Capítulo 31: Mantén silencio

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Y volví a aparecer 😚😁 ¿Me extrañaron, cachorritxs? 😭💕

– Esto no se acaba aquí – Poché murmuró entre dientes, acercandose a la castaña por detrás, dejando recostar su cuerpo en la espalda de esta.

Calle abrió los ojos, al sentir el miembro duro de la chica entre sus piernas, la cual la rozaba, causando un cosquilleo en esta. La castaña llevo sus manos hacia su entre pierna, rozando la punta de sus dedos en el glande del miembro, haciendo que la otra suprimiera un gemido, al no querer ser descubierta por las chicas que aún habían en el baño.

Luego de unos cuantos roces más en la entre pierna de esta, la peli-azul dirigió una de sus manos, hacia el pantalón de la contraria, para extraerlo, dejándolo caer hacia abajo.

– Vaya qué lindo – Poché comentó, viendo el delicado panty que la chica llevaba puesto; uno color de rosa con corazones negros esparcidos en este.

– Callete y deja de verme – Calle murmuró avergonzada, escondiendo su rostro con una mano, mientras la otra la dejaba en la puerta del cubículo, para aguantarse.

Poché dejo salir una risita – ¿Cómo podría no hacerlo? Si eres tan hermosa – Poché comentó, llevando sus manos para la ropa interior, y tomando la tela por ambos costados de ella, para quitarla deslizando la hacia abajo – Solo me das ganas de hacerte, una y otra vez, hasta dejarte temblando y jadeando con dificultad – está susurró, acercándose al oído de la contraria, dejando un leve mordisco en esta, haciendo que el vello del cuerpo de la otra se erizarán.

Calle dejó un jadeo salir de sus labios, al escuchar esas palabras mientras, se enfocaba en el hecho, de que la peli-azul, tenía una de sus manos entre sus piernas, provocando la, al pasar sus dedos alrededor de su entrada.

– N-no s-seas m-mala – la castaña tartamudeo, su cuerpo temblando en anticipación, y su entrepierna mojandose más.

– ¿Que quieres? – Poché preguntó con una sonrisa maliciosa, al querer escuchar a la chica decirlo.

Calle mordió su labio inferior, observando la puerta frente a ella, mientras, escuchaba aún a las chicas hablando afuera.

« Malditasea, de qué mierdas estarán hablando esas chicas para estar tanto tiempo aquí metidas... ¡¿Que mierdas estaba pensando yo al querer hacerlo en el baño de una cafetería »

La castaña pensó, dejando un jadeo sorprendido salir, al sentir en su entrepierna contacto directo con el miembro de la chica.

– ¿Que es lo que quieres? – Poché volvió a ronronear besando la espalda de la castaña por encima de la camisa, subiendo poco a poco hasta llegar a cuello, hechando el cabello castaño hacia el lado, y tomando parte de esa piel entre sus dientes, dejando una marca de mordida en esta.

– T-te qui-ero dentro – La castaño gimió, un poco más alto de lo debido.

– ¿Quien está ahí? – Una de las chicas de afuera preguntó, al escuchar el ruido indecente provenir de este.

Poché llevo una de sus manos a la boca de la castaña, mientras con la otra, ubicaba su miembro en la entrada de la chica, opacando el primer gemido de la chica, al entrar en ella.

– Contesta, que ya están tocando la puerta – Poché murmuró, escuchando los golpecitos en la puerta del lado contrario.

Calle abrió la boca, y la cerró, sintiendo como la otra entraba y salía de ella, con más rapidez.

– E-estas a-migas m-mias envi-andome es-tos v-videos t-tan in-decentes – Calle tartamudeo, aguantando las ganas de gritar, y contener sus gemidos que cada vez se le hacían más difícil de controlar.

– debes ser callada, no vaya a ser que te descubran – Poché susurró, en el oído de la chica.

Calle tomó el brazo de la peli-azul, al estar cerca de su boca, y dejó que sus dientes hicieran contacto con la piel de esta, aguantando el gemido, una vez llegó a su límite, invadiendo su cuerpo con ondas de placer. Poché no se quedó atrás, al sentir las paredes de la chica retenerla, junto con el calor que la envolvía.

Llevo la mano, que tenía libre a su boca, mientras se venía, sintiendo como llenaba el interior de la chica. Ambas se quedaron jadeando, escuchando como la puerta abría y cerraba, afuera del cubículo. Dejando saber que ya estaban solas ahí adentro nuevamente.

– A la verdad que te odio – Calle murmuró, empujando se lejos de la puerta del cubículo, y bajando se para subirse las piezas de ropa inferiores.

Poché sonrió, relamiéndo su labio inferior – De seguro – Está comentó, acomodándose el pantalón, y acercándose a la castaña, tomándola por el mentón y acercando sus rostros, sus labios quedando centímetros lejos – Que lo que acabas de decir no es cierto – Finalizo depositando un beso rápido en este, mientras abría la puerta del cubículo y salía.

Calle se quedó varios minutos observando a la chica, antes de observar su camisa en el suelo, antes de que algo pasará por su mente, arrepintiendo se de lo que había hecho.

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora