V E I N T I C U A T R O

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Paulo; 

Me vuelve loco el imaginarme los labios de Lola, llevo soñando con besarla desde que la encontré en aquél parque en Córdoba, cuando tenía un pucho entre sus labios rosados y carnosos, y esa colita alta que la hacía ver todavía más linda. 

Aunque siendo sincero, besarla me aterra, mucho. Me da miedo que por mi deseo de querer unir nuestros labios, la amistad tan linda que tenemos se vaya al pasto. 

Porque podría vivir sin probar sus labios pero no sin su presencia. 

Me recosté apoyando toda mi espalda en su puerta, hace minutos que salí de su cuarto con el corazón acelerado a mil y todavía no se tranquiliza. 

Estaba repesando en mi mente las consecuencias que me podría traer besarla, y el dicho de "chape no caga amistad" no sale de mi cabeza, quería hacerlo. 

-A la mierda- Susurré convenciéndome a mi mismo que podría hacerlo. 

Es sólo un chape, no vamos a cagara. Terminé convenciéndome a mi mismo y con mi mano derecha agarré la manija de la puerta, y inhalé todo el aire posible. 

El estómago me dio una vuelta y sentí como los nervios se apoderan más de mi hasta un punto en el que creo que voy a vomitar. La quiero sin dudarlo pero como dije anteriormente; Besarla aún me da miedo, aunque en mi mente la idea parece buena. 

Abrí con lentitud la puerta, Lola estaba ahí, acostada y su cuerpo tenía pequeños espasmos y supe que estaba llorando. Me encaminé hacia la cama y me senté en la esquina de esta, viendo su cuerpo mientras que mis manos temblaban. 

De forma lenta mis manos se dirigieron a su cuerpo y toqué su hombro con delicadeza, ella saltó un poco y yo largué una risa chiquita. Se enderezó en la cama, mirándome mientras que sus ojos azules me analizaban, intentando encontrar una respuesta a lo que estaba haciendo. 

Me acerqué a su cuerpo, mientras que ella hacia lo mismo. Parecía como si nos entendiéramos de lo mejor, suspiré y sonreí, ella hizo completamente lo mismo. 

Nuestras rodillas se chocaban, el silencio de la habitación permitía que nuestras respiraciones se escucharan con más intensidad. No puedo aguantar con tanta tensión en el aire, por lo tanto acerqué todo lo posible mi cuerpo y coloqué mis manos en su cachetes, acariciándolos con las yemas de mis dedos. 

Pasé mi dedo gordo por su labio inferior y Lola soltó un pequeño suspiro que me hizo enloquecer. Ella puso sus manos en mi nuca y enrolló mis pelos que quedaban en esa zona, sonreí sin darme cuenta. 

Abrió la boca y en ese segundo pude escuchar lo que iba a decir, así que me apresuré para que no lo dijera, porque sabía que si esa pregunta sale de su boca, mi mente va a comenzar a maquinar y todo se va a ir al carajo. 

-No lo preguntes, quiero hacerlo- Dije acercando mis labios a los suyos. 

Se remojó los mismos, dejándome más loco de lo normal con hambre de probar sus labios. Ella provocaba eso en mi, sin darme opción a algo más. 

El roce de nuestros labios era suave, su respiración chocaba con los míos entreabiertos y sin poder controlar mis impulsos, uní nuestros labios en un único beso. 

La forma en la que se movían era mucho mejor que de lo que imaginaba, se movían al compás con los míos y parecían encajar de una muy linda manera. 

Habíamos nacido el uno para el otro, pensé. 

Instantáneamente me pegué mentalmente por esa media gilada que había pensando, pero no iba a echarme la culpa teniéndola Lola, ella me jodió la mente. 

Mi lengua tocó su labio inferior pidiéndole permiso, cosa que accedió. Nuestras lenguas tenían una especie de guerra entre si y por su forma de suspirar, sé que está volviéndose loca, como yo. 

El beso comenzó a intensificarse. Puse mis manos en su cintura y con un poco de fuerza logré colocarla en mis piernas, mientras que las suyas rodearon mi cuerpo en la parte de mi cintura. 

La falta de aire entre los dos comenzaba a hacerse presente, por lo tanto nos separamos lentamente, mientras que nuestras miradas estaban conectadas. 

Me sonrió, yo también lo hice. Nos dimos un pequeño pico y mi mundo se puso patas para arriba. Como me gustaba tenerla acá, de esta manera y más después de besarnos. 

-Nunca pensé que chapabas tan bien- Dijo y junto nuestras frentes, sonreí para después dejar un pequeño beso en la suya. 

-Ni yo- Reí.

Sentí que no iba a poder controlar mis impulsos, por lo tanto volví a besarla, esta vez apretándola más contra mi. Sus manos que antes estaban en mi nuca, ahora se encontraban en mis hombros, mientras que hacía unos pequeños masajes. 

Sonreí en mitad del chape, contagiándola a ella. La agarré con más fuerza de sus caderas para crear la fricción, ella soltó un suspiro pesado y el beso comenzó a intensificarse una vez más. 

No iba a poder controlarme si la seguía teniendo arriba mientras que hacía unos pequeños movimientos sobre mi. 

-L-lo, ¿vos queres que me vuelva loco?- Jodí y ella soltó una risa que me provocó ternura. 

-No sé, ¿vos queres volverte loco?- Susurró de forma provocativa en mi oído. 

Yo sonreí y la respiración se me entrecortó cuando sus labios dieron un pequeño beso ahí, seguido de su lengua pasando por todo mi cuello, dejándome un par de chupones que seguramente no iban a salir fácil. 

La ropa comienza a sobrar y los besos no hacen más que calentarnos aún más, por lo tanto, a los minutos ya me encontraba encima de ella, mientras que soltaba pequeños gemidos.

Qué loco pensar que hace dos días le estaba hablando de una mina y ahora la tenía abajo mío mientras que "unimos nuestros cuerpos" en uno. 

El miedo a cagar nuestra amistad seguía existiendo y permanecía constante, aunque para arrepentirme existía el mañana, ahora quiero seguir disfrutando como lo venía haciendo. 

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mmm paulito o wosito?


Storm ; WosWhere stories live. Discover now