Capítulo LXVII: La Ira del General Azul

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Las miradas viajaron hacia la chica rubia. Airu se sintió avergonzada. Quiso escudarse detrás de Yuu. La voz del chico, sin embargo, sólo hizo que la atención siguiera sobre ella.

—Taiki... no quería llegar a Cutemon... Aunque Meikuumon fue quien atacó, el objetivo de Taichi era otro...

Akari se quedó sin aliento. Zoe hizo otro tanto.

Fue Mimi quien dio con la respuesta.

—El objetivo de Taichi... no era borrarle la memoria a Taiki... sino borrarlo a él.

Escuchar aquello, para el general azul, fue como recibir un balde de agua en la espalda.

Y al segundo siguiente, la ira comenzó a crecer.

El ambiente cálido de las aguas termales seguro habría bastado para que todos se relajaran lo suficiente. Sin embargo, sabían que no podrían hacerlo mientras un miembro del equipo estuviera convaleciendo. Sólo aquellos capaces de desprenderse de sus sentimientos eran quienes podían disfrutar del vapor. Incluso sabiendo que seguían en el rol de cómplices.

Nene dejó el Xros Loader sobre el sensor. Una luz roja se encendió sobre la puerta, dejándola bloqueada y creando un aire de privacidad. Se tomó la libertad de estirar los brazos y girar el cuello un par de veces. El cansancio de la última batalla se apoderó de ella. Sintió el impulso de dormir, y a la vez supo que no podría hacerlo. Miró a su amado, que se había sentado en una banca como si no se hubiera percatado de que estaban en las aguas termales. Su expresión analítica y gélida era inconfundible. Nene suspiró. Cuando rompió el silencio, Lelouch no hizo evidente que lo había sobresaltado.

—Lo que hizo Yagami tenía otro objetivo... Tú también lo intuyes, ¿no es así?

Lelouch asintió. Fue Zero quien respondió.

—No se trata de lo evidente, sino de lo que nos espera a partir de ahora... Desde que llegamos a la Tierra Cibernética quedó claro que no podemos confiar en ellos, pero... No le ha importado. Dejó claras sus intenciones, y pretende que eso no sea relevante para nosotros... Tiene que haber... algo más... Estoy seguro de que no es tan simple...

—¿La traición?

Lelouch negó con la cabeza.

—La traición es evidente. Lo que no lo es, es su forma de demostrar que está en nuestra contra, sin atreverse a declarar la guerra todavía... Estoy seguro de que tiene algo entre manos...

Suspiró también. Nene permaneció de pie, frente a él. Miró su Xros Loader.

—Me parece muy extraño que estos sensores hayan estado en los refugios desde la Tierra Cibernética, justamente cuando descubrimos lo que Taichi realmente pensaba de nosotros... —dijo—. Esto no tiene nada que ver con que Gabo haya muerto en la Tierra Cibernética...

—La bondad puede engendrar maldad. Yagami pretende ser lo suficientemente puro como para jactarse de ser la única justicia...

—Pero la verdadera justicia no tiene que ser una luz totalmente blanca.

—Tú lo entiendes. Los demás también comienzan a entenderlo... Pero Yagami no. Mochizuki y Sigma tampoco lo entienden... ¿Te has dado cuenta de que ninguno de ellos pretende reunirse con Suzaku ahora, y han dejado de interesarse en Lloyd? Si Minerva busca la corrupción de la inocencia para vencer en esta batalla, tenemos que luchar contra otro tipo de corazones corrompidos...

—Estás demasiado tenso.

—Para un demonio como yo es difícil luchar en un sitio donde cosas como la bondad, la luz, la caridad y los buenos sentimientos son tan importantes.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now