Artificios ❲ Park Jimin ❳ | Terminada.

Chapter 05: "Mi corazón no lo soportará"

— Habla de una puta vez — Espeté.

— Ehmmm... yo... — pareciera que buscará las palabras mentalmente, joder, ¡Que estresante es!

Me solté de su leve agarre para poder salir del lugar, tenía que reunir toda mi fuerza de voluntad, debía escapar de él, esto ya empezaba a tornarse algo demasiado doloroso.

— Espera — me detuvo. Me di vuelta sobre mis talones.

— Suéltalo.

— Yo te quería hablar sobre las clases de los sábados — dijo dudoso.

¿Qué cojones dice? ¿Las clases?, esto es algo inaudito, ¿Cómo se atreve a mencionarme eso? y lo peor, ¿cómo se atreve a sacarme de esa manera de la cafetería?

— ¿Perdón? — cuestioné con notable indignación.

— Sí, lo que oíste, las clases— afirmó.

— Será mejor que me vaya, antes de mis amigos vengan a buscarme y te partan la cara — dije irritada —. Y por favor, Park, deja esa tontería de las clases, yo nunca más recibiré apoyo de ti.

Me miro con el ceño fruncido, no pude descifrar lo que escondían sus ojos negros, ¡Mierda, debo dejar de mirarlo!
Salí como alma que lleva el diablo, lo deje ahí sin más, como él lo hizo conmigo.

Fui al encuentro de mis amigos, ellos seguían ahí, cada uno con lo suyo.

— ¿Qué pasó con ese nerd? — cuestionó con desprecio mi mejor amiga.

— El idiota, quería hablarme de las clases particulares — Solté agotada por la situación.

Perseguí a sentarme con mi nuevo amigo, él se encontraba ansioso, supuse que quería saber todos los detalles de lo que pasó, quizás piense que lo que le dije a Yeon fue una mentira, pero no es así, eso es lo que quería, ¡Joder, que dilema!

— Oye, cuéntame — susurró Jung en mi oído. Vire los ojos.

El fuerte sonido del tiembre retumbó en mis oídos, se acabó el bendito receso, lo único bueno de eso, es que no soportare el interrogatorio de Jungkook.

— Luego Jung, vamos a clases, ¡nos vemos luego! — solté mientras me despedía con la mano.

Las clases pasaron tan rápido, o quizás por mi desinterés ni me di cuenta del tiempo, era como si mi cuerpo estuviera en el aula y mi alma vagabunda en un lugar muy lejos de aquí.

Al llegar a casa, ignoré por completo a mi padre y me encerré en mi habitación, no quería oír a nadie, no quería hablar con nadie, no quería nada. Mi cama hizo una invitación indecente, yo muy obediente me abalancé hacía ella — el mejor consuelo de cualquier dolor—.

Las horas pasaban y pasaban y yo seguía en el mismo plan; sentirte vacía o inútil, aquella sensación no se la  recomendaría a nadie, asqueroso día.
No logro entender, de como una persona puede influir tanto en ti y tener el poder de definir tu estado de ánimo. Vaya...

No bastaron los gritos internos de mi cabeza para atormentarme, faltaba la estocada final, mi teléfono; el timbre de celular, resonaba y resonaba en mi cabeza.

— ¡Joder! ¡¿Quién demonios me está llamando?! — Exclamé airada a la persona que se encontraba al otro lado de la línea.

— Hola... — mis ojos casi se escapan de mi cavidades oculares, no puede ser posible, ¿no se cansa nunca?

— ¡Mierda! ¡Jimin! ¿No te cansas de fregar, no?— dije molesta, estaba casi al limite de mi paciencia.

— Yo... — tratamudeo—. Eran por mis libros, los olvidé en tu recámara, el día que salí muy de prisa — lo interrumpí.