Capítulo 11: Solo un poco

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«¡No se supone que estemos tan cerca!
Calle reacciona tienes un novio» La castaña se golpeó mentalmente, sacudiendo la cabeza, y alejándose aclarando su garganta.

– Tuve una discusión fuerte con mi novio – Está comentó tomando un trago largo de su copa.

Poché inclino su cabeza hacia el lado – ¿Novio? – Fue lo único que musitó.

Calle despegó la copa de su boca, al notar el pequeño destello que se reflejó de desilusión en los ojos de la peli-azul.

– Claro, pero no sé, últimamente me siento rara a su lado – Añadío viendo como ahora el reflejo de reemplazado por uno de alivió.

– ¿De que discutieron? – La peli-azul preguntó un tanto desinteresada.

Calle sintió el dolor de recordar lo sucedido, y sin decir ni una palabra, estiró su mano, tomando la de Poché.

– Eh, ¿Calle? ¿Que haces? – Poché preguntó nerviosa al contacto, al sentir cosquilleo en su estómago, y su respiración agitarse.

Calle por otra parte la ignoró, subiendo la manga de su camisa, dejando mostrar la palabra que tenía la chica.

– Lo sabía – Musitó para si misma, trazando delicadamente su dedo en esta, sin darse cuenta de lo que causaba en la mayor – Entonces no estaba loca – Fue lo único que comentó antes de retirarse y tomar lo que quedaba en la copa, sirviéndose un poco más.

– ¿Porque dices eso? – Poché preguntó llevando su mano hacia ella, sintiendo aún los roces que la otra había hecho.

– La discusión fue a causa de eso, mi novio me dijo que estaba delirando, o buscando una excusa para alejarme de él – Está confesó un poco triste, dejando salir un suspiro.

Poché chasqueo la lengua, molesta gruñiendo entre dientes – ¿Cual es el nombre de tu novio? – Está le pregunto casualmente.

La castaña lo miro raro – Sebastián ¿Para qué quieres saber? – Está Preguntó algo molesta.

– Oh, para nada – Poché comentó con una sonrisa, al recordar que uno de sus estudiantes se llamaba así.

Siguieron platicando de cosas simple, hasta que varias de las botellas, que luego de la primera mandaron a buscar, se vaciaron. Calle se acercó a la peli-azul.

– ¿Por qué tú me llamas tanto la atención? – Calle murmuró en un tono torpe y curioso.

Poché levantó una ceja, llevando su mirada hacia las botellas, percatando se de cuánto habían bebido, en especial la castaña. «Esto no va a terminar bien» La peli-azul pensó, alejándose un poco.

La castaña sonrió, y llevo una de sus manos a su pecho, jalando se la camisa, dejando ver su propia palabra.

– Yo no amo a mi novio, desde hace tiempo, y se me está haciendo muy difícil mantenerme con él – Está continuó – Solo un poco, déjame sentir algo – la castaña llevo su mano a la mejilla de la chica, acercándose peligrosamente.

Poché llevo su mirada a los labios de la chica, tragando hondo, mientras el deseo de cerrar la distancia se hacía fuerte. Cerró los ojos, y levantó las manos, colocándolas en el hombro de esta y alejándola.

– Cachorrita, estás tomada, y ya estás pidiendo cosas que no puedo cumplir – Poché comentó algo triste.

« Aunque muero por besarte, está no es la forma ni el momento de hacerlo » La peli-azul pensó, levantándose del sofá.

Calle se quedó observando el sofá, apretando el cojín con sus manos, mientras dejaba lágrimas recorrer sus mejillas.

– Me siento tan vacía, esto no es justo, no logro sentirme completamente feliz, y ni siquiera siento nada cuando estoy con Sebastián – Está empezó a llorar – Tengo miedo, ahora más que nunca, se que si lo dejó o insinuó algo de ello me va a lastimar – añadio, moviendo su camisa, dejando ver dónde anteriormente Sebastián la había agarrado, viendo un moretón en el lugar.

La chica empezo a temblar, murmurando más cosas, que solo hacia que la peli-azul se preocupara más, acercándose a la chica.

– Vamos, mi niña, ya tienes que dormir – Está comentó tomando a la chica entre sus brazos.

La castaña abrazo a Poché por el cuello, aún sollozando, mientras se dejaba cargar, hacía quien sabe dónde. Poché entro a una de las habitaciones, depositando con delicadeza a la castaña en la cama, regalando le un beso en la frente, y susurrándole palabras.

– Cachorrita, todo va a estar bien, prometo que no te va a pasar nada, es algo que no permitir – Está comentó, con cariño, quitandole los tenías y el pantalón, mientras tomaba la sábana y la arropaba.

A pesar de que en un momento hubiera sentido ganas de tocarla, en estos momentos solo quería que estuviera bien.

– Hablaremos mañana, con más calma – Está finalizó, caminando hacia la puerta, y dando un último vistazo, antes de cerrar la puerta detrás de ella.

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora