Desesperación.

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Laura:

—tengo que llamar... Tengo qué... Urgencias, hospital—farfullaba y gateé llegando a mi bolso, que intenté abrir, pero mis manos temblaban tanto que me era difícil. ¡Vamos, vamos! Me gritaba a mí misma y abrí el bolso de forma brusca, rompiendo la cremallera y colocando boca abajo el bolso.

Las cosas comenzaron a caer y tomé mi móvil que encendí para llamar a urgencias.

—no… No lo hagas—escuché, como decía Dante con voz débil, intentando alargar su mano para detenerme.

—¿cómo no lo voy a hacer? ¡Te estás desangrando!—grité desesperada, sin dejar de llorar.

—es peligro… no lo hagas—volvió a repetir y sus ojos se cerraron y me espanté acercándome a él.

Con manos temblorosas y manchando el móvil, marque que número de Luka y recé para que respondiera rápido.

—¿Laura?—preguntó, respondiendo al otro lado de la línea después de un minuto.

—ayúdame, por favor, ven a la casa de Dante rápido, Luka por favor—hablaba entre sollozos.

—primero cálmate, respira hondo, Laura—me pidió, pero estaba lejos de poder estarlo.

—es Dante, todo pasó tan rápido, yo… es mi culpa, todo es mi culpa, pero por favor, ven a salvarlo, por favor, Luka—seguía diciendo entre lágrimas.

—está bien, estoy en camino, pero tienes que calmarme y contarme qué pasó.

—yo lo disparé, Luka, fue mi culpa, por favor ven, no quiero que se muera, no puedo perder…

Pero antes que pudiera continuar, Dante me arrebató el móvil de las manos y lo arrojó haciendo que la pantalla se rompiera.

—¿¡Que crees que estás haciendo?!—le grité, pero cayó sobre mí, manchando mi ropa ya ensangrentada.

—no quiero que… acabes en la cárcel—murmuró.

—pero fue un accidente, la policía entenderá—le dije y él negó con la cabeza.

—solo déjame morir, por favor…—pidió y sentí como mi corazón se me partía.

—no puedo hacer eso, no puedo dejar que mueras Dante—dije y mis lágrimas bajaron sin descanso.

—lo siento… otra vez te hice llorar—susurró alargando su mano temblorosa a mi mejilla y acariciándome está.

—Nunca deseé que esto pasará, nunca quise…

—shh… está bien, no te culpes, mira el lado positivo, si muero podrás ser feliz, por fin—dijo y en ese monto desee golpearlo.

—¿Cómo voy a ser feliz si tú mueres? ¡No digas tonterías!

Él sonrió débilmente y apartó mi mano de su pecho y la enlazó con mía, ambas con sangre, podía notar lo débil que estaba, lo que hacía que más que aterrarme. Por favor, Luka date prisa.

—por favor, no te mueras, por favor mantente conmigo—decía presionado la herida con mi mano libre que no dejaba de sangrar.

Tomando mi mano, la apretó con fuerza, vi sus ojos negros, las lágrimas se acumularon en sus párpados, pero aun así sonrió.

—mi vida, me duele tanto, verte así, por favor sonríe, no llores por mí, no merece la pena, no merezco la pena…—se detuvo y tosió varias veces.

—¿Cómo puedes decir eso? Claro que mereces la pena—le dije sin dejar de ver sus ojos.

—perdóname, mi vida, a pesar de amarte tanto, fui el que más daño te hizo, lo siento, pensé que… yo solo deseaba tener una hermosa familia contigo.

 Mía [CORRIGIENDO]Where stories live. Discover now