Prólogo.

3.3K 89 16
                                    



Laura:

Mi nombre es Laura Fontana Díaz. Soy una mujer de 24 años, con una estatura de aproximadamente 1.65. Además, tengo ascendencia dominicana e italiana; nací en Italia, donde pasé gran parte de mi vida junto a mis padres, Carlo y Bianca.

La decisión de trasladarme a España fue motivada por la excesiva sobreprotección de mis padres, derivada de un incidente que experimenté a los trece años. Este episodio generó en mí un pequeño trauma que he logrado manejar con esfuerzo, tiempo y la determinación de no permitir que el miedo domine mi vida.

A pesar de los desafíos, mantengo una vida decente, con un novio que me ama y adora, amistades sólidas y unos padres preocupados aunque algo controladores. A duras penas, logro equilibrar mi carrera con mi trabajo y, en general, considero que soy una persona feliz.

No obstante, mi estabilidad se ve amenazada debido a mi propia bondad y amabilidad. Acepté hacer un favor a mi mejor amiga, Eva, y esta elección puso mi vida de cabeza. Si hubiera rechazado, quizás no habría conocido a alguien que desestabilizaría mi existencia. En retrospectiva, lamento no haber evitado esa obsesión creciente que, con el tiempo, se apoderó de él.

* * *

Dante:

Dante Serra Lombardo, ese es mi nombre, y al igual que la mujer que despierta intensas emociones en mí, también soy de nacionalidad italiana. Mi pasado es algo que sinceramente no tengo ganas de contar en este momento, así que tendrás que seguir leyendo si quieres averiguarlo.

Lo que sí te puedo decir en este momento es que, antes de conocerla a ella, dedicaba la mayor parte de mi tiempo con mi prostituta favorita, Valeria. ¡Oh sí, era mi escape personal! Era mi antiestrés. Pero, además de eso, disfrutaba estar con mis amigos o en mi club; manejo varios de ellos, por lo que me mantenían bastante ocupado, o me mantenían, hasta que la conocí.

Realmente puedo jurar que antes de que apareciera ante mis ojos, yo era una persona cuerda, bueno, cuerda dentro de mis propias excentricidades, claro.

En un principio, solo era mera curiosidad. ¿Por qué me rechazaba de esa forma tan feroz? ¿Qué puedo decir? Siempre he sido alguien atractivo que podía conquistar a cualquier chica con un poco de esfuerzo. No soy Brad Pitt, pero sabía cómo usar lo que tenía, si entiendes a lo que me refiero.

Pero la curiosidad pronto se convirtió en un intenso interés, y cuando quise darme cuenta, ya no podía apartarla de mi mente.

 Mía [CORRIGIENDO]Where stories live. Discover now