Capítulo 43: Sin darse por vencida

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La mencionada por fin abrió los ojos, quedándose en un trance al escuchar las dulces palabras que rodaban tan suave de la boca de la mayor – Yo... –

« ¡Solo acepta! Quédate con ella ¡por dios! Es lo mejor que ah entrado a tu vida y lo sabes, no cometas un error, ¡no lo hagas! »

A pesar de su batalla con si misma, está negó con la cabeza, observando hacía el lado, evitando la mirada de la mayor.

– Yo... Lo siento – Está forzó, despegando su mano del pecho de la chica, sintiendo como el ritmo de su latir descendía – No puedo quedarme contigo, todavía no, aún no puedo – Está aguanto las lágrimas sintiendo su cuerpo levemente temblar al gritarse mentalmente.

Sin observar nuevamente a la peli-azul, comenzó a buscar su ropa, disimulando el maremoto que se formaba en su interior al sentir como las lágrimas querían salir de ella.

« Eres tan jodidamente estúpida Daniela, ¡se te ha entregado! Lo que siempre quisiste, lo que siempre deseaste, ella te lo ha otorgado, y ¿lo tiras hacia un lado? ¿Que buscas? ¡Contesta! Que mierdas buscas, ¿Volver al infierno nuevamente?»

Mordió su labio inferior mientras se colocaba la camisa, sentándose al borde de la cama para ponerse el pantalón. Al instante de haberse sentado, sintió como unos brazos la rodeaban por la cintura con desesperación, de mantenerla donde estaba, con un poco de fuerza.

– Yo quiero que te quedes conmigo – El sollozó de la peli-azul por fin se hizo evidente, mientras escondía su rostro en la espalda de la menor – No quiero verte sufrir en manos de aquel chico, se que tu relación con él, no es buena, no quiero ver más marcas en tu cuerpo que no sean de beso – su agarre se hizo un poco más protector – No quiero que más lágrimas manches tus mejillas que no sea de alegría, no me agrada ver miedo reflejarse en tus ojos, no quiero que tú brillo se apague por un idiota como él –

Calle podía escuchar el sollozar y las palabras rotas que salían de los labios temblorosos de la mayor, y ser testigo de esa escena, le hacía doler el pecho. En especial al saber que en parte ella es la causante de esas lágrimas que empapaban su camisa.

– Pensar que no lo puedes dejar por miedo de que te suceda algo, es lo peor, porque mientras más esperes más horrible se pone – Poché añadió recordando lo que pasó con su ex pareja – No lo digo sólo por decir Daniela, lo sé por experiencia, estuve en la misma posición que tú, aunque tú aún tienes más tiempo de salir de eso, yo había esperado demasiado – Está admitió – Cachorrita, solo tú as logrado encender está llama que llevo dentro, está esperanza de volver a creer en la unión de estas palabras, la ilusión de tener algo duradero y hermoso – Está comentó soltando el agarre que le tenía a la menor, y levantándose de la cama, con rapidez sentándose de rodillas al frente de la menor, mientras colocaba las manos en sus muslos, levantando la mirada para que ambas estuvieran mirándose a los ojos – Quiero que seas tú la que sea dueña de mis besos, a la única que le regalé está sonrisa que con sólo tu presencia puedes sacar, quiero que seas tú la que me haga hacer idioteces en nombre del amor, quiero que seas tú la que contenga mis demonios – Esta se inclinó hacia arriba, depositando otro delicado beso en los labios de la menor – Prometo jamás hacerte daño, y si lo hago, que ni Dios me perdone – Está sonrió gentilmente,  volviendo a besar a la chica.

Calle dejó salir una risita entre lágrimas, pues luego de tanto contenerlas, al fin se le hizo imposible aquella redundancia, dejándolas libre para salir al exterior. Llevando sus manos hacia las mejillas rojizas de la mayor y jalando la hacia ella, capturando los labios de esta en un beso deseado, depositando todo su amor y pasión en este.

El beso duro sus tan deseados minutos, antes de que sus pulmones gruñieran por la escasez de oxígeno que tenían, obligándola a separarse para poder respirar. Una vez sus respiraciones se calmaron volvieron a juntar sus labios, esta vez, Poché se impulsó, recostando a la menor contra la suavidad de la cama. Pasó a piernas, posicionándola en ambos lados de su cintura, sentándose encima de esta.

La peli-azul rompió el beso, llevando sus manos hacia el borde de la camisa de esta, con una mirada expectante, esperando a que le dieran permiso para continuar.

Ya me siento demasiado cursi con estos últimos dos capítulos 😂 creo que me acabo de dar yo misma diabetes de etapa dos 😭😂 el próximo :3 no será nada cursi 😉 si saben a lo que me refiero 😏

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora