Blue, es una alumna de preparatoria rodeada de los chicos más populares; para su mala suerte jalo un curso, el profesor le puso un tutor personal, nada más ni nada menos, que el nerd de la clase, del cual ella se había burlado, Park Jimin.
Poco a po...
La mujer misteriosa, era la escritora de la historia, Mikasa Lee. Sin darme cuenta estaba con las manos cubriendo mi rostro, no puedo procesar lo que me está pasando, ¿esto es real? O me desmaye apenas empecé la audición, joder.
— Es justo lo que quiero, eres perfecta para el papel. Le pones las mismas emociones y sentimientos al personaje, tal como la imaginé — soltó Mikasa.
— En serio, no sé qué decir. ¡Te admiro mucho! — dije al límite de la emoción.
— ¡Muchas gracias! Saben que lo hago con mucho amor para ustedes— me respondió.
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Mi teléfono me sacó de mi pequeño trance al recordar lo sucedido; «¡Te dieron el papel!» gritaba mi subconsciente.
—¿Aló?— pregunté bobamente.
— Hola, Blue. Ya estoy con Matt. Iremos a recogerte, ¿sigues ahí, no?
— Sí Elle. Acabo de salir — digo, con una estúpida sonrisa en mi rostro.
— ¡Uy! Ese tono, ya mismo voy — bromeó mi prima.
— ¿Nos vemos en Starbucks? Ya estoy en camino para allá— informó.
— Vale, nos vemos.
La llamada se cortó, en alrededor de unos 10 minutos, llegué a Starbucks. Busqué una mesa libre para los tres. El nombre del famoso Matt, se me vino a la mente. Sólo sé que es el mejor amigo de mi prima, ella habla maravillas del hombre, ojalá sea buena onda.
— ¡Blue! — esa voz chillona, tenía nombre, Elle.
Me paré para salu...dar... Su mejor amigo, estaba con ella. Visualmente era muy atractivo. Tenía el cabello castaño, ojos de un color verde esmeralda, su piel tenía un perfecto bronceado, era muy alto, vestía unos pantalones color caqui y una camisa blanca — los primero botones estaban sueltos—.
— Hola — intenté sonar los más natural posible—. Tú, ¿debes ser el conocido Matt?
— Hola, mucho gusto. Matt Harvet— saludó él. Al instante detecté su pelicular acento, ¿era español? — extendió su mano.
— Mucho gusto, Matt. Blue Grey— acepté su mano, mientras me presentaba.
Él me devolvió una sonrisa cálida, es agradable, lo reconozco.
— ¡Hey! — interrumpió el contacto visual, mi querida prima—. ¿Nos sentamos? — preguntó divertida.
Él se ruborizó, lo cual me causó mucha ternura. Tomé asiento, al frente de ellos dos. Admito que me sentía algo nerviosa, hace tanto que no me sentía así. Mi prima fue por los Starbucks, dejándonos solos a los dos, un incómodo silencio, se apoderó del ambiente; quería romperlo... «Vamos Gail, tú puedes»
