—¡¿Qué crees que haces?!– rugió Jungkook antes de azotarlo con fuerza contra la pared del sótano.

—¿Qué mierda era eso?– se quejó el rubio —“¿en que le puedo ayudar?”– lo imitó. —Tú no eres así–.

Jungkook lo azotó con más fuerza contra la pared y soltó un puñetazo directo a su lindo y malicioso rostro. La boca de Taehyung escupió sangre y una carcajada brotó de su garganta roncamente.

—¡Más duro!– lo insitó.

Jungkook dejó ir otro puñetazo y disfrutó satisfactoriamente de la sensación dolorosa y ardiente en sus nudillos al contraerse. Taehyung respingó pero no se quejó.

—¿Otro?– preguntó Jungkook.

—Golpeas como niña– resopló Taehyung, escupiendo algo de sangre al hablar —mi turno– sonrió alzando el arma.

Jungkook había olvidado la jodida arma.

Entrecerró los ojos mientras veía a Taehyung pasar el dedo por el gatillo, rozandolo sin aplastarlo realmente.

—¡Bang!– exclamó Taehyung y empezó a reír estrepitosamente antes de que Jungkook le arrebatara el arma y le sacara las balas.

Taehyung enroscó sus brazos alrededor del cuello de Jungkook y lo atrajó hasta él para besarlo. El pelinegro esbozó un gesto de desagrado sintiendo el sabor salino de la sangre en boca de Taehyung pero aún así correspondió y tomó al rubio con ferocidad sintiendo la mano ajena descendiendo hasta su entre pierna. Jungkook se alejó y observó molesto al chico pero no lo detuvo.

—Te ves tenso– Taehyung hizo un recorrido de besos y lamidas por el cuello del pelinegro antes de morderlo con fuerza hasta dejar una marca mientras su mano trabajaba sobre el miembro.

Jungkook hundió la nariz detrás de la oreja de Taehyung inclinándose al frente y olfateó el aroma. Extraña e inesperadamente, Taehyung olía a bebé. Una mezcla entre caramelos y talco. Algo sin duda raro teniendo en cuenta que ese era de todo menos un inocente pequeño. Jungkook lo había visto destripar los ojos de un sujeto usando sólo la fuerza de sus pulgares y reír mientras lo hacia. El aroma no coincidía con la perversión de Taehyung y aún así se encontró a si mismo disfrutando de la cercanía.

El rubio rodó hasta estampar la espalda de Jungkook contra la pared, siguiendo con su trabajo manual sobre el miembro ajeno que poco a poco tomaba grosor y se alzaba imponente en su mano. Jungkook alzó la mirada por encima del hombro de Taehyung y se encontró con los ojos aterrados de un joven chico observandolos desde la mesa de acero inoxidable al centro del sótano.

—¿Qué hace éste desconocido en mi mesa?– preguntó Jungkook, alejando bruscamente a Taehyung —¡te he dicho que no metas tus "presas" en mi lugar de trabajo!–.

—Es el cartero– Taehyung se inclinó de hombros —llegó mientras no estabas, me coqueteó y me pareció lindo, creí que te alegraría–.

Jungkook se llevó la mano al rostro. Las cosas iban de mal a peor, a ese paso terminaría siendo descubierto. Taehyung era muy impulsivo y terminaba dejando muchos cabos sueltos, Jungkook no entendía como era posible que en todos esos años no lo hubieran atrapado.

—Aún traes la erección de fuera– apuntó Taehyung con burla —¿acaso quieres jugar con él? Sabes que no soy celoso, puedes hacerlo pero si lo haces entonces te la cortaré y dejaré que mueras desangrado– sonrió con ternura, sacando unas tijeras enormes de la caja de herramientas de Jungkook.

—Creí que no eras celoso–.

—No lo soy– Taehyung seguía sonriendo con las tijeras en mano.

Sweet Killer::KVWhere stories live. Discover now