Ella era su vida, jamás pensó que podría volver a amar con esa intensidad y con esa fuerza, no cuando se lo habían arrebatado todo antes. Pero Robert y Seren se pertenecía, era sangre de su sangre, su todo. Alejarla lo desgarraría, sin embargo su pr...
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Los segundos recorridos en esos pocos metros parecieron horas, sus corazones bombeaban descontrolados, y sus oídos estaban a punto de explotar debido al pitido producto de la alta presión de sus cuerpos. Desesperación en su máxima y más salvaje expresión, eso sintieron cuando la vieron caer; eso sentían al verla tirada en la tierra sin conciencia alguna.
Jon fue el primero en llegar a su lado lanzándose bajo su caballo descuidando su propia seguridad, tomó y levantó cuidadosamente el cuerpo de la princesa apoyándolo en el suyo. Robb se tardó un segundo más pero siguió a su hermano y se arrodilló junto a ellos. Theon por el contrario quedó petrificado arriba de su caballo mirando la escena, sangre caía por la nariz de su cierva y brotaba por su frente, ella estaba inconsciente y no podía descubrir si respiraba o no. Tampoco sabía si quería hacerlo, el terror lo consumió.
— Tormenta, hey Tormenta... —comenzó a llamarla Jon intentando despertarla con suaves golpes en su mejilla—. Despierta Seren, por favor despierta —rogó con su voz llena de angustia y terror. En ese estado la princesa parecía muerta y él nunca jamás había sentido tanto miedo y desesperación.
Robb miraba los suaves intentos de su hermano fallar y la desesperación lo consumió a él.
—Déjame —rugió y se la quitó de los brazos para intentarlo él. Estaba aterrado pero debía actuar rápido sin perder ningún segundo.
El golpe que recibió su Leona en la cabeza fue horrible, la caída fue peor, con ello sintió como su corazón caía también y se hacía añicos quedando igual de inconsciente que ella. Pero no podía entregarse más a la desesperación, así que lúcido tomó sus signos vitales y supervisó su respiración. Aún respiraba, aún su corazón latía.
— ¿Esta... está vi-viva? —balbuceó Theon ya bajo de su caballo.
¡Qué horror sintió cuando esas palabras abandonaron sus labios! ¡Y qué pánico sintieron los otros dos cuando las mismas llegaron a sus oídos! Seren muerta jamás sería una opción para ellos, ninguno sabía ni se imaginaba como vivir sin la princesa.
—Sí —contestó Robb devolviéndoles un poco de vida a sus amigos—. Pero debemos llevarla ahora mismo con el Maestre Luwin —dijo y con mucho cuidado la cargó entre sus brazos pasando una mano por debajo de sus rodillas y la otra por su espalda.
La cabeza de Seren se ladeó y se fue para atrás por inercia, ahí notaron que la herida de su frente era muchísimo peor de lo que pensaban. El horror y la desesperación fueron mayor aún.
—Jon ayúdame a subirla —le pidió a su hermano. Él la sostuvo mientras Robb se subió a su caballo para luego cargar a Seren entre sus brazos—. Lleva a Tormenta —le ordenó a Theon, este asintió. Y sin esperar a los otros dos muchachos comenzó a galopar devuelta al castillo con toda la rapidez y cuidado posible.
