Distinto al amor

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Cuando bajó, fue a buscar al ama de llaves y le dio instrucciones precisas. Esa noche Perrie la volvería a odiar.

Estaban en la fiesta de la boda cuando Leigh-Anne le dijo:

—¿Sabes lo que estaba pensando? Que es una pena que Lydia no pueda ver cómo actúa Perrie contigo. Pero dudo mucho que ella sepa su historia.—

—¿Qué historia?—

—La tuya y de Perrie. André me ha dicho que Perrie estaba embobada contigo; y yo no me la puedo imaginar así por ninguna mujer. Desde que la conozco, ella siempre ha sido muy fría en sus emociones. Pero contigo es completamente diferente.— Jade se obligó a sonreir.

—De verdad, Leigh-Anne...—

—No, me encanta verla así. Tú Perrie ha roto montones de corazones en su momento. Ahora me encanta verla apresurarse a abrirte la puerta del coche, a ofrecerte sillas... Y tú te lo tomas como si nada.—

—Está muy bien educada...— Leigh-Anne suspiró.

—¿Por qué no haces las paces con ella? Nunca antes la he visto tan afectada como hoy.— Jade se ruborizó.

—¿Así que ha sido tan evidente que nos hemos peleado?—

—Oh, a ti no se te ha notado, ha sido a ella. Pero no te preocupes. André y yo nos peleamos varias veces en los primeros meses de matrimonio. Acostumbrarse a vivir juntos requiere tiempo. Los griegos pueden ser increíblemente mandones.— Entonces empezó a sonar una música de baile y las personas del pequeño pueblo salieron a bailar, Perrie y André entre ellos.

Era curioso cómo Perrie, una mujer de negocios que manejaba miles de millones, podía estar como si nada entre pescadores en una taberna, una cualidad digna de respeto. Pero Jade también se dio cuenta de la forma en que la miraban los hombres y las mujeres. La música empezó a animarse poco a poco y el dolor interior de ella empezó a salir a la superficie.

No creía que Perrie amara a Lydia. Ni siquiera creía que la necesitara. Pero Perrie la había traicionado igualmente. No había respetado ni su matrimonio ni a su esposa. Y tenía el imperio de su abuelo y una esposa a la que creía que podía tratar como el polvo bajo sus pies cuando le viniera bien.

Ni siquiera había pensado en advertirle de la publicación de ese reportaje al que Leigh-Anne se había referido como si nada. ¿Cómo podía ella amar a alguien que la trataba como si no fuera nada? ¿Cómo podía, sabiendo lo que había hecho, haberse tumbado bajo ella y gemir de placer?

La música se aceleró más todavía. Fue como si una explosión estuviera teniendo lugar en su interior. De repente recordó todas las imágenes que había dejado a un lado como auto protección. Perrie con esa rubia en algún lugar de Francia. Perrie y la rubia... de repente sintió ganas de vomitar, sacudida por los celos.

La música llegó a su repentino final y mientras la gente aplaudía, Jade se levantó de la mesa.

—¿Señora Edwards? —le preguntó Damianos cuando la interceptó en el camino al aseo con un teléfono móvil en la mano—. El personal de la villa dice que les ha dado orden de llevar el equipaje de Perrie al yate y les ha concedido la tarde libre, ¿es eso cierto o se trata de un error?—

—Es cierto.—

—Pero Perrie no tiene planes...—

—Yo tengo otros planes, Damianos.— El hombre la miró preocupado. —Supongo que ahora irá a decírselo a ella—añadió Jade.

—No en un lugar público, señora. Perdóneme... ¿pero ha pensado bien lo que está haciendo?— Jade asintió. —Se va a poner como loca.— Jade volvió a asentir.

Vio de reojo cómo Damianos se alejaba. Ese hombre llevaba cuidando de Perrie desde hacía veinte años y Perrie era como una hija para él. Pero Jade sabía que no se iba a meter en aquello. Se haría el loco antes que añadir semejante insulto a la injuria mortal revelando su conocimiento de los planes de ella.

André y Leigh-Anne ya se habían levantado de la mesa. Perrie se acercó entonces a ella sonriendo y la abrazó.

—Te he tenido olvidada— dijo dándola un beso en la frente.

Veinte minutos más tarde cuando sus invitados ya se habían marchado, Jade entró apresuradamente en la villa mientras buscaba las fotos en su bolso. Perrie iba a solo un par de pasos tras ella.

Después de un momento de duda, Perrie se quitó el rebozo que llevaba abrazandose a su cuerpo y se lo echó al hombro.

—¿Dónde está todo el mundo?— Jade respiró profundamente antes de responder.


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Appearances|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now