Capítulo LXXII: El Resurgimiento del Príncipe

Start from the beginning
                                    

—Entonces... Tú sabrás explicar qué es lo que mi madre tiene que ver en todo esto.

Silencio.

La voz de Nene interrumpió sus súplicas para soltar un grito ahogado. Lelouch sintió los brazos de Nene que lo rodeaban con fuerza, a pesar de que no podía verla y de que su voz se alejaba cada vez más.

Esto no tiene sentido, pensaba. Si estoy inconsciente, no debería sentir lo que ella debe estar haciendo con mi cuerpo. Si estoy muerto, no debería escuchar su voz... ¿Dónde estoy, entonces? ¿Quién es esta mujer? ¿Es... una especie de... limbo?

La mujer se mantuvo altiva.

—Estoy aquí por el golpe del anulador, ¿no es así?

CC asintió.

—¿Cuáles son los efectos reales de ese artefacto?

—En este mundo, quien ha dotado a sus esbirros con los anuladores ha creído la versión farsa sobre cómo es posible obtener el Ojo del Rey.

—Eso no funciona de esa manera.

—Así es. Pero han engañado a quien lidera a las fuerzas oscuras para hacerle creer que es así. Ella no tiene idea de cuán destructivos pueden ser sus efectos. Y si lo supiera, tal vez incluso le interesaría mucho más.

—No puede robar nuestro poder.

—Eso es correcto. Pero cada golpe del anulador es capaz de causar efectos devastadores en el cuerpo. Es por eso que tu ojo sangra cada vez que lo recibes. Tu cuerpo reacciona de forma humana, a pesar de ser digitalizado.

—Pero no ha logrado matarme.

—No, pero podría hacerlo. Sigues siendo un humano, Lelouch Vi Britannia. No debes olvidar quién eres, ni de dónde has venido. No puedes evadir los efectos del anulador del Geass. Cada vez que recibas el impacto, tu cuerpo colapsará. Lo único que puedes hacer es evitar que aquellos que no poseen el Ojo del Rey reciban su impacto.

—¿Por qué?

—El golpe del anulador del Geass es letal en los humanos comunes y corrientes, Lelouch Vi Britannia. Sus corazones se detendrían. Todos sus sistemas colapsarían.

—¿El Geass nos da más resistencia?

—El Geass actúa de formas distintas en este mundo, Lelouch Vi Britannia. No debemos subestimarlo, ni cuestionarlo.

—Eso no me dice nada.

—Eso debería bastar para que comprendas que están enfrentándose a fuerzas mucho más oscuras de lo que imaginan. Clarisse Okada sólo pudo conseguir la información sobre el Ojo del Rey de parte de otros portadores que conocen todos sus secretos. Especialmente, el secreto que tú ahora ya conoces. Clarisse Okada persigue la inmortalidad, y está totalmente dispuesta a llevarte a la tumba y a sacar tus ojos de sus cuencas si con eso lo consigue, incluso si no es así.

—No sólo pretende hacerlo conmigo...

—No. Ella quiere los Geass de todos aquellos que poseen el poder. Lelouch Vi Britannia, la reina y el rey deben ir espalda con espalda a partir de este momento.

Otro grito ahogado de Nene interrumpió la conversación. Lelouch retrocedió de golpe cuando la consciencia repentina hizo que el mundo blanco y cegador se volviera difuso por un instante. Supo que estaba por despertar, así como sabía que no estaba listo todavía. Volvió a sentir las manos de Nene sobre sus mejillas. Escuchó la voz de Kiriha también. Necesitaba volver cuanto antes. Necesitaba obtener respuestas. Necesitaba una explicación lógica que pudiera darle sentido a la aparición de la reina Marianne.

Luchó por mantenerse inconsciente, incluso sabiendo que eso sólo le llevaría angustia a su amada. Volvió a mirar a la mujer, sintiendo que la sangre volvía a brotar de su ojo.

CC continuó, llevando una mano hacia el rostro de Lelouch para acariciarlo con delicadeza. De la misma forma que habría hecho una amante.

—¿Qué te ha sido arrebatado en este mundo sin cambios, Lelouch Vi Britannia? ¿Todavía conservas la fe en que podrás sobrevivir?

El chico endureció su expresión.

—A diferencia del tiempo y el destino —respondió—, la fe es inútil.

Ella volvió a acariciar su rostro.

—Los humanos son tan... interesantes... A veces, sus ojos pueden ser los espejos del alma y del corazón... En este momento, los anhelos que se han despertado en tu corazón son tu mayor debilidad, Lelouch Vi Britannia. La única verdad en este mundo es que el más fuerte es el único capaz de sobrevivir. Los lazos que unen a los seres humanos son lo que parece tener más fuerza en este mundo. Pero, al mismo tiempo, esos sentimientos chocan contra la voluntad del destino. No podemos controlar los hilos que manejan a quienes han sido llamados a combatir en esta guerra. Sólo nos queda esperar a que las cosas pasen, y que el designio siga su curso.

—Siempre se puede ser más fuerte. Siempre se puede superar al enemigo. Ganes o pierdas, no conseguirás nada si no estás dispuesto a darlo todo.

—Y tú lo estás, incluso cuando no tienes el poder necesario.

—Vivir con la cabeza agachada es el camino más fácil. Sólo aquellos dispuestos a morir, tienen derecho a matar.

La mujer asintió.

—En ese caso, Lelouch Vi Britannia, mi deber aquí ha concluido.

—¿Qué...?

—Con nuestra despedida se sella el contrato con el demonio en que habrás de convertirte para cumplir con tu designio. Pues en el campo de batalla, sólo el demonio más grande debe quedar con vida.

—Eso no me dice nada... ¡Se suponía que le darías claridad a lo que está pasando!

—Buena suerte, Lelouch Vi Britannia.

El choque de emociones dio la impresión de ser igual a un choque eléctrico que recorrió su cuerpo de pies a cabeza. Estuvo plenamente consciente del momento en que abrió los ojos, encontrándose de nuevo en el pasillo. Le sorprendió ver a Ómicron en el suelo, luchando por levantarse luego de recibir el puñetazo que hizo sangrar su nariz, y que más datos oscuros se desprendieran de su espalda.

—¡Lelouch! ¡Estás vivo!

Asintió. La voz de su amada lo aturdió por un instante. La apartó con un ademán de la cabeza.

Eso es, pensó. La inmortalidad. Lo que Clarisse Okada persigue... Seré capaz de vivir... con dos contratos encima...

Cuando se levantó, Nene no pudo pasar por alto un detalle que para Kiriha fue insignificante.

El ojo que Lelouch cubría no era el izquierdo, sino el derecho.

Su mirada cargada de ira cambió considerablemente.

Tal vez el príncipe estaba preparado para convertirse en un emperador.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now