✰Garras Infinitas✰ {Saint Seiya}

Cap 52. La Decisión de Athena

Mientras tanto Saori estaba despertando en una habitación del templo de Poseidón cuando abrió los ojos mirando su alrededor y de la puerta entró Julian Poseidón a esa habitación.

— Al fin despertaste — Dijo el peliceleste.

— ¿Julian? — Exclamó sorprendida — Tú eres...

— Veo que ya te diste cuenta — Sonrió de lado — Soy la reencarnación de Poseidón al igual que se que tu eres la de Athena.

— Así que tu mandaste secuestrarme — Dijo Saori.

— Así es — Julian salió de la habitación hacia los escalones del templo, Saori también salió de la habitación y lo siguió

— ¡Espera! — Ella lo detuvo y él la miró — Poseidón si tu objetivo es dominar al mundo ¿Por que no me matas ahora?

— Matarte no sería adecuado pero te lo explicaré todo.

Ambos comenzaron a caminar por el templo mientras Julian le contaba a Saori sobre su plan.

— A pesar de que mi poder es incomparable, no es fácil conquistar el territorio protegido por Athena y sus protectores — Dijo Julián — Por eso las lluvias torrenciales y los maremotos están sumergiendo progresivamente el mundo entero, durante los próximos treinta días no cesarán los diluvios, hasta que los humanos estén todos muertos.

— ¡No! ¿Como puedes ser tan cruel? ¡Eres despreciable! — Exclamó Saori molesta.

— ¿Despreciable? — Julián entrecerró sus ojos, ofendido por esa palabra en que Athena a lo describió.

— ¡Así es! ¡Estas condenando a millones solo para satisfacer tu ambición!

— No te permito que me desprecies así, en cambio que te estoy salvando de no terminar como ellos — Dijo Julián con obvio enojo.

— Esta mal ¿Como podría vivir en un mundo así? ¡Estas ensuciando tu divinidad con eso!

— ¿Estas dispuesta a perecer junto con los humanos? — Le preguntó Poseidón a Athena.

— No puedo quedarme de brazos cruzados mientras gente inocente muere y no pienso aceptar ser parte de ello — Respondió a lo que Poseidón no quería esa respuesta.

— Si estas tan segura de tu palabra, te daré una oportunidad, realizaras un sacrificio.

— ¿Un Sacrificio?

— Así es, tomaras el lugar de la tierra y de los humanos, todas esas lluvias y maremotos caerán sobre tí.

— Me sacrificare, no voy a dejar que la humanidad sufra, prefiero morir que vivir sabiendo que otros sufren — Dijo Saori con decisión.

— Si hubieras aceptado mi oferta podrías vivir felizmente — El aún insistía en ello.

— ¿Mientras la gente sufre? Yo no podría vivir con algo como eso, me sacrificare y esa es mi decisión — Dijo negadose a permanecer a su lado prefiriendo a los humanos.

— Como desees — Dijo Julián de mala gana.

Él guió a Saori hasta el Pilar Principal mientras le explicaba que El cielo del reino de Poseidón esta formado por siete Océanos, El Pacífico Norte, El Pacífico Sur, El Atlántico Norte, El Atlántico Sur, El Océano Índico, el Ártico y Antártico, cada uno es sostenido por siete pilares indestructibles y pero había un Octavo Pilar que es el Pilar Principal que sostiene el reino de Poseidón, Saori voluntariamente entro al Pilar Principal para sacrificarse.

— Aún puedes arrepentirte Athena — Julián era muy insistente — Únete a mi.

— Mi respuesta y decisión no van a cambiar Posesión — Respondió con decisión.

— Bien, aunque sea un desperdicio sacrificarte pero si así lo deseas que así sea entonces — Cerró el pilar con Athena dentro.

Saori concentró su cosmos mientras el agua comenzaba entrar por los doctos de agua del mundo cayendo dentro del Pilar Principal

— ¿Estas llamando a tus caballeros?
— Rió burlón ante el canto de Athen — Ellos no podrán salvarte.

— Tengo fe en mis caballeros Poseidón — Por medio de su cosmos le dijo aquellas palabras — Ellos van a derrotarte.

— Ya lo veremos Athena.

Mientras tanto le avisaron a Dragón Marino que Athena estaba en el pilar principal y él se había ido a custodiar su pilar.

Thetis de Sirena les dijo a los caballeros de Bronce donde yacía Athena y como salvarla.

Ahora Seiya, Tsume, Hyoga, Shun, Shiryu y Izumi estaban en camino cada uno a los pilares para destruirlos el primero Seiya fue hasta el Pilar del Océano Pacífico Norte, trato de destruirlo con un meteoro de Pegaso pero alguien detuvo el ataque.

— ¿Pero que? — Exclamó Seiya.

— Si por tu culpa este pilar sufriera el menor daño, no bastaría con tu vida para reparar esa ofensa — Dijo el marino que custodiaba el pilar.

— ¡Lograste detener mi meteoro de Pegaso con una sola mano! ¿Quien eres? — Dijo Seiya sorprendido.

— El Guardián del Pilar Del Pacífico Norte, Uno de los generales de Poseidón, Soy Baian de Hipocampo.

— ¿Baian de Hipocampo?, Soy Seiya Caballero de Pegaso.

— ¿Caballero de Pegaso? Para destruir el pilar del Pacífico Norte tendrás que...— Dijo a medias ya que Seiya lo interrumpió completando su oración.

— ¡Tendré que derrotarte, Hipocampo! — Dijo Seiya con seguridad y confianza en sí mismo.

— ¿Serias capaz, Pegaso? — Le preguntó seriamente el hipocampo.

—¡No lo sabré hasta que lo intente, Por la Humanidad y Por Athena!

Y así dió inicio a la primera de varias batallas que se presenciaron bajo el agua, en los reinos submarinos de Poseidón.