Cap 62. Advertencias Maternales

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Habían llevado a Tsume a una cueva submarina donde al entrar el agua era mas clara y había una especie de luz que mostraba el lugar.

Tsume miró y escuchó el canto de las Nereidas que estaban sentados en unas rocas con sus túnicas de seda blanca con bordes dorados con unas coronas hechas de ramas de coral rojo que cantaban y saludaban a Tsume al momento en que la vieron.

Ella sonrió y saludó a las hermosas Nereidas, no sabía por qué estar ese lugar se le hizo tan familiar.

Era hermoso el lugar, Patroclo y Thetis la llevaron a un lugar que parecía un palacio subterráneo y escuchaba ese mismo canto otra vez hasta que la vió. Era una hermosa mujer que portaba un hermoso vestido azul marino con detalles celestes y una corona delgada de color oro Tsume se quedó sorprendida al verla.

— Diosa Marina — Habló la sirena rubia llamando a la mujer — Le hemos traído a Tsume de Aquiles.

— Así que Tsume de Aquiles, Al fin nos conocemos — Dijo la diosa marina Tetis, la madre de Aquiles.

— Usted...Su voz... — Tsume no dejó de verla con asombro — ¿Usted me cantaba cuando era pequeña, cuando estaba en la isla milo, verdad?

— Creo que si recuerdas eso — Rió tiernamente la mujer pelirroja de risos — Si, fui yo la que canto para tí en esas noches de soledad.

— ¿Y también era ese cosmos que me llamaba? ¿Para que quería conocerme? — Preguntó Tsume esperando escuchar las respuestas que quería.

— Patroclo, Sirena —Tetis llamó a ambos — ¿Podrían dejarnos a solas?

Ambos se retiran dejado a Tsume con La Diosa Tetis. Tsume sentía una punzada en su corazón, no sabía cómo reaccionar ante la mujer que tenía en frente.

— En primera quería conocer a la reencarnación de mi hijo Aquiles pero tu y yo ya nos habíamos visto antes — Dijo la mujer causando más confusión en Tsume.

— ¿Como? — Preguntó Tsume.

— Tal vez no lo recuerdes, yo estuve el día que apareciste en los pies de la estatua de Aquiles en esa isla de hecho cuide de ti en tus primeros cuatro años de vida pero...

— ¿Pero? — Preguntó Tsume esperando la respuesta, ya no quería más preguntas, dudas ni secretos.

— Te mande traer por que tengo que advertirte de dos cosas que van a pasar — Dijo Tetis con un poco de preocupación — La primera, alguien vendrá del Tártaro a buscarte ten cuidado con él y la segunda, también debes proteger a Athena y a tí misma de...alguien más.

— ¿De quienes? — Preguntó Tsume con un poco de desesperación.

— Del troyano Héctor y el Dios del Inframundo.

— ¿Hades? — En la mente de Tsume llegaron recuerdos del pasado rápidamente.

— Él te había mandado capturar la vez que te trasladaron de la isla Leuce al templo de Achilleion en Grecia pero no se como acabaste en Japón pero por suerte ese destino te guió a donde debías llegar en primer lugar — Le dijo Tetis.

— ¿Osea que dice que yo ya tenia predestinado ir al santuario? — Le preguntó Tsume.

— Así es, una vez en el templo Achilleion ibas a ser llevada al santuario a entrenar para portar la armadura que está en el templo de Achilleion, la Armadura de Aquiles, la necesitaras cuando ellos aparezcan, tu armadura de tigre a pesar de haberla reparada con sangre de caballeros dorados no te servirá — Le dijo la diosa marina.

— ¿Pero como podré usar esa armadura?

— El collar que te di es la llave — Tetis se acercó a ella tomando el collar sin quitárselo — En este collar puse un poco del cosmos de mi hijo para guíarte a todo.

— ¿Usted me dió este collar? — Dijo Tsume mirando con ternura su collar.

— A todas las reencarnaciones se les entregó este collar al nacer, a pasado desde generaciones desde que Zeus te trajo a la vida como otro ser humano pero con el poder y la valentía de mi difunto hijo. Tú portas un poder muy especial que te conecta con mi hijo.

Tsume miraba aún su collar, notando que la gema azul tenía un pequeño brillo que era el cosmos del primer Aquiles que puso de su cosmos para así guiar a sus reencarnaciones para futuro.

Tetis se encargaba de siempre recibir a las reencarnaciones cuando se encontró con su hijo en la primera reencarnación de su vida y así después se encargó de las demás.

— ¿Por que me dice todo esto? — Tsume sentía como unas lágrimas salían de sus ojos.

— Por que se que tenías muchas preguntas sobre tu origen y ya sabes algunas cosas — Tetis le acarició el rostro mientras le limpió las lágrimas — También por que quiero advertirte sobre los acontecimientos que van a ocurrir, quiero que estés preparada.

— ¿Así que alguien va a venir del Tártaro y del inframundo para buscarme? — Dijo Tsume tratando de analizar ese detalle.

— Precisamente — Respondió Tetis.

— Gracias por decírmelo, le diré a Saori para que este al pendiente de esto — Dijo Tsume.

— Creo que eso es todo por el momento si necesitas algo yo apareceré cuando me necesites — Le dijo Tetis.

— De acuerdo y la verdad agradezco que me diga todo esto pero...

— ¿Si? — Preguntó Tetis

— ¿Usted es mi madre? — Preguntó Tsume, creyendo que tendría a alguien más en este mundo.

— Solo en la reencarnación de mi hijo en tí — Dijo Tetis un poco triste, ella en realidad era la madre del verdadero Aquiles solamente.

Pero se encargaba de cuidar de los primeros cuatro años de sus reencarnaciones, ella quería enmendar las cosas que hizo antes con su verdadero hijo, eso era algo que le afectó.

— Pero no merezco ese honor de que me llames madre y no espero que lo hagas por obligación pero si quiero ayudarte en lo que necesites — Le dijo Tetis.

— Muchas Gracias — Tsume sonriendo abrazó a Tetis la cual sorprendida correspondió ese abrazo.

Después de separarse vió su rostro una vez más y mando llamar a Thetis y a Patroclo para que llevaran a Tsume al santuario de regreso.

✰Garras Infinitas✰ {Saint Seiya} Where stories live. Discover now