El mejor regalo.

355 17 0
                                    

Un llanto caló en mis oídos, perforando mis tímpanos haciendo que abriera los ojos.

—Laurent, sé bueno, no llores o despertarás a mamá—escuché que decía Dante.

Sonreí al instante y giré en dirección a su voz, él estaba de espaldas a mí sosteniendo a nuestro bebé y meciéndolo para calmar su llanto, que a pesar de haber aminorado continuaba.

Debía tener hambre de nuevo. Esa era mi rutina en estas pocas horas, dormía de tanto en tanto y solo me despertaba para darlo de comer.

—Tendrá hambre, es un glotón, me pregunto a quién salió—dije y Dante se giró quedando frente a mí.

—¿A quién si no? A ti, lo siento, no quería despertarte—se acercó, sentándose en la cama junto a mí.

—no te preocupes, es bueno que coma, así podrá crecer sano y fuerte.

Me incorporo un poco en la cama, quedando sentada y extendiendo mis manos a él. Dante depositó a Laurent con cuidado en mis brazos y yo lo observé con una sonrisa. Ahora estaba limpio, envuelto en un pequeño manto de color crema.

Me ajusté un poco mejor la bata del hospital que llevaba, dándole el pecho, logrando que el silencio reina en la habitación una vez más.

—tengo curiosidad—soltó de la nada su padre. Levanté la cabeza para verle con el ceño fruncido.

—¿Curiosidad de qué?

—si de verdad, está tan bueno esa leche, me pregunto sí…

—deja de pensar cosas extrañas, pervertido—le di un golpe en la cabeza.

—oye, ¿A qué vino eso?—se quejó, frotándose la frente y yo me reí.

—toda la leche, hasta la última gota, es para Lauret, así que deja de pensar cosas extrañas.

—ya lo veremos—murmuró sonriendo y yo moví la cabeza de un lado a otro.

¿Qué tiene este hombre en la cabeza a veces? Parece un niño.

Esbocé otra sonrisa al ver lo concentrado que estaba, viendo cómo nuestro hijo se alimentaba, era como si estuviera mirando la cosa más divertida del mundo.

Mientras Laurent comía, hizo un movimiento involuntario con su palma y Dante aprovechó para meter su dedo entre ellas y el bebé cerró la palma presionando su dedo.

—me agarro la mano, ¿Lo ves? Ya reconoce a su padre—argumentó con tanta emoción que parecía un niño en sus primeras navidades.

Yo me reí con ganas, pues tan solo fue un reflejo lo que hizo el bebé, pero no dije nada.

Dante:

No podía apartar mi mirada del bebé, el ver cómo se alimentaba era tan entretenido como hipnotizante. Laurent aún seguía aferrado a mi mano, mientras succionaba del pecho de su madre, y me vi sonriendo nuevamente como un idiota, sin poder creer que esté pequeño ángel sea mi hijo.

Cuando lo tuve en mis brazos por primera vez, estaba aterrado y emocionado a partes iguales. Aterrado por qué se veía tan pequeño, tan frágil que pensé que podría caerse de mis brazos en cualquier momento y emocionado por qué por fin estaba con nosotros después de tanto pasando.

Seguía observándolo aún fuera de mí. Realmente acabo de tener un hijo y con la mujer de la cual desprecie en un principio y ahora amo tan locamente que sin ella no sería nada.

Si alguien me hubiera dicho que este sería mi futuro, me habría reído en la cara de aquella persona o la habría golpeado, lo que me hubiera nacido primero, pues habría sido surrealista.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 07, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

 Mía [CORRIGIENDO]Where stories live. Discover now