Diez años de venganza

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Jade se dio cuenta de que se había pasado y Perrie miró por encima de ella a su guardaespaldas con reproche.

—Lo siento—dijo ella.

—Damianos...— El hombre se dio cuenta de lo que le ordenaba su jefa y salió del despacho cerrando la puerta.

—¿Por qué te estás humillando de esta forma? —le preguntó Perrie entonces.

—No lo he hecho.—

—¿No? Si no fuera por el respeto que le tengo a tu abuelo, habría hecho que te echaran el primer día.—

—Tengo una proposición para ti.—

—No voy a escuchar ninguna proposición. ¿Cómo me puedes mirar a la cara?—

—Es fácil, teniendo la conciencia limpia — respondió ella desafiante.

—Eres una zorra.—

Sin dejarse afectar por esa acusación, tan lejos de la verdad, Jade se sorprendió de que Perrie siguiera necesitando castigarla tanto tiempo después de los hechos. Le pareció irónico el que al parecer hubiera causado más impresión en ella con su aparente infidelidad que cuando se hicieron novias.

Ella se rió secamente.

—Llámame lo que quieras, pero de verdad que he venido aquí para ofrecerte un trato de negocios.—

—Leonard Thirllwall no te utilizará a ti como mensajera.—

—Bueno... En este caso en particular, de los tres, parece que solo yo tengo el arrojo necesario para hacer esta aproximación tan directa. ¿Es que no puedes dejar de pensar en lo que pasó hace diez años para escucharme?—

—No.— Jade frunció el ceño.

—¿Por qué no?— Perrie se limitó a mirarla fijamente.

—Mi abuelo sigue queriendo que tú te ocupes de sus empresas. Afrontémoslo... es lo que siempre ha querido él, lo mismo que tu padre. Yo solo era el nexo de unión. Yo no era nada importante, salvo como una especie de garantía.—

—¿A qué viene todo esto ahora?—

—Estoy dejando las cosas claras, ¿de acuerdo?—

—No, no estoy de acuerdo. Sal de aquí.—

—¡No me voy a marchar! —dijo ella apretando los puños—. Tú ya has tenido diez años de venganza.—

—¿De qué me estás hablando?— Perrie la observo confundida.

—Si te casas conmigo, yo te lo cederé todo a ti.— Eso logró que Perrie la mirara con atención. —No me estoy refiriendo a un matrimonio normal —continuó ella—. Solo a uno que pueda satisfacer a mi abuelo. Yo no le importo lo más mínimo a él, así que no esperará mucho de ese matrimonio. Yo me quedaré aquí, en Gran Bretaña... lo único que necesito es algo con lo que vivir. A cambio, el imperio Thirllwall será todo tuyo, sin tener siquiera que soportar que yo esté cerca.— Perrie murmuró algo en griego.

—Perrie, trata de entender que estoy desesperada, si no, no te estaría sugiriendo esto. Sé que tú crees...—

—¿Cómo te atreves a venirme con semejante oferta?—

—Yo...—Perrie se acercó a ella y la agarró por los brazos, ambas sintieron el cosquilleo correr.

—¿Estás loca? Debes de estarlo para venirme con esto. ¿Cómo puedes pensar por un momento que yo me casaría con una zorra avariciosa como tú?—

—Tómatelo como un contrato de negocios, no como un matrimonio.—

—¿Por parte de una mujer que fue a manosearse con uno de mis amigos como una prostituta callejera?—

—No es que eso tenga importancia ahora, pero eso no sucedió, Perrie...—La rubia la apartó asqueada.

—Te vieron. Me ofendes con esta oferta...—

—¿Por qué? Si pudieras darle la espalda al pasado, te darías cuenta de que era esto lo que querías hace diez años, y más... ya que yo no voy a pretender ser tu esposa, vivir contigo o molestarte de alguna manera.—

—Leonard te matará si sigues con esto...— Jade rió secamente.

—Oh, seguro que no le gustan mis métodos, pero hace tres días que él mismo me dijo que solo ganaría su perdón casándome contigo... Así que no me parece que tenga muchas más opciones, ¿verdad?—

—Tú ya elegiste hace diez años en ese aparcamiento.— Jade pensó que aquello no tenía sentido. Bajó la mirada y entonces se dio cuenta de que se le había desabrochado un botón de la blusa, dejando a la vista la parte superior de sus senos. Con manos temblorosas, se lo abrochó. Perrie bajó también la mirada.

—Me habría gustado tenerte antes... Si te hubiera tenido, tú no habrías estado tan desesperada como para ir a ese aparcamiento.—

—No me hables así —murmuró Jade.

—A ti te hablo como quiero. ¿O es que te crees que tienes la exclusiva de hacerlo directamente?—

—No, pero...—

—¿Crees que puedes venir aquí a pedirme que me case contigo y conseguir que te respete?— Perrie la retó.

—Pensé que respetarías lo que valgo para ti económicamente.—

—Estás jugando con fuego y no lo sabes. ¿Cómo estás de desesperada, Jade?— Las rodillas le estaban empezando a fallar a la castaña.

Se dio cuenta de que algo había cambiado en Perrie, pero no sabía qué.

—Mi madre no está bien...—

—Oh, no me vengas ahora con una historia triste, por favor. ¿Por qué clase de idiota me tomas?—

—Puede que ya me haya cansado de ser pobre, ¿qué te importa eso a ti?—

—No me importa —respondió la ojiazul—. Aun así, admito una cosa. Tienes más valor que cualquier otra mujer que haya conocido. Y debes estar realmente desesperada para venirme con esta proposición. Me lo pensaré.— La esperanza que Jade sintió casi la hizo marearse. —¿Pensabas que era imposible que rechazara tu proposición si me venía envuelta en el imperio Thirllwall? —añadió ella.

—Tú eres una mujer de negocios, como mi abuelo. No tienes nada que perder y mucho que ganar.—

—Mucho... —dijo Perrie recorriéndola con la mirada.

  Pero ella se dio cuenta de que, realmente, no la estaba viendo a ella, sino al poder que estaba a punto de conseguir. 


¿Que les va pareciendo la historia? Los leo ;) 

Appearances|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now