Capítulo 56:

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Eleonora: que feo recibimiento hermanito! –Sonrió falsa-

Peter: nadie te llamó, no entendió que haces acá si se nota a leguas que es en el último lugar donde queres estas en este momento

Eleonora: esta vez la cagaste a lo grande Peter ¿Qué hiciste para recibir la denuncia del hijo de un juez?

Peter: guarda, que no escuché tu padre hablar así –dijo irónico- y eso a vos no te importa asique date la vuelta y ándate.

Eleonora: ¿no nos pensabas avisar?

Peter creyó ver dolor en sus ojos pero luego la frialdad volvió y no supo si lo imaginó o realmente lo vio.

Seguramente fuera lo primero.

Peter: no pensé que fuera a interesarles –dijo enojado- y lo sigo pensando

Eleonora: no debería haber venido, como siempre eres un desagradecido

Peter: oh discúlpame ¿esperabas qué me arrodillara y besara el suelo que pisas en forma de agradecimiento por haber venido? Lo lamento pero estoy encerrado y es imposible que lo haga, espera, no lo haría ni aunque pudiera.

Eleonora: eres un estúpido y no eres capaz de ver más allá de ti! –Dijo enojada-

Peter: ah ya entendí todo! –dijo alejándose un poco de los barrotes que lo separaban de su hermana- vos estas acá para encubrir todo, arreglarlo de algún forma y evitar que llegué a los oídos de gente importante, el hecho de que un Lanzani haya sido encerrado en la cárcel ¿verdad?

Eleonora: nunca pensé que tu estupidez pudiera ser tan grande

Peter: ¿y qué esperas para irte? –Preguntó acercándose nuevamente a los barrotes- realmente no entiendo que haces acá y si no lo dices no puedo saberlo. Aunque es fácil imaginárselo

Eleonora: tú me sacas de mis casillas!

Peter: entonces ándate y déjame de joder. Nos beneficiamos los dos! –Dijo harto de la situación-

Eleonora: me estas tentando a hacerlo!

Joaquín: ¿ni siquiera podes bajarte del poni, dejar el orgullo de lado y hablar bien con tu hermano en estas circunstancias, princesa? ¿Tanta frialdad y control sobre ti misma borro todo rastro de humanidad?

Eleonora: ay por favor, ¿tenes que estar en todos lados a los que voy?

Joaquín: permíteme recordarte, princesita, que el mundo no gira alrededor tuyo, no todo pasa por vos ¿sabes? No vivo para molestarte

Eleonora: que irónico porque es justo lo que parece.

Joaquín: eso es porque no vez más haya de tus zapatos caros.

Peter: ¿de dónde se conocen ustedes?

Eleonora: él es abogado, yo soy abogada ¿dos más dos? –Dijo irónica y enojada-

Peter: siempre tan simpática vos – la ironía reinaba en esa conversación-

Eleonora: porque vos sos el rey de los simpáticos ¿no?

Joaquín: para tener veinticinco años te comportas como una nena de cinco, princesa. –Le sonrió burlón a su mirada de odio- trabajamos en el mismo estudio jurídico –le aclaró a Peter-

Peter: ¿vos le avisaste qué estaba acá? –preguntó molesto-

Joaquín: me pareció lo correcto

Peter: bueno, no lo fue. La próxima limítate a hacer lo que te piden.

Joaquín: de tal palo, tal astilla. Lo siento Lanzani, no volverá a pasar –se disculpó sin sentirlo-

Eleonora: ¿qué se sabe?

Joaquín: está complicado, preferiría que lo habláramos en privado. Puedo hacer que te saquen y hablemos en una habitación solo nosotros tres, pero tendrás que estar esposado.

Peter: está bien.

Joaquín asintió y fue en busca de un policía que abriera la celda, le pusiera las esposas a Peter y los lleve hasta la habitación para poder hablar tranquilos. Mientras tanto el silencio reinaba entre los hermanos y Julián prefería no decir nada, había demasiada tención como para echar más leña al fuego.

Cuando el policía los estaba dirigiendo hacia el lugar donde tendrían mayor privacidad uno de los detenidos de allí comenzó a hablarle a Eleonora.

- Mamita, deja las peleas y vení con papito. Te haré ver el cielo

Peter: enserio consigues minas así? –preguntó entre gracioso y enojado-

- No tenes ideas nene –rió desagradable-

Peter: por suerte no, pero con mi hermana no te va a funcionar asique deja de soñar!

- La mami puede hablar por si sola ¿no? ¿qué son sus guardaespaldas?

Joaquín: guardaespaldas vas a necesitar vos si seguís jodiendo

- Uhh ¿dónde dejaron el sentido del humor ustedes dos? Ves mamita? Mejor venite conmigo, la vas a pasar mejor –le guiñó el ojo-

Eleonora: antes muerta –contestó guiñándole un ojo-

- Ya vas a venir piba!

Eleonora: si, cuando te conviertas en un galán de telenovelas. Hasta entonces –se despidió un poco molesta mientras seguía caminando- No necesito que me anden defendiendo ¿saben? –le habló a ambos hombres que la seguían apenas unos pasos atrás -

Joaquín: sos mi compañera, después de todo, es lo correcto.

Peter: sos mi hermana, a pesar de todo –bufó-

Eleonora: vos te haces el señor correcto Furriel pero la forma de hablarle a ese hombre no lo fue, ¿qué paso eh? –sonrió burlona-

Joaquín: ya ni defenderte se puede. Y no es lo que piensas princesa –le susurró cuando paso a su lado y la rozó suavemente el rostro-

Peter: altas ganas se tienen ustedes dos! –dijo al alcanzarla-

Eleonora: lo que me faltaba! No digas estupideces, por favor.

Peter: si, ya lo veremos. Te apuesto lo que quieras a que terminas en la cama con él en... mm ¿cuánto hacen que trabajan juntos? –su hermana solo le dirigió una mirada irritada- bueno ya, les doy dos meses máximo

Eleonora: ambos son estúpidos

Peter: si te escuchara Armando –dijo burlón refiriéndose a su padre-

Eleonora: cállate –dijo entrando a la habitación que le habían asignado-

Joaquín: ¿estás en tus días princesa? Oh, espera. Siempre estas irritada –le sonrió-

Eleonora: me explican por qué tengo que soportarlos. Ya bastante tenía con uno –dijo mirando a Peter- como para necesitar otro idiota –completó mirando al abogado-

Peter: es lindo escucharte hablar con tanto amor hermana pero prefiero saber qué averiguaste –dijo mirando a Joaquín-

Joaquín: sentémonos mejor. Bueno, tenes cuatro acusaciones; como narcotraficante, participe de un secuestro, robo a mano armada y asesinato –aclaró-

Eleonora: ¿Qué vos qué? –Preguntó mirando a su hermano sorprendida- decime que es mentira... JUAN PEDRO! –gritó cuándo él guardó silenció- contéstame! 

Ciegamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora