    

Editado 05/09/2018

Cuando la tardé cayó y sus progenitores se retiraron del lugar, Arya aprovechó para lanzar unas cuántas flechas demostrándole a Bran ser muchísimo mejor que él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando la tardé cayó y sus progenitores se retiraron del lugar, Arya aprovechó para lanzar unas cuántas flechas demostrándole a Bran ser muchísimo mejor que él. La niña era asertiva y conocía la técnica muy bien gracias a los maestros que había tenido en secreto, era una lástima que no le permitieran desarrollarse en libertad.

En ese tiempo el pequeño Rickon cayó profundamente dormido en el regazo de Seren y abrazado a su cuello, con sumo cuidado se levantó de la banca y comenzó un camino hacia el castillo para llevar al niño a su habitación. Sus piernas estaban un poco entumidas producto de haber pasado tanto tiempo en la misma posición, era una suerte tener unas extremidades fuertes que se recuperaran rápido.

A penas pudo avanzar un par de metros cuando su caminar se vio interrumpido por el Lobo que más bien parecía un perro enjaulado. Lucía ojeras bajo sus ojos, estos habían perdido su brillo y parecían cansados; tenía su cabello revuelto y la sombra de una barba adornaba sus mejillas y barbilla.

— ¿Por qué me estás evitando? —la asaltó deteniéndola con cuidado afirmando su brazo.

Seren inhaló fuerte y giró a darle cara con su mejor semblante, seguía sin querer discutir con Robb y tampoco quería despertar al pequeño que tenía entre sus brazos. Cuando su azul tormentoso Baratheon se conectó con el azul mar Tully preocupado de Robb una pisca de culpabilidad se instaló en su pecho.

—No lo estoy haciendo —mintió en vano a pesar de la culpa. Robb frunció el ceño y quiso rodar los ojos, no existía secreto o mentira que pudiera esconderle, él sabía leerla mejor que nadie.

—Lo estás haciendo —apuntó con fastidio—. Y sabes que tenemos que hablar —sentenció con enojo. Seren se liberó de su agarre lo más delicadamente posible y bufó con cansancio.

—No quiero más problemas con tu madre, ya fue lo suficientemente clara —dijo sin mirarlo a los ojos. Robb la estudió por largos segundos intentando comprender sus palabras, pero ni aunque las hubiese desmenuzado décadas completas habría encontrado sentido alguno en ellas.

— ¡Tonterías! —escupió casi con burla. Que ella no quisiera problemas era la mentira más grande que había escuchado en su vida, problemas y Seren Baratheon eran sinónimos, esa Leona vivía para y por ellos—. ¿Cuándo te ha importado lo que otros piensan? —le preguntó acorralándola.

—No voy a hablar de esto aquí —le gruñó. Esa actitud brusca y tosca la estaba sacando de sus casillas.

—Te voy a estar esperando esta noche —sentenció él firmemente agarrándola de nuevo por el antebrazo.

—No...

—Estaré esperando Seren —repitió interrumpiéndola.

La Leona Tormenta le dedicó una mirada de advertencia cargada con una furiosa rabia y él, inteligentemente, soltó su agarre y la dejó ir. Aun así, y a pesar de todas las chispas en sus miradas y los millones de insultos no dichos, Robb sonrió satisfecho porque sabía que ella iría a él después de todo.

Queen and the Lionheart |GoT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora