Lydia

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MARATÓN 2/3

Eso debió de ser la semana después de la noche de bodas en la que ella había desaparecido. ¿Cuándo sí no?

Se le ocurrió entonces otra pregunta. ¿Quién le había metido ese sobre en el bolso? Seguramente la misma persona que le había dejado el mensaje y la revista en el camarote del barco. Entonces, ella había creído inocente a la doncella griega, pero ahora ya no. Solo ella tenía libre acceso a sus habitaciones. Pero lo cierto era que la identidad de la cómplice de Lydia le parecía poco importante. Porque tenía que ser Lydia quien le estaba haciendo eso, ¿no? ¿O sería Jesy la responsable también?

No dejaba de pensar. Cuando oyó el ruido de un helicóptero, tuvo que obligarse a salir de la habitación para recibir a sus invitados.

Mientras los esperaban en la terraza, Jade agradeció la presencia de otra gente, ya que necesitaba tiempo para controlar sus emociones alteradas.

Después de almorzar, los socios se metieron en el despacho de Perrie.

—¡Negocios! ¡Todo son negocios para los griegos! —exclamó Leigh-Anne agitando la cabeza.

—¿Cómo conociste a André? —le preguntó Jade un poco menos tensa, ya que Perrie no estaba.

—Yo era enfermera en la clínica de Londres donde a él le quitaron el apéndice. Entre tú y yo, él estaba aterrorizado. Eso fue hace tres años. No tienes ni idea de lo cómoda que me siento aquí ahora que Perrie tiene esposa.—

—Tú debes de conocer a Lydia Connell —dijo ella sin pensar—. Por favor, olvida lo que he dicho...—

—No, a mí me puedes decir cualquier cosa. Entiendo cómo debes sentirte. Las ex novias tan guapas como Lydia y que continúan ocupando los titulares de prensa mucho después de su ruptura, son difíciles de soportar. Cuando yo la conocí, André se quedó alucinado con ella. ¡Lo habría estrangulado! No le hablé durante una semana. Lydia es lista y muy ambiciosa. Le clavó las garras a Perrie y sigue atosigando incluso después de que desapareciera la atracción por ella.—

Jade asintió.

—Lydia sabe cómo agradar a una persona. Ese es su secreto. ¿Has conocido alguna vez a algún griego al que no le guste ver halagado su ego por una mujer que atiende a cada una de sus palabras y lo trata como si fuera un dios?— Jade agitó la cabeza.

—No deberías preocuparte por ella, Jade.—

—Y no me preocupa.—

Habiendo sabido el secreto de Lydia, se dio cuenta de que su matrimonio había terminado.

Las posibilidades de que ella fuera a tratar a Perrie como una diosa en el futuro eran muy remotas.

—Perrie es famosa y Lydia adoraba estar con ella. Le venía muy bien para su trabajo. Seguro que ella estaba detrás de ese cuento que publicó la prensa amarilla hace cosa de un mes —dijo Leigh-Anne disgustada.—¿Pero quién se iba a creer de verdad que Perrie estaba con ella cuando estaban las dos al principio de vuestra luna de miel?—

—Eso, ¿quién?— Pero Jade sabía que era eso lo que Perrie había hecho exactamente.

—Son esa clase de mentiras lo que me hacen alegrarme de que André y yo no seamos suficientemente famosos como para ser blanco de los paparazzi.— En ese momento, Perrie se unió a ellas y Jade, nerviosa derramó la copa que tenía en la mano sobre el vestido y se disculpó diciendo que tenía que cambiarse.

—Nos han invitado a una boda en el pueblo.— dijo la rubia.

—Me encantaría asistir—dijo Leigh-Anne – pero ¿no te ha dicho André que nos tenemos que ir a las siete?—

Jade salió de la habitación. Lo que menos le apetecía en ese momento era asistir a una boda. Durante el almuerzo, André le había contado lo mucho que había hecho Perrie por los habitantes de la isla y cómo la adoraban, por lo que ella no podía ni pensar en lo que podía suceder si ella perdía el control en su estado emocional actual.


***Estamos cerca del fin del maratón, sigue leyendo.

Appearances|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now