𝓓𝓲𝓪 𝓽𝓻𝓮𝓲𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓬𝓲𝓷𝓬𝓸

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YoonGi había planeado toda la cita en su cabeza un día antes de finalmente poder verse con JiMin, tenía en mente los lugares a los que le llevaría esa tarde, todo había sido perfectamente planeado en su cabeza, y claro, perfecto porque JiMin estaba relacionado en ello.

Y es que sí, JiMin era la definición de perfección a los ojos de YoonGi, y el pelinaranja estaba al tanto de que JiMin no se veía a sí mismo de esa manera, pero aquello no le impedía poder pensarlo, y quizás proponerse decírselo a su menor las veces necesarias para que lo metiera en su cabeza.

Habían pasado no más que unos pocos días desde que habían comenzado a salir, y el hecho de que estuvieran teniendo su primera cita era más que emocionante para ambos, más para YoonGi sí estábamos siendo sinceros, puesto que él fue quién se animó a proponer la cita.

—JiMin, ¿Hay algún lugar en específico al que te gustaría ir? —Reforzó su agarre en la mano del rubio, girando su cabeza hacía la dirección del mismo.

—Realmente.. No, Yoonie. No me importa a dónde vaya sí estoy contigo. —La mirada de JiMin que antes se encontraba puesta en el suelo se desvío a la dirección del pelinaranja, dedicándole una pequeña sonrisa.

Aquellas palabras provenientes de la boca del menor de ambos fueron suficientes para que una sonrisa se plasmará en el rostro del pelinaranja, una sonrisa en la cuál mostraba sus rosadas encías.

La tarde de ambos transcurrió en ir a diversos sitios, el primero fue un parque de diversiones, seguido de un arcade y finalmente un pequeño restaurante cerca del lugar, que aún que era un lugar humilde la comida era deliciosa, y ambos chicos habían quedados encantados con el lugar.

Finalmente había caído la noche, y la luz de los postes que iluminaban las calles le acompañaban en el camino a la vivienda de JiMin, en el camino ninguno de los dos soltó palabra alguna, puesto que no era necesario que estas estuvieran de por medio, la situación era agradable y el silencio por igual.

Una vez llegados a su destino JiMin se posicionó frente a YoonGi, y plantó varios besos en sus labios, los cuales fueron correspondidos por el mayor.

—Hoy me la pasé genial, Yoonie. Muchas gracias.

—No es nada, Minnie. Además, tendremos citas que probablemente superarán esta.

—Ninguna cita se compara a la primera. —Otro beso volvió a hacerse presente en los finos labios del de nívea piel— Nos vemos mañana, te quiero mucho, ve con cuidado.

—También te quiero, no vayas a dormir muy tarde.

—No prometo nada. 

El rubio río y negó levemente con la cabeza, plantando un último beso en la frente de su pareja. Para así encaminarse a la puerta del inmueble mientras que el pelinaranja habían emprendido camino a su casa; JiMin sacó las llaves de su bolsillo e insertó la correcta en la cerradura, giró el pequeño objeto de metal y junto con esto abrió la puerta, sacó las llaves y las devolvió a su lugar original, cerró la puerta detrás de sí y encendió la luz de la sala de estar, susto que se llevó cuando en el sofá de su sala se encontraba JungKook, con un gato de peluche encima de las piernas, mientras que se encontraba acariciando el mismo.

—¿Cómo entraste a mi casa y cuánto tiempo llevas aquí?

—Llevo el tiempo suficiente para que me duela la mano de acariciar a esta mentira de gato.

—No me has dicho como entraste.

—Eso no es necesario. —Mencionó el castaño, para después tirar el gato de peluche hacía cualquier lado y estirar la muñeca— ¡CUÉNTAME TODO ACERCA DE TU CITA!

La noche iba a ser bastante larga.

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Les doy todo el derecho de abuchearme, insultarme y golpearme.

Lamento actualizar hasta ahora, pero estaba en un bloqueo creativo y recientemente he conseguido salir un poco, me disculpo por lo caca que quedó el capítulo. ;;

—Kath.

bet ◜ဗ◞ yoonminWhere stories live. Discover now