Primera lección

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MARATÓN 2/?


—Quiero comprarle una casa a mi madre.—

—Naturalmente, yo no permitiré que tu madre sufra de ninguna manera. Si te casas conmigo, te prometo que vivirá con toda comodidad el resto de su vida. Yo la trataré como trataría a un miembro de mi propia familia.— Aquella era una oferta más que generosa y Jade se quedó impresionada. —Tu abuelo nació hace setenta y cuatro años— continuó como si supiera lo que Jade estaba pensando —Es de una generación muy diferente. Tu nacimiento fuera del matrimonio fue una vergüenza enorme para él.—

—Ya lo sé, pero...—

—No, no lo sabes. Ni siquiera puedes empezar a entenderlo. Tu madre te trajo aquí y no intentó enseñarte lo que es ser griega. Permaneció muy apartada de la comunidad griega de Londres. No la estoy juzgando por eso, pero no me digas que entiendes nuestra cultura porque no es así. Los hombres griegos siempre han dado mucho valor a la virtud de la mujer...—

—Nos estamos saliendo del tema —la interrumpió ella—. ¿Qué decías acerca de que yo tengo que pasártelo todo a ti?—

—Eso no es negociación. Lo tomas o lo dejas.— Jade respiró profundamente

—No me importa el dinero.—

—Si no te importa, ¿por qué estás discutiendo? ¿Crees que mantendría a mi esposa en la penuria?—

—No.— Perrie miró su reloj y luego a ella.

—Esto está progresando muy despacio, Jade. ¿Puedo continuar?— Ella asintió.

—Tu creencia de que podemos casarnos y separamos inmediatamente después de la ceremonia es ridícula. Tu abuelo no aceptará una pantomima de esa naturaleza. Ni yo estoy dispuesto a engañarlo así.— Jade se tensó.

—¿Y qué me sugieres?—

—Tú vas a tener que vivir en una de mis casas... Por lo menos durante un tiempo.— Jade pensó en su madre y asintió de nuevo.

—Y me darás un hijo y heredero.— Jade parpadeó y se quedó boquiabierta. Pero si ambas son mujeres, entonces... ¿cómo?

—Sí, ya lo has oído —insistió la rubia—. Yo necesito un hijo y heredero y si tengo que casarme contigo, bien puedo aprovechar la oportunidad—

—¡Estás de broma!— Perrie enarcó una ceja.

—El hijo y heredero es también algo no negociable y, a no ser que yo cambie de opinión en el futuro, una hija no será aceptable como sustituta. Lo siento si eso suena sexista, todavía hay un montón de mujeres por ahí que no quieren ocuparse de los negocios familiares.— Jade se sentó en un sillón y la miró como si fuera un bicho raro.

—Tú lo hiciste y eres mujer, además de que me odias, así que no es posible que quieras...—

—No te equivoques Jade soy una mujer muy práctica, aunque no te tengo nada de respeto, concebir un hijo contigo debe de ser divertido, además conoces la ciencia, ha avanzado a pasos agigantados, encontraremos una forma en que pueda ser natural como cualquier otra pareja.—

—¡Tendrías que violarme!—

—Oh, no lo creo. Más bien pienso que me suplicarás que me quede contigo, como han hecho todas las demás mujeres de mi vida. Créeme, soy muy buen amante. Te lo pasarás bien.— Jade se levantó del sillón furiosa.

—Me has hecho venir para humillarme.—

—Siéntate, Jade porque todavía no he terminado— la reprimió Perrie.

—¡Vete a...!— Se acercó a la silla donde Perrie había dejado su chaqueta y la tomó.

—Si yo fuera tú, no presionaría así —dijo la rubia en voz baja—. Te tengo donde quiero.—

—¡De eso nada!—

—¿Sabe tu madre lo de ese sórdido encuentro en el aparcamiento de hace diez años?— Jade se quedó helada y muy pálida.

—Primera lección, Jade. Cuando yo te digo que te tengo donde quiero, ¡escucha!—


Me gustaría saber más de ustedes, cuentenme, los leo.

Appearances|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now