Artificios ❲ Park Jimin ❳ | Terminada.

Capítulo 49:"La fábrica abandonada"

Maratón 2/3
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Narrador omnisciente:

Blue se levantó a la velocidad de la luz de la cama de hospital, caminó hacía el ropero empotrado en la habitación, sacó un poco de ropa y se introdujo en el baño de su habitación, sin decir ni una palabra.
Matt la miraba extrañado, y la sospecha de la identidad de la persona que llamó a Blue, la tenía casi seguro. Pero quiso confirmarlo con las preguntas que lanzó como dardos:

— Fue la mujer que tiene a tu bebé, ¿no es así? — pregunto él. Pero Blue se mantuvo en silencio.

Blue salió ya cambiada con un buso negro y zapatillas del mismo color; con la coleta se amarró un moño alto.

— Blue, sales de una cesárea. No puedes caminar mucho y menos hacer trajín — aconsejó, Matt.

Blue se puso firme y lo miró con ojos de pocos amigos, para luego decirle:

— Primera. No eres nadie, para decir que hacer o no hacer. Segunda. No es tu asunto, no me te metas —soltó seria pero directa.

Matt se llevó las manos hacía la cabeza por la frustración. Él conocía muy bien a Blue, sabía a la perfección que era una mujer testaruda, y terca de cojones. Harvert sabía muy bien, que jamás lograría convencerla; así que, decidió guardar silencio.
Blue salió de su habitación en busca de Harrison, ella necesitaba su auto para ir al lugar de encuentro. En el pasillo no había nadie conocido para ella, supuso que él podría estar en la cafetería o quizás en el baño.
Se fue por la primera opción, y por suerte, su sexto sentido no le había fallado.

— ¿Qué rayos haces vestida así? — cuestionó, Harrison sorprendido.

Blue rodó los ojos e ignoró su pregunta, para lanzar su pedido.

— Las llaves de tu auto, por favor.

— ¿Qué? — articuló, perplejo.

— Tus llaves — repitió ella, y luego extendió su mano.

— ¿Para qué o qué? — pregunto, con el ceño fruncido.

— Necesito unas toallas higiénicas gigantes. Me está viniendo demasiado, y lo necesito, ya — mintió.

A Harrison, le sonó como la escusa más estúpida del mundo. Pero, tanto él como todas las personas que conocen a Blue, saben que nada ni nadie, puede hacerla cambiar de opinión. Benjamín, comprendió rápidamente que ella tramaba algo.

— Toma —Harrison le dio las llaves, dudoso —, pero por favor, Blue. Ten mucho cuidado. El doctor dijo que los puntos pueden abrirse.

Blue asintió. Ella tomó las llaves y se encaminó hacía el estacionamiento.
Poco después, Harvert salió corriendo atrás de Blue; él tenía en mente seguirla.
Harrison se topó con él en la cafetería, él lo miró sorprendido pero a la vez molesto.

— ¿Qué mierda, haces aquí? — pregunto Benjamín, sin poco decoro.

— Harrison, sé que he sido un gilipollas, eso lo pilló, ¿vale? Pero esto, es mucho más importante que mis gilipolleces. Así qué, escuchad con atención — dijo Matt.