Artificios ❲ Park Jimin ❳ | Terminada.

Chapter 40: "Niños"

Narra Blue:

No puedo borrar de mi memoria la reacción de Jimin, ver sus ojos a punto de salirse de órbitas fue algo muy vergonzoso, pero en serio estaba muy ansiosa por ver a mi bebé, de hecho sigo ansiosa aunque esté en el carro a punto de llegar al ginecólogo. Jimin hace un buen rato intenta hablarme, pero se detiene antes de emitir sonido alguno. 

Esto es muy incómodo. Demonios. Bufé en dirección de la ventana.

  —  Pareces un toro —  soltó Jimin, sin despegar sus ojos del camino. Su concentración al volante era hasta inclusive algo intimidante. 

 — Hasta que por fin dices algo — dije. 

— Blue —  él  apretó mi mano  con suavidad —, solo estoy nervioso —me respondió, soltando un suspiro. Lo miré con comprensión.

— Todo saldrá bien, amor. Así tu madrastra vuelva a decirme que me aleje de ti, no lo haré, ¿vale? —  solté sin pensar. Cerré mis ojos, al darme cuenta de mi grave error. Mierda.

— ¿Qué dijiste? —  pregunto Jimin.

Este estacionó el auto, volteé a ver nuestra ubicación, sin darme cuenta ya habíamos llegado a nuestro destino.

—  Nada, olvídalo. Vamos a ver al médico —  le regalé la sonrisa más grande y creíble. Pero no me creyó. Jimin había asegurado las puertas.

— ¿Mi madrastra fue a verte? —  preguntó serio. Una venita empezó a aparecer en su frente.

— No —  negué con mi cabeza.

—  Gaila. Dime la verdad, por favor. —  me pidió. Aquel tono de su voz, era tan débil.

La madrastra de Jimin hace unos meses, me había citado en un café; ella aludía que quería hablar sobre el futuro de Jimin por eso acepté el encuentro. Gran error mío. 

Cuando llegué al lugar pactado, al verla por primera vez me dio una extraña sensación, no se veía mala, o eso creía. Conforme fui tratando con ella, me di cuenta de tres cosas: Era hípocrita, interesada y despreciable.

Aun sus palabras seguían latentes en mi cabeza: "Alejate de mi hijo. Él se merece a alguien como Sohyun, una mujer con clase". Después de prácticamente haberle declarado la guerra, me fui airosa del local.

— ¿En qué tanto piensas? —  preguntó Jimin, volviéndome a sí. 

— ¿Ah? —  meneé la cabeza levemente.

— ¿Vas a contarme o no? — pregunto ya molesto.

(...) 

Jimin golpeo más de dos veces el timón de mi auto, en el fondo el intenba contener su ira, pero no podía ocultarlo todo. Lo que le había contado no le había caído nada bien, estaba completamente furibundo, que si por él fuera en estos momentos ya estuvieramos en casa de su padre encarando a su madrastra. Pero lo detuve, más importante es nuestro hijo que cualquier vieja bruja. 

Nos adentramos tomados de la mano al consultorio del doctor, el hombre nos recibió muy bien. La mano de Jimin sudaba, él estaba tan nervioso como yo. Caminamos de manera dudosa al escritorio del doctor, él solo nos sonreía. Nuestras acciones de nerviosismo denotaban mucho que eramos primerizos en esto, solo nos faltaba el cartel de: "Somos primerizos".

  — Señorita Grey, ¿es su primera cita? —  preguntó el doctor con el ceño fruncido. Asentí — . Pero, ¿cómo es posible que venga cúando esta a punto de dar a luz? —  abrí mis ojos como platos.