Capítulo 41: tranquilidad entre la tormenta

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La puerta se abrió, dejando ver a mujer peli-azul, quien con un suspiro dejó caer su cartera encima de la mesa, su mirada percatandose de la castaña, quien se encontraba al frente del mostrador, su cuerpo levemente temblando.

Esta extrañada, apesar del atuendo que llevaba la menor, simplemente se preocupó más por su estado. Dando pequeños pasos para no asustarla.

"¿Calle?" Esta mencionó el nombre de la menor con cautela, mientras más se acercaba, más lograba distinguir la leve descoloración de su piel.

"Calle" comentó un poco más alta, haciendo que está se sobresaltara, retirándose del mostrado, dejando caer el emparedado que tenía en las manos.

Sus ojos reflejaban miedo y trauma a la vez, mientras las imágenes de lo que había presenciado volvían a su mente. Llevando su mano a su estómago sintiendo que no había nada fuera de lo normal, ninguna marca que presenciar, llevo su mano un poco más bajo, sintiendo la pieza de ropa abrazar su cintura.

"¿Te encuentras bien Daniela?" Poché pregunta genuinamente preocupada, percatandose del suspira pesado y de alivió que dejó esta escapar.

«¿COMO MIERDAS VOY A ESTAR BIEN? Si ahora tengo hasta pesadillas despierta»

Calle pensó un poco alterada, pero al volver a ver a la chica, los ojos llenos de preocupación, inconsiente de lo que sucedía, perdida en sus propios pensamientos. Esta solo asintió, caminando y terminando de cerrar la distancia que había entre ellas.

Dejando sus manos serpentear alrededor de esta, escondió su cara en el cuello de la mayor, pues apesar de que Poché era más pequeña, en esos momentos la chica tenía aún puesto sus tacones.

"¿Podemos acostarnos juntas?" Calle preguntó inocentemente, nada de malicia en sus palabras, nada de doble sentido, solo una genuina e inocente pregunta se hacia presente.

«¡Dios! ¡Ella no puede ser tan adorable! Esto debería ser ilegal»

Poché pensó tomando la cintura de la chica, y apegando la más a ella, depositando un beso en su frente, dejando su mano izquierda acariciar las suaves ondas del cabello de la chica.

"De acuerdo, espérame en la habitación mientras me limpio esto" Comentó señalando el emparedado que se encontraba, dispersó en el suelo.

"Lo lamento" Calle susurró débilmente mientras observaba este.

Poché sonrió y sacudió la cabeza "No te preocupes cachorrita, todo está bien, todo estará bien" está aseguró volviendo a depositar otro beso en su frente "anda, sube a la habitación y ponte una camisa, yo te seguiré enseguida" está añadio, gruñendo mentalmente al tener que separarla de ella, llevándose el lever calor que emanaba la menor.

Calle asintió sin más, caminando hacia la donde se encontraba la habitación de la mayor, que era en el segundo piso. Poché había permanecido observando a la castaña, pero no en forma lasciva, si no más bien, sus mirada era suave e inquieta, pues el estado en el que la había encontrado, no fue de su agrado.

«¿En que estaba pensando? No soporto ver a mi cachorrita de esa forma»

Pensó para si misma, mientras se ponía en cuclillas y recogía las partes del emparedado, y lo arrojaba en la canasta de basura, antes de pasar el mapo, y caminar hacia su habitación.
Una vez entro a esta, su corazón se derritió, al ver a la menor sentada de rodillas en la cama, con una mirada de perrito perdido.

"Te tardaste mucho" la castaña comentó con un puchero, mientras cerraba las puños y los recostaba al frente de ella contenida sus muslos.

Poché sonrió de lado "No lo suficiente" comentó con hacia la cama, quitándose los tacones, y arrojando los cerca del armario, decidiendo que los iba a guardar luego.

Calle, ya se había cansado de esperar, por lo cuál sin dejar que la mayor se cambiara de ropa, la tomo de la cintura y la atrajo hacia donde ella, dejando que el aroma de la chica la invadieran. Cuyo calmante despejó su mente de cualquier pensamiento, sueño, sentir negativo que recorrió su cuerpo minutos antes de que ella llegará.

Poché dejo salir una leve risita, llevando su mano hacia el brazo que la acorralada, dejando pequeños círculos reconfortantes en esta.

"No me vuelvas a dejar sola" Calle murmuró en el oído de la chica con suavidad, escondiendo su rostro en el cabello de esta.

«Definitivamente esto es algo a lo que me pueda acostumbrar»

Poché pensó contenta, cerrando los ojos, sintiendo el calor de la menor que la abrazaba, y el leve cosquilleo de su respiración en su cuello.

"Quédate conmigo"

Cachorritxs!

Estamos leyendo 11:11, es obvio que no les pondré una escena así de violenta en esta historia, que en verdad pase. Solo es una broma un tanto atrasada 😅 ¡No me odien!

¿Cómo es que le gusta tanto mis historias con tanta broma y violencia? Solo es curiosidad

Por cierto, si este capítulo llega a los 50 comentarios, el domingo que viene, le subo dos capítulos en vez de uno.

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora