Artificios ❲ Park Jimin ❳ | Terminada.

chapter;; 37

  Narra Jimin:

Mi padre estaba leyendo su periódico dentro de su despacho, su expresión era tranquila y relajada. Caminé hacía él, cuando oyó mis pasos levantó la mirada, regalándome una sonrisa.

— Padre — saludé. Cerró mi periódico y centro toda su atención en mí.

— ¿Sucede algo, hijo mío?

— Mmmmm... necesito hablar contigo, ¿se puede? — asintió, algo confundido.

Me senté en frente de él, no sabía como empezar la conversación, esto era muy difícil. Decirle que voy a tener un hijo o hija, o decirle que su padre quiere que nos casemos.
No sé, por cual empezar.

Apreté mis manos, al sentir que me empezaron a sudar. Suspire.

— ¿Recuerdas a la mujer, de quien te hable hace algunos años? — empecé a romper el hielo.

— ¿La señorita Grey? — pregunto, sin querer había atinado.

— Volví a verla hace unos meses, en una de mis giras...

— ¿Y...? — me incitó a Seguir hablando.

— Mis sentimientos hacía ella se reavivaron, y los de ella también —miré a un lado, evitando la mirada de mi padre por la vergüenza—. Papá, la amo y quiero casarme con ella— solté de una sola.

— Hijo, ¿no crees que es muy pronto para pensar en el matrimonio? — " Si supieras que ya la embaracé".

— Papá, ¿Recuerdas cuándo me contaste lo que sentiste antes de casarte con mamá? — pregunté.

— Sentía amor por ella, pero más miedo porque venías en camino y además tu abuelo me estaba apuntando con una escopeta — reí nervioso ante su recuerdo.

— Es algo muy gracioso, ¿no? — pregunté con nerviosismo—. A veces hay que seguir las tradiciones — dije con una sonrisa de pánico.

El rostro de mi padre se tenso, se supo más firme en su sillón. Su ceño fruncido, me dio cierto miedo.

— Park Jimin, dime que no es lo que estoy pensando — tragué en seco. Su expresión se enfureció—. ¡¿No pudiste protegerte?! ¿Dónde tenías la cabeza?

En el sillón del piloto.

— Papá... yo la amo — mi padre levantó sus manos para sobar su sien.

—Te vas a casar, ¿por qué la ambarazaste o por qué la amas? — pregunto mi padre.

— Porque la amo, padre — dije más seguro de lo que imaginé.

Él frotó su frente, empezó a caminar en círculos por la preocupación, lo entendía de cierto modo, no todos los días tu hijo te dice que quiere casarse y que embarazó a su futura esposa antes de la noche de bodas.

Mamá, como me haces falta, especialmente en momentos como estos.

Agaché la cabeza ante el pensamiento tan doloroso y deprimente.

— ¿Pensando en mamá? — pregunto mi padre, descubriendo mis pensamientos. Asentí, sin querer ese asentimiento fue acompañado por pequeñas lágrimas.

— Cuanto daría porque ella este aún aquí. Te juro que cambiaría todo por ella, entregaría todo por volverla a ver tan solo un momento.

— Ahora ella está mejor — las palabras de mi padre, tenían cierto dolor en su esencia. Él también la extrañaba como yo.

— Sé que ha sido una imprudencia total lo que hice, padre; pero no me arrepiento de nada — confesé. Como respuesta el asintió.

— Esta bien, iré a pedir la mano de tu novia — contestó mi padre, dejandome sin palabras.