D O S

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2T

Lola; 

-¡Paulo!- Grité desde mi habitación, nadie respondió. -La concha de mi hermana- Murmuré levantándome de la cómoda cama.

Bajé las escaleras del departamento y estaban dos de los chicos, los miré y sonreí sin ganas. Ellos me saludaron con la cabeza, pero en silencio, algo que me pareció raro. 

-¿Saben si está Paulo?- Pregunté regresando de la cocina. 

Los dos se miraron entre si, pero negaron. Asentí y me volví a meter a mi habitación para dormir la siesta que tengo pendiente, aunque tendría que terminar mis tareas de la facu. Negué ante la idea y me metí a mi cama para dormir un rato más. 

(...) 

-Y bailamos sin culpa que yo sé que en el fondo te gusta...- La música me despierta. 

Viene de la planta baja, y asumí que los chicos tenían una joda para hoy y no me avisaron, cosa que me trajo malos recuerdos, pero yo sé bien que ellos no van a ser igual de garcas que mis anteriores amigos. 

Suspiré y tapé mis oídos en un intento fallido de tapar la música y seguir durmiendo, nada pasó, además de la música perforando mis oídos.

Me senté en mi cama, destapándome en el proceso y me tapé la cara con las manos. 

Me sobresalto cuando un sonido me sorprende, miré hacia donde venía el ruido y vi la puerta de mi habitación abrirse. 

Gracias a la escasa luz no pude ver de quien se trataba, pero no solté palabra al pensar que era Paulo e iba a esperar hasta que el acento cordobés de mi amigo se haga presente. 

En cambio, nada se hizo presente más que dos cuerpos tirándose a mi cama y gemidos inundando el "silencio" de mi pieza. Estallé en un grito y las dos personas gritaron también, me reí y los dos prendieron las luces. 

Algo que nunca esperé era encontrarme con esa persona, no con él. 

La cara del chico de pelo ahora rojo me dijo todo, él tampoco estaba preparado para vernos. Después de un año y medio separados, con una relación de amistad suspendida y poco chat -casi nada, en realidad- ninguno de los dos estaba preparado. 

-Lola...- Soltó él. 

Asentí con una media sonrisa. El chico se tiró hacia mi y me abrazó, algo que no esperaba de él o no esperaba que esa fuese su reacción, pero así fue. 

Lo abracé y la mina que estaba con él emitió un sonido, y Seven le dijo que se fuera de una manera un poco "rara".

-Andate flaca, tengo algo más importante que hacer ahora- Exigió él. 

Intenté ocultar una sonrisa, la mina nos vio y sonrió de lado para después irse por la puerta. 

Los dos nos miramos y nos separamos, él quedando en una esquina de la cama y yo en otra. El momento emotivo pasó y ahora no nos queda nada más para decirnos, ni siquiera tuve algo para decirle.

-¿Qué?- Pregunté después de muchos segundos sosteniendo su mirada en mi. 

Él se elevó de hombros, pero soltó dos palabras; "Estás diferente"

Ahora es mi turno de elevarme de hombros. ¿Qué iba a decir? Obviamente estoy diferente, soporté mucha mierda y la pasé mal durante meses, y por lógica mi personalidad iba a cambiar, además de también mi físico. 

El silencio incómodo fue interrumpido otra vez por la puerta abriéndose, pero esta vez la persona fue distinta, claro está. 

Ahora entraba un tatuado y alto Mauro, nos miró a los dos. Una vez a Joaquín preguntándole con la mirada si yo era real, o era un fantasma, me reí y la mirada de Mauro volvió a posarse en mi. 

Los dos nos miramos y emitió un gritito, me río y él se tira a abrazarme, como su amigo Joa. 

-Como te extrañé, cabeza de pepinillo- Me reí ante el apodo que no escucho hace más de un año. 

-¿Pepinillo?- Pregunté. 

-Lo aprendí en España- Informó. 

Al instante una entrevista que vi por YouTube de él en España me vino a la mente, asentí comprendiendo y él me sonrió. 

Joaquín no dijo nada, y Mauro tampoco. El silencio es casi insoportable, la música es lo único que logra hacer que este silencio no sea completamente insoportable. 

Me miré mis dedos mientras los junto, intentando comprender que es lo que siento ahora. Sin duda estoy feliz de ver a mis antiguos mejores amigos, aunque me hayan lastimado más que todos, sin contar a Valentín. 

Pero siento un dolor en el pecho, siento que mirarlos a la cara sea como una apuñalada, y puede que esté actuando de manera exagerada, pero así me siento; Lastimada y traicionada cada vez que los veo a la cara. 

-¿Cómo la pasaron?- Pregunté después de varios minutos. 

Seven fue el primero en contarme como se sintió todo este tiempo, me sentí identificada en su manera de sentir. 

Seven; 

Meses después de la pelea con Lola...

Aún extraño a mi antigua mejor amiga, nadie me llega a comprender como Lola lo hacía y tampoco quiero conocer a alguien más que lo haga. 

Pasaron exactamente cinco meses y todavía no puedo decir que la olvidé, que olvidé sus chistes de mierda, sus consejos útiles y su manera de sonreír. 

La extraño. 

Eso si; La traicioné, si tan sólo le hubiera contado que estaba metida en una apuesta con Valentín todo hubiera sido diferente, ella me querría como su mejor amigo otra vez y yo estaría en el quinto cielo. 

Pero no es así, es todo lo contrario y es lo que más duele. 

Cinco meses en el que me torturé con la bebida, con la culpa y con el remordimiento. Cinco meses en el que me encargué de hacer la música un arte preciado con tal de no pensar más en ella, aunque es algo que me falta. 

Suspiré y me fui a dormir otra vez, es la mejor forma que tengo para superar el sentimiento de culpa que me hunde. 

1 año y 2 meses después de la pelea...

Mis sentimientos bajaron la intensidad, así que ya no siento esa necesidad ni esa culpa, aunque aún la extraño. 

Leo viejas conversaciones y cuando necesito un consejo leo alguno que ella me haya dejado, o que recuerde. 

Sigo pensando que debería de pedirle perdón, pero me dejó solo y me bloqueó de todas las redes sociales, a todos los bloqueó, por lo tanto ninguno de nosotros tiene una manera de comunicarse con ella. 

Intenté hacerme alguna cuenta falsa, pero ella no responde a mis DM's. 

Suspiro y me adentro en el estudio. 

-¿Listos?- Preguntó el dueño de la discográfica. 

Lit Killah y yo asentimos. 

Lola; 

Me sentí tocada cuando soltó todo lo que sintió en este último tiempo y mi única opción fue abrazarlo, aunque esa no fue en la manera que mi cerebro quería reaccionar. 

Suspiré y me hundí en su pecho. 

Minutos después miré a Lit, quien nos miraba con una sonrisa en la cara. Él suspiró y contó todo lo que sentía.


Storm ; WosWhere stories live. Discover now