Capítulo 87 (segunda parte)

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Primero se dio una ducha y luego mientras organizaba algo para merendar comenzó a pensar en que podrían hacer.

Ya habían recorrido la mayoría de los lugares más conocidos de la ciudad, por eso habían comenzado a conducir o caminar sin destino pero atentos a cualquier lugar que pudiera atraer su atención.

No era muy creativa para organizar planes tampoco quería algo demasiado cursi por lo que finalmente decidió organizar algo sencillo, cotidiano, con lo que ambos se sintieran cómodos y pudieran disfrutar.

Habló con él para consultar cuando estaría libre. Afortunadamente al día siguiente no planeaba ir a la empresa, con todo el lio de aquel empresario, su mujer y amante Pedro había decidido que trabajaría desde su departamento haciéndose cargo de las cosas de Argentina, mejor prevenir que curar. Por lo cual cuando le dijo que estuviera listo temprano, él se concentró en adelantar y terminar con los papeles importantes para que nadie los molestara al día siguiente.

Lali fue a buscarlo temprano, aunque tomó su auto para llevarlos de un lado a otro porque ella no contaba con uno. Primero fueron a un café que sus amigos le recomendaron y el cual ninguno de los dos conocía. Comieron bien, probaron cosas nuevas, charlaron y disfrutaron de una tranquila mañana. Aunque el calor de verano se hacía sentir desde el inicio del día.

Luego manejaron por unos cuantos minutos hasta llegar a una playa conocida pero tranquila y no tan concurrida. Cerca de la misma se encontraba un bosque que se extendían por un par de kilómetros y resguardaba el lugar otorgando también una mayor privacidad.

Juntos bajaron las mochilas, Mariana se encargó de preparar la de Pedro cuando fue a buscarlo; por más simple que fuera su plan prefería mantener un poco de misterio sobre lo que harían. También se encargó de preparar unos cuantos bocadillos y llevar distintos alimentos para pasar el día.

Caminaron un poco, no querían estar demasiado cerca de la los niños escandalosos, los adolescentes con su música a todo volumen asi como las adultos chismosos, quisquillosos o que no se hacen cargo de sus hijos. Pasaron un kiosco, un pequeño puesto de comida junto al cual se encontraban los baños y duchas, en su búsqueda de tranquilidad. Cuando encontraron un lugar con el cual estar a gusto, comenzaron a acomodar sus pertenencias, poner la sombrilla y estirar las lonas.

Peter: vamos al agua –dijo una vez que ambos se pusieran protector solar-

Lali: el ultimo que llegué es huevo podrido –dijo comenzando a correr hacia el mar-

A pesar de moverse con todas sus fuerzas cuando estaba a pocos metros del agua Peter la agarro de la cintura.

Peter: muy madura Espósito – no le dio tiempo a replicar ya que comenzó a caminar rápidamente mar adentro-

Lali: esta fría, no quiero –se quejó comenzando a moverse inquietamente-

Peter: tarde –contestó sonriendo-

Lali: que conste que gané yo –él se la quedó mirando- voy por delante de ti en el agua

Peter: -sonrió travieso sin que ella lo notara- tienes razón, estas muy por delante de mi

Mariana comenzó a preguntarle que quería decir pero él ya la había lanzado al agua, claro está que se encontraban en una zona más profunda donde no se haría daño, aparentemente.

Lali: ¿! Qué diablos !? –Exclamó al salir a la superficie, él reía y lo hizo más fuerte cuando una ola hundió nuevamente a Mariana por un par de segundos- oh es la guerra.- así estuvieron por más de una hora jugando, nadando, compitiendo y besándose. -

Ciegamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora