Capítulo 21: El silencio es el enemigo

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Una vez la rabia se apoderó de ella, su reflejo en el cristal se hizo añicos, una vez los nudillos de la chica hacían contacto con el cristal, causando que este se destrozara. Tomo uno de los pedazos, y paso la punta en su palabra, creando una línea a la mitad de "Serendipia" desde un lado a otro, dejando que sangre recorriera su brazo.

« Una cosa era rechazarme, ¿Pero echarme la culpa? » Gruño, caminando hacia la ducha, tomando un largo baño, antes de salir, cubriendo su brazo con una venda, y colocándose un bóxer, al no tener ganas de usar más nada para dormir.

Se dirigió a la cama, dejándose caer en esta, cerrando los ojos, al no querer pensar en más nada, pero su mente jugó en su contra, al tener mucho más para darle.

« ¿Pensabas que en verdad te amaba? Que inocente eres, aún tienes esperanzas en el amor, JAJAJA, eso no es para tí, ya deberías saberlo, nadie te va a amar, mucho menos por como eres » está se movió en la cama, cubriendo sus oídos con la almohada, pensando que eso podía parar aquellas palabras « Eres una abominación ¿Una chica con un miembro? A quien le gustaría eso, hasta te ha hechado la culpa de lo que ocurrió en la fiesta, y no hizo nada cuando su NOVIO te empujó » está sacudió su cabeza, abriendo los ojos y mirando hacia el techo.

« Imagínate, tienes que ir todos los días y verla restregarse con él, mientras tú te tragas las ganas de tenerla, él puede decir que es de él, mientras tu solo puedes anhelar tenerla. Mientras él se la come todos los días, tú solos tienes tus sueños » La peli-azul frunció el ceño, tomando su almohada y cubriendo su rostro.

– ¡CAAAAALLAAAAATEEEEEEEEE! – Grito a todo pulmón en la almohada, mientras intentaba empujar todo pensamiento que se formaba en su mente.

Luego de su arrebató, puso la almohada en su pecho, mirando el techo al sentir como todo se encontraba callado, antes de que volviera a empezar.

« Oh vamos, tú fuiste la estúpida que no supo utilizar el momento y hacerla tuya, no, preferiste echarte a llorar como toda una niña cobarde, siempre fuiste y siempre serás una debilucha, apesar de lo que hagas o como te demuestres. Eres toda una sentimental, y una mimada, jamás vas a conseguir lo que quieres » su voz interior, siguió acosandola toda la noche, haciendo que no pudiera apenas ni dormir en todo momento que la luna estaba despierta.

Con sus pensamientos cesando, el sol fue levantándose, dándole a conocer que otro día había empezado, y ella no había podido ni cerrar un ojos. Llevo su mirada hacia la ventana, chasqueando su lengua molesta, al tener que levantarse. Restregó sus manos en sus ojos, dejando salir un soplo aborrecido, al no poder dormir, ya que una vez su mente estaba al fin callada, tocaron su puerta.

– ¡Cancela cualquier reunión que tenga hoy! Me tomaré un descanso – Está grito volteandose en la cama, quedando boca abajo, cerrando al fin los ojos.

– Pero señorita, tiene que ir a buscar a su hermana – Hoffman comentó mientras abría la puerta.

– Manda a alguno de los choferes, estoy demasiado cansada – Está responder dió escondiendo su brazo debajo de la almohada.

Hoffman asintió, y cerró la puerta, dejando a la peli-azul sola. Poché logro dejar que cayera en las manos de Morfeo, en un profundo sueño, el cual más bien para ella fue una pesadilla, reviviendo el momento en el que la noticia de el fallecimiento de sus padres see fue entregada.

« ¿Cómo vas a saber amar, si nunca fue algo que hubo en tu vida? » fue lo último que recordó, antes de ser despertada por un peso encima de ella.

– Vamos pulga, levántate y salúdame – La voz de Valentina se escuchó, sacandola de su sueño.

Poché abrió los ojos, y se volteó, mirando a su hermanita a la cara, con una sonrisa soñolienta – Hola – Musitó, abrazándola, depositando un beso en su mejilla, llevando su mirada hacia el reloj, que marcaba las 12 de día – ¿Huh? ¿Tanto tiempo pasó? – Está se preguntó, ya que sentía que apenas acababa de cerrar los ojos.

Valentina se despegó de la mayor, y su sonrisa desapareció al percatarse de la venda que está tenía en el brazo.

– ¿Que te paso ahí? –

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora