Capítulo XVII

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   Habíamos pasado una tarde bastante amena con Jimmy Fallon y su programa, pero como responsabilidades eran responsabilidades.

   Gracias a las órdenes de Brian, tuve que decir que Cynthia y yo nos habíamos dado un tiempo, pese a las constantes peleas y reconciliaciones luego de unos meses para acá. Así que para todo el mundo, yo estaba soltero. Y de Paul sospechaban lo mismo porque el fandom también sabía que Jane estaba saliendo con otro tipo, y eso las puso en alerta a todos.

   Yo vestía una camisa blanca, corbata negra y un suéter de lana beige que se adhería muy fácil a mi cuerpo. Y sobre eso un bléiser negro que combinaba con mi pantalón y zapatos.

   —Y eso que no íbamos a grabar nada —refunfuñó—. Tenía planes de salir con Jane.

   Paul estaba sentado a mi lado en el sofá, y leía el guión. Él llevaba una camisa fresca de color azul con rayas horizontales blancas, un pantalón de estilo similar al caqui, pero azul marino; zapatillas rojas y una chaqueta de mezclilla.

   —Qué fastidiosos —me reí—. Agh, no importa —le di un ligero codazo, haciéndolo reír—. Lo bueno es que no está Stuart.

   —¿Y lo malo?

   —Que estamos cansados.

   —¿Y lo feo?

   —Tú.

   Me golpeó la cabeza con su guión, y acto seguido soltamos una carcajada.

   —Bueno, chicos —Mal caminó hasta la salida del departamento. Se había quitado el saco y ahora se disponía a enrollar las mangas de su camisa—. Vamos a grabar la última escena para que puedan irse a casa. Mmm —miró el reloj de su muñeca—. Vaya, son las nueve. Tenemos tiempo y podemos irnos a las once, o tal vez menos.

   —Agh, sí —Paul se levantó; yo imité su acto, al tiempo que estiraba mis extremidades superiores—. Estoy cansado.

   —Lo entiendo, chicos. Pero es que debíamos grabar sí o sí. Luego les explicaré. Por lo pronto, pónganse en posición.

   —¿Sexual?

   —¡Sucio! —me dio un empujón, haciendo reír a Mal y a mí—. Agh.

   Salimos del lugar en medio de risas, para luego transitar por el pasillo e ir hasta el ascensor, donde se grabaría la escena. Las cámaras estaban a nuestros costados, así como también la silla donde Mal se sentaría —que estaba frente a nosotros.

   —Okey, chicos —Mal carraspeó, sentándose—. Según el guión, ustedes esperan el ascensor, se suben y luego salen, ¿no? Pero la ambientación es en la mañana, y no trajimos la pantalla verde de efectos especiales, así que no haremos la otra parte.

   Asentimos. Paul se quedó detenido frente al ascensor, y yo fui hasta el pasillo. Cuando escuché la indicación de Mal, avancé hasta lograr que las cámaras me enfocaran.

   Con lentitud rodeé su cintura con mis brazos y besé su cuello, justo donde había un maquillaje de chupetón.

   —¡Ya déjame, Arthur! —y se soltó.

   Imité la voz asquerosa del Stuart, y dije—: Soy yo, galletita.

   El mencionado se dio la vuelta con rapidez y me miró con sorpresa, pero al ver que evidentemente se trataba de mí, rodó los ojos. Yo no dejaba de admirar su trabajo, lo hacía realmente bien.

   —¿Te asusté? —pregunté riéndome.

   —Qué gracioso. Ya déjame.

   Palpé mis labios con el dedo índice, indicándole que besara esa zona.

Kisses on the Bottom ➳ McLennonWhere stories live. Discover now