The Girl On Fire (En edición)

Capítulo 1

Alguien me agarra de la chaqueta y me avienta a una superficie de metal. Abro los ojos, para encontrarme con los de Katniss que sonríe en signo de victoria al tener sus manos alrededor de mí cuello, y poco a poco comienza a apretar más. Siento un dolor en el pecho por la falta de oxígeno, además del dolor en el cuello.

—Kat...niss...—son las únicas palabras que logro decir.

Ella no hace caso y sigue apretando mi cuello. Empiezo a ver puntitos negros, y así hasta que todo va oscureciendo y logro escuchar al final:

—Todo estaría mejor si hubieras muerto hace un año.

Y entonces, despierto en medio de un grito que se convierte en un ataque de tos.

La puerta se abre y aparece mi madre con la cara pálida.

— ¿Estás bien?—pregunta.

—Si—contesto apenas acaba mi ataque.

Asiente y sale de mí habitación cerrando la puerta. Cierro los ojos por un momento, para tratar de tranquilizarme. Hasta que recuerdo que día es hoy.

El comienzo de la Gira de la Victoria de Katniss y Peeta, pero también es el día en que me voy a Illéa para competir en la Selección, o más bien obligada a ir. Recuerdo el día en el que el presidente Snow vino hasta acá para decirme que participaría.

Yo regresaba de caza con Katniss, no es que lo necesitáramos, tenemos dinero suficiente para toda la vida, pero en cambio la familia de Gale si lo necesita, y como ahora él trabaja en las minas no puede hacerlo así que lo hacemos nosotras. Pasamos por el quemador para intercambiar algunas cosas y fuimos a dejar todo con Hazelle, la madre de Gale.

Después de eso nos dirigimos a la Aldea de los Vencedores, no me gusta mucho este lugar, prefiero mi otra casa; pero sé que esto es lo mejor para mis hermanas y para mamá.

Antes de llegar nos dimos cuenta de que había un coche estacionado afuera, Katniss y yo no miramos desconcertadas y seguimos caminando pero lento, como si nos estuviéramos acercando a alguna presa. Es un auto muy lujoso seguramente del Capitolio, era raro ya que la Gira de la Victoria de Katniss empieza en dos semanas, pensé que seguramente le venían a dar algunas instrucciones.

Del auto salió un agente de la paz y me pidió entrar al coche, Katniss se puso tensa y yo le dije que entrará a la casa, ella me vio dudando pero después se dirigió a la casa y entró. Yo entré al automóvil y me encontré cara a cara con el mismísimo presidente Snow.

—Buenos días, señorita Everdeen —me saludó.

—Buenos días, presidente Snow.

—Señorita Everdeen, necesito hablar de un asunto muy importante con usted.

— ¿Cuál?

—Como sabrá en Illéa se acerca la Selección, pues nosotros tenemos la tradición de mandar a la vencedora del año pasado.

— ¿Mandara a Katniss? —pregunté, aunque sabía que no.

—No —se rio—. En el Capitolio se enojarían mucho si separo a los amantes trágicos.

—Así que quiere que vaya yo.

—Sí.

En ese momento la rabia ya me estaba volviendo loca, por lo que contesté sin pensar:

—Pero, ¿qué sucedería si me rehúso?

—Creo que todavía no me ha entendido, tiene que ir quiera o no.

—Pero...

—Querida Carly, no quieres que le pase nada a su familia o suceda un accidente en la Gira de la Victoria, ¿verdad?

Negué con la cabeza, tenía un nudo en la garganta y no podía hablar. Aunque era más la rabia la que me hacía querer llorar que tenerle miedo a él.

—Eso pensé. Usted se ira a Illéa el día que empiece la Gira de la Victoria de este año —dijo, mientras me veía a los ojos—. Su solicitud ya ha sido enviada, y también todo lo que necesitará allá está listo.

Asentí con la cabeza.

—Fue un placer platicar con usted señorita Everdeen.

Asentí, estaba a punto de salir cuando me tomó del brazo, me hizo voltearme y me dio la rosa blanca que traía en la solapa. Cuando me soltó salí lo más rápido que pude y entre a mi casa.

Les invente que había mandado una solicitud para poder participar en este concurso, que sólo llenábamos los vencedores, pero que a Katniss no le habían dicho por obvias razones y que había sido elegida para ingresar a la Selección e iba a irme el día que empezara la Gira. Mamá y Prim lo creyeron pero me di cuenta de que Katniss no, pero no mencionó nada.

Y ahora, estaba a horas de entrar a ese concurso.