D O S

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Ocho meses antes... 

Ser la prima de Dam no es una ventaja cuando las batallas se aproximan, y menos cuando somos tan unidos. Él prácticamente me obliga a ir para "alentarlo", aunque al final siempre termine abandonada y cada cual con un camino distinto para llegar a casa. 

-¿Vas a ir?- Me preguntó Damián interrumpiendo en mis pensamientos y también en mi pieza. 

-Si, pelotudo- Rezongué parándome de la cama y refregándome los ojos. 

-Vamos a fms, Lola- Anuncia y yo asiento con un poco de cansancio.

 Esto de acompañarlo a las batallas comienza a cansarme, antes me encantaba pero ahora me aburre de tantas veces que asistí, incluso estando enferma.

Las batallas me gustan, pero lo que no me gusta es compartir momentos con los boludos amigos de mi primo. 

Me pongo unas vans negras, un pantalón roto en las rodillas con una blusa negra, también; hay veces donde tengo mi instinto emo y me visto de negro completamente. 

-Te va a dar calor- Ríe Dam mientras me ve bajando de la escalera. 

-¿Por qué sos tan malo con chistes? No fue ni gracioso, Nicolás- Ruedo los ojos y él me fulmina con la mirada.

Sé lo mucho que le molesta su segundo nombre y por algo lo hago. Sonrío y no me olvido de darme mi palmada en la espalda por mi buen método para hacerlo enojar.  

-¿Ella es tu nueva wacha?- La voz gruesa de un chico me sobresalta, sinceramente no esperaba ver a un amigo de Dam tan temprano en la mañana. Me voltee a mirarlo y era un chico alto y con labios gruesos. 

-Soy su prima- Contesté antes de que lo hiciera Damián. Me aproximé a la cocina y tomé cereales para comer algo antes de salir. 

Agarro la mochila que estaba justo encima del sillón y agradezco a mi primo por ser tan considerado cuando se pone las pilas. 

Los tres nos dirigimos al coche que desconocí, pero supongo que es del amigo de Dam. 

-¿Hoy rapeas?- Pregunto al aire, obviamente dirigiéndome a mi primo pero olvidé que alguien más se encontraba en el auto, así que contesté cualquiera de los dos, me da igual. 

-No

-no- Ambos respondieron al mismo tiempo y se rieron al ver mi cara de confusión. 

-Por si querés saber, yo ya no participo, linda- Me dice el chico de labios gruesos, asentí sorprendida del nivel de confianza que manejaba este chico. -Por las dudas, me llamo Ignacio, pero prefiero que me digan Ecko- Vuelve a hablar y esta vez con una sonrisa asentí. Por más confianzudo que sea, parecía buena onda. 

-Me llamo Lola, mucho gusto- Me presenté estirándole mi mano para que la tome, él lo hizo y ambos soltamos una risita. 

-Bueno eh- Avisa mi primo y yo le pego en el brazo. -Auch, ¿qué te pasa?- Acusa mirándome por el espejo retrovisor cuando me tiré para atrás en el asiento. 

-Nada- Respondo rápido, dándome cuenta que "nada" se transformó en una respuesta que comencé a utilizar demasiado. -Decime, ¿participas hoy?- Vuelvo a preguntar, esta vez afirmo a quien va la pegunta. 

-No- Responde concentrado en la calle mientras que el pelotudo de Ecko no para de reír viendo su teléfono. 

-Mirá lo que le pasó a Wos- Ríe mostrándole el video a mi primo mientras que este paraba en un supermercado.

Sonreí por inercia, estar frente a supermercado significa comida, eso es algo que alegra a cualquiera. 

-Que pelotudo- Dice entre risas Dam. Pongo los ojos en blanco y abro la puerta para salir.

Es medio incómodo estar en esta situación y no entender nada. Nadie dice nada, están concentrados en su video como darse cuenta que ya no estoy dentro del auto. 

No me quejo, me gusta tener un poco de privacidad cuando se trata de los demás, además para comprar no me gusta tener a nadie cerca, ni para comprar ni para vivir. 

Compro un par de doritos con unas botellas de coca cola, tal vez ellos querían. Para completar mi compra agregue un par de gomitas. 

-Llegué- Avisé apenas me subí al auto, ellos aún hablaban entre ellos pero contestaron un "¿Qué tenes para nosotros?" cuando dije que compré comida. 

Le hice entrega de sus doritos con la coca cola y ambos me agradecieron con un "sos la mejor". Pongo los ojos en blanco pero suelto una risita involuntaria. 

Luego de veinte minutos sentados en el auto por fin llegamos a nuestro destino, pude ver un par de personas afuera, pero nosotros entramos por otro sector donde había un montón de personas que distinguí. A la mitad los conocí en otras batallas de Dam. 

Sigo los pasos apresurados de Dam que terminan en el grupo que visualicé segundos atrás. Distinguí a MKS, Lit y Seven, a los otros dos no pude reconocerlos. 

Mauro me mira, me sonríe y me abraza. Seven apenas me ve grita como una niña de 4 años y corre hacia mi, somos como mejores amigos y vernos siempre nos alegra a los dos, también vernos nos alegra porque hace más de dos meses que no nos veíamos por problemas, los cuales tuve que resolver porque el orgullo de Seven es increíble. 

-¿Se conocen?- Una voz nos saca a los dos de la pequeña conversación que estábamos teniendo olvidando por completo a los demás. 

-Sí, es mi mejor amiga, ¿no?- Me sonríe y yo asiento riendo ante su carita de bebé. 

-Yo soy Mauro Lombardo, ¿vos?- Interrumpe otro con el cabello teñido y un par de tatuajes. 

-Lola Benardi- Digo con una sonrisa pasando mi brazo por los hombros de Seven. 

-Wacho, es la de Instagram- Mauro le habla a un chico de ojos claros, el mismo abre sus ojos azules como platos y me mira con sus cachetes sonrojados. 

-Callate, tonto- Lo reta en "susurro", aunque claramente todos estábamos escuchando, es más, algunos hasta soltaron una risa. 

Serán boludos, pero parecen buena onda.

Las apariencias engañan. 


Storm ; WosWhere stories live. Discover now